Llevo unos días muy tranquilos. Bueno, tranquilos tal vez no sea la palabra más adecuada. Quizás sería mejor decir algo apáticos o relajados, que una cosa no quita la otra. Con el mes de septiembre ha empezado un nuevo año escolar que es el que nos rige más que el año natural en sí pero es que para mí aún no ha acabado el anterior porque me faltan las vacaciones. Este año se han hecho esperar y a estas alturas ya llega uno un poco cansado y con la neurona agotada; así que he decidido no empezar nada nuevo hasta la vuelta de las vacaciones.
Y eso lleva a tardes tranquilas, de ponