martes, 26 de mayo de 2015

Feliz cumpleaños, ILM

Cuando George Lucas comenzó a gestar su proyecto de Star Wars se dio cuenta que no existía un departamento de efectos especiales que pudiese cear lo que demandaba, y encima el de la 20th Century Fox acababa de cerrar justo tras dar luz verde a aquel proyecto. Lucas se hizo con John Dykstra, asistente de Douglas Trumbull (creador de los efectos especiales de 2001: Una odisea del espacio), el cual reunió un pequeño equipo que se hizo cargo de los efectos especiales de Star Wars y fundó Industrial Light & Magic, o ILM como se le conoce habitualmente. 

Desde entonces, la ILM ha sido un referente en la evolución de los efectos especiales, tanto visuales como de sonido, ganando dieciséis premios Oscars hasta 2007 y más de veinte nominaciones, sin contar con los veintidos Oscar en otras categorías técnicas. Crearon la primera secuencia generada totalmente por ordenador, el primer personaje, tanto protagonista como secundario, por ordenador, el primer morphing, el primer personaje en gráficos 3D, etc etc. Y este mes de mayo cumplen cuarenta años. Cuarenta años de sueños hechos realidad, de fantasías, de imaginación desbordante, de crear, como ellos dicen, lo imposible. Que mejor manera de celebrarlo que con un reportaje que les ha dedicado la revista Wired.


Y, por supuesto, la ILM ha creado un video de apenas un minuto con las películas en las que ha participado. ¿Eres capaz de reconocerlas?



jueves, 21 de mayo de 2015

Destripando... Mad Max: Fury Road

Cuando George Miller estrenó allá por 1979 la primera película de Mad Max, poco podía imaginar que iba a ser el origen de una saga que perduraría hasta el siglo XXI a lo largo de casi cuatro décadas. Película pequeña (por su presupuesto que no por la carga que conllevaba) que además iba a provocar todo un subgénero cinematográfico muy en boga en los ochenta: el de la supervivencia postapocalíptica.


A pesar del tiempo transcurrido respecto a la saga original, esta cuarta entrega de Mad Max, a la que ha costado parir más de una década si hacemos caso a lo que Miller cuenta sobre su gestación, no presenta diferencias sustanciales respecto a sus predecesoras. En realidad, no hay un reinicio, o reboot como gusta tanto decir últimamente, de la historia; no hay una vuelta a los orígenes, a contar la creación de la figura de Max y su pasado. Miller sabe lo que el espectador quiere y se lo ofrece; la película arranca como no podía ser de otra manera, con la acción trepidante y salvaje de la carretera y aquel huyendo de sus posibles enemigos. 

Lo que sí hay, desde mi punto de vista, es una evolución del personaje de Max, que ha pasado de ser el centro de la acción, del protagonista absoluto en la primera entrega a convertirse en un elemento narrativo, en un alter ego del director para acercarnos a las distintas maneras que el ser humano desarrolla para sobrevivir en un mundo adverso, en unas condiciones extremas, en las que el hombre se ha convertido en el lobo para el hombre. En esta película, quizás más que en ninguna otra, se aprecia el viaje que realiza Max; acosado por su pasado a través de alucinaciones, se convierte en un instrumento de vida (primero forzado y luego voluntario) y en la vía a través de la cual navegamos por la historia de estas mujeres que huyen y transforman su futuro. A pesar de dar nombre a la saga, Max ya no es el motor de la historia sino la correa que transmite esa historia entre el director y los espectadores. 


Esta evolución del protagonista contrasta con el progresivo ascenso de los personajes femeninos a lo largo de la saga. Si en la primera eran inexistentes (salvo el caso de la mujer de Max que sirve como detonante de la acción), en la segunda ya aparecen como perfectas colaboradoras de la supervivencia de la comunidad y en la tercera afianzaban su poder, tanto el personaje de Tina Turner como el de la chica que lidera a los niños. Resulta curioso que una película tan, en apariencia, masculina como Mad Max: Fury Road que exuda testosterona por todos lados sea la película más feminista en mucho tiempo. En esta cuarta parte, el papel de la mujer es absoluto; ellas son las dadoras de vida (¿se puede decir así?) y el personaje de Immortan Joe lo sabe. De ahí su implacable persecución tras las que considera son sus posesiones más preciadas pues a través de estas mujeres se mantendrá su legado. Y al frente de ellas se encuentra Imperator Furiosa, una estupenda Charlize Theron, que las libera para llevarlas a un nuevo lugar donde las mujeres puedan ser consideradas como tales y no meros objetos reproductores.


Pero no olvidemos que Mad Max es aventuras, acción, violencia extrema (que no gratuita ni explícita, ojo) y coches en la carretera, muchos coches. Es impresionante pensar que un director de setenta años como Miller le de un millón de vueltas a esos nuevos pseudodirectores a la hora de rodar una persecución, de mantenerte en tensión y, sobre todo, de hacer parecer nueva una historia que hemos visto en pantalla muchísimas veces. En este sentido, no engaña y da lo que promete, con más persecuciones y coches tuneados que en las tres entregas anteriores juntas. Por supuesto, hay efectos especiales, algunos más evidentes que otros, pero al servicio de la historia y desde luego mucho trabajo artesanal, algo que se agradece enormemente en esta era digital donde los CGI campan a sus anchas.

Por último, unas palabras sobre la música. Compuesta por Junkie XL, conocido también por Tom Holkenborg, es una banda sonora muy adrenalínica en su mayor parte, ideada para acelerar al personal al ritmo de la velocidad de los coches. Presente en gran parte del metraje, va evolucionando de una composición asfixiante a base de efectos de sonido y partes electrónicas a otra ligeramente más convencional con el empleo de usos orquestales para enfatizar la acción, modelo que al final es el que acaba predominando en la banda sonora. No está mal pero podría haber estado bastante mejor si hubiese continuado en la línea inicial.




martes, 19 de mayo de 2015

Orgullos sureños

Un año más, y van unos cuantos, se celebró este fin de semana el Orgullo más madrugador de la temporada, el que tiene por epicentro al centro comercial más famoso a este lado del río Pecos. Este año nos fuimos desde el jueves para pasarlo en grande y disfrutar de los amigos como se merece. Lo mejor de todo, la cabalgata y conocer a Mocho con su consorte in person por fin. Gente maja y divertida donde las haya. Eso sí, nos alojamos en su hotel favorito del que no pienso decir nada sino enlazar lo que él ya comentó en su momento, básicamente porque lo hace más divertido, con material fotográfico y el shock es mayor. A pesar de estar sobre aviso nada te puede preparar a ESO. En fin, cosas veredes amigo Sancho. Volvimos a ir en carroza en la cabalgata para acabar siendo devotos de Baco, unos en mayor grado que otros, y disfrutando muchísimo como lo hicimos el año pasado.

Como dicen que una imagen vale más que mil palabras, aquí van unas cuantas.

 Reinonas


 Portadoras de la Santa Nancy Yumbera

 Futbolistas, porque también entienden

 Leather con su mascota

 Gente haciendo el indio

 Vikingos y valquiria

 Señoras emperifolladas para el megaevento

 Animadoras antimorbo

 


Princesas Leias de poliespán
 
 Señoritas de no se sabe qué

 Mix torero escocés reducido a la mínima expresión

 Superhéroes entendidos, que haberlos haylos

 Más gente haciendo el indio

 Caballeros del zodiaco ligeritos de cascos

Fanes de Madonna

Por supuesto, también había gente más interesante...








Y hasta aquí llegó mi móvil que murió con las botas puestas llegando al Yumbo y apenas pasaban las seis de la tarde. Perdonen la calidad de las fotos pero es que, montado en una carroza y entretenido con el panorama, cuando te das cuenta ya te has pasado el objetivo marcado.


jueves, 14 de mayo de 2015

Ciencia ficción televisiva

Si han visitado este blog en alguna ocasión, ya saben que un servidor es fan de la ciencia ficción. Bueno, muy fan. Tanto en su vertiente cinematográfica como de lectura y seriéfila. Así que cuando se avecinan novedades pues me vuelvo un poco loco obsesivo y me pongo a compartir todo lo que vendrá, por si alguien más lo encuentra de interés, o para dar a conocer mis taritas mentales. Como si no lo supieran ya por otras vías como el facebook o el twitter...

En fin, ahora que ha acabado la temporada regular de las series de larga duración no se piensen ni por un momento que vuelve la tranquilidad a sus pantallas. Ja. Y. como sucede en la ciencia ficción, me gusta anticipar lo que se avecina para los próximos meses, proyectos en marcha, otros que están sobre la mesa y comprobar que el género se mantiene ahí, sin grandes aspavientos pero como magnífico recurso para entretener y divertir a la gente.

El primero y, tal vez, más importante por todo lo que conlleva (emisión en una de las principales cadenas, Fox, basada en un relato de Philip K. Dick, etc) es Minority report. Esta novela corta, o cuento largo, ya fue llevada a la gran pantalla por Steven Spielberg en 2002, el mismo que la adapta ahora para televisión a través de su productora Amblin. En aquella ocasión, la única pega que tenía la película era el pesado del Tom Cruise y, a pesar de las modificaciones respecto al original literario, la adaptación no estaba del todo mal. Pues eso, para otoño tiene previsto empezar esta serie de la que poco se sabe aún (por ejemplo, se desconoce el número exacto de episodios) salvo que va a estar protagonizada por Stark Sands y Meagan Good y que estará ambientada diez años después de lo ocurrido en la película con el desmantelamiento de la unidad Pre-Crimen. Por si les interesa, aquí tienen el trailer recién salido del horno.



La cadena por excelencia en el género, Syfy, también cuenta con varios proyectos para la próxima temporada. El primero en destacar es Childhood's end (El fin de la infancia), basado en el libro homónimo de Arthur C. Clarke, y que narra la llegada de los superseñores a la Tierra acabando así con las guerras y estableciendo un nuevo orden mundial. El proyecto cuenta con la presencia de Charles Dance, Julian McMahon y Mike Vogel. La serie de seis episodios se emitirá el próximo mes de diciembre durante tres noches seguidas, en tandas de dos episodios cada una, tal y como hicieron con Ascension el pasado año. Ya existe un avance que deja con ganas de más.



