A estas alturas de la vida, uno ha aprendido ciertas cosas de la misma. No es que las arrugas, las canas y los kilos te hagan más sabio y ver la luz. No. Es que te estampas contra la vida misma y te das cuenta que ésta, además de injusta, puede ser una hija de puta en toda regla. Así, tal cual.
El que escribe no tiene hijos porque no ha querido, tan simple como eso. Podría haber adoptado o acogido temporalmente a algún niño o niña en su momento pero ni las circunstancias ni yo estábamos por la labor. Llámenlo egoísmo, comodidad o como quieran, acepto lo que venga; hay personas que tienen el instinto paternal desarrollado y otros que no, entre los cuales me incluyo. Reconozco que adoro a mis sobrinas y disfruto con ellas y sus cosas pero ellas tienen sus padres que las educan y cuidan, yo me limito a hacerle sus caprichos y antojos (si se puede, claro) y verlas siempre que tengo ocasión. Y tengo amigos y amigas que han decidido igualmente no tener hijos, y conviven estupendamente con los que sí. Como en tantas cosas de la vida se trata de una elección y ser consecuente con ella.
Por eso me duele que personas que sí quieren tener hijos y que sabes van a ser unos padres fantásticos pasen por el trago de perder a su hijo, aunque este no hubiese nacido aún. Es de esas noticias que te dejan hecho polvo porque conozco a esa pareja y no se merecen pasar por ese dolor y sufrimiento. Este fin de semana los vimos un momento, casi de casualidad, y fue intenso, por no poner adjetivos más explícitos. Uno se consuela, y lo intenta con la familia de esta chica, pensando que toda esta situación tiene algún motivo, que algo venía mal y que hay una razón para que sucediese. O no y simplemente ocurrió porque sí aunque ello nos duela más por la sinrazón que conlleva.
Este hecho que de por sí ya es bastante jodido te cabrea aún más cuando conoces el otro lado de la moneda. El lado de personas que abandonan a sus hijos y los entregan a la Administración para que se hagan cargo de ellos. La crísis económica es uno de los motivos que se nos ocurre a primera vista pero luego entras a bucear en la información que tienes y comprendes que no, que hay gente así de irresponsable. Mujeres que se quedan embarazadas y sin haber visitado a un médico aparecen en la Administración para ver qué tienen que hacer porque no quieren a su hijo; o madres que sueltan a su hijo de nueve años alegando que no puede mantenerlo mientras el niño te cuenta que su madre dice que come mucho y que la busque cuando tenga dieciocho años. Y así todo.
Y entonces te encorajinas, como decimos por aquí, con la vida porque, como muchas cosas, sigues sin entenderla y seguramente nunca la entiendas. Por ser capaz de lo mejor y lo peor. Como el mismo ser humano.
2 comentarios:
Saludos.
Pasé por aquí y no se me ocurre nada importante que agregar a tu post.
Que sepas que te he leído.
Gracias Eleuterio, no pasa nada. Hay temas más ásperos y otros más llevaderos. Un abrazo.
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