De la combinación de las dos protagonistas anteriores, Syfy y Amblin, parece que va a llegar una adaptación del libro de Aldous Huxley, Brave New World (Un mundo feliz). Este clásico distópico de la ciencia ficción ya había sido llevado en alguna ocasión a la televisión pero con desigual fortuna, así que esperemos que esta vez se merecen y nos ofrezcan una adaptación como se merece. Teniendo en cuenta que apenas se sabe poco más que los productores y el guionista imagino que tendremos que esperar ya al año que viene para poder verla. Así que cruzando los dedos para que el proyecto no se descarrie y quede en la cuneta.



viernes, 8 de mayo de 2015

Destripando... Arthur and George

Ya sabéis lo mucho que le gustan a los británicos una serie de época, y si encima utilizan a personajes archiconocidos pues entonces ni te cuento.


Arthur y George es una miniserie de tres episodios de la cadena británica ITV que se centra en un caso real ocurrido en 1906 cuando George Edalji, un abogado de origen parsi, acude a sir Arthur Conan Doyle para que le ayude a exonerarse tras ser condenado a tres años de cárcel, que cumple, acusado de haber mutilado y matado a animales de granjas vecinas. Conan Doyle, convencido de su inocencia, decide ayudarle y utiliza el caso para evadirse de su tristeza por la muerte de su esposa.


La miniserie se basa en el libro del mismo título de Julian Barnes que narra el caso verídico en el que Conan Doyle ayudó a este abogado, mitad hindú mitad inglés, que es acusado injustamente de una matanza de animales. Anónimos que aparecen, animales degollados, persecución policial, errores y torpeza policial e incluso xenofobia en la Inglaterra profunda de comienzos del siglo XX son estupendamente retratados en esta serie, donde el personaje real de Conan Doyle asume las características de su personaje de ficción, Sherlock Holmes, para averiguar la verdad. Como en las historias escritas por el propio Conan Doyle, hay intriga, misterio, personajes ambiguos, intereses ocultos, policías torpes y lleno de prejuicios, etc.

Como serie británica, cuenta con una ambientación magnífica lo cual no es nada nuevo ni sorprendente, teniendo en cuenta la experiencia que tienen en esta materia. Los actores cumplen bastante bien con su papel, sobre todo los dos protagonistas así como el ayudante de Conan Doyle que se trasmuta en una especie de Doctor Watson. Estoy seguro que el guión está más dramatizado, incluso más misterioso se puede decir, de lo que probablemente refleja el libro y la propia historia en sí, pero bueno eso son licencias seriéfilas para mantener la tensión. Que dicho sea de paso lo consigue, al combinar la investigación con las vidas paralelas de los dos protagonistas.


Es una miniserie que te agradará ver si te gustan las series británica de época, en la que se mezcla el misterio y la intriga con reflexiones sociales sobre la xenofobia y el racismo. Porque aunque el acusado, George Ejaldi, no cree que lo haya sido por xenofobia, Conan Doyle no está tan convencido de que sea así. Ya que no debemos olvidar que la acción transcurre en la Inglaterra profunda postvictoriana, llena de convenciones sociales y profundos prejuicios hacia lo extraño o anormal. Tres episodios de apenas cuarenta y cinco minutos cada uno; vamos, una tarde tranquila de sofá para disfrutarla. Aquí para lo que ya sabes.



miércoles, 6 de mayo de 2015

Ataques nocturnos

Llevo tres noches durmiendo a ratos por su culpa. Tres noches en los que no duermo a pierna suelta y de corrido. Tres noches de incordio constante. Y eso se nota. Todo comienza cuando estás soñando plácidamente, relajadamente, y entonces lo sientes, notas que está ahí, que va y viene buscando la manera de aprovecharse de tí como animal de engorde y abastecimiento que eres. O bien notas sus efectos en alguna parte de tu cuerpo, un picor por aquí, una picazón por allá, y ya sabes que ha atacado sin que te enteres. 

Encima la culpa es mía, única y exclusivamente mía. De mis genes, que me hacen más apetecible a sus ojos. Aunque, claro, eso ya lo sabía o, al menos, lo intuía yo desde hace mucho tiempo cuando sólo iban a por mi a pesar de estar rodeado de varias personas. Amanecer con un dedo del tamaño de una morcilla o con la cara pareciéndote a Joseph Merrick era algo relativamente habitual cuando vivía en casa de mis padres. Ahora que he vuelto a vivir en la ciudad noto que me están rondando de nuevo desde hace un par de años. Vienen a por mí. Lo sé. Pero no importa porque me estoy preparando. Porque sabes que has ganado esta batalla pero que yo ganaré la guerra. Porque como decían en Los inmortales, sólo puede quedar uno. Y ese seré yo. Maldito mosquito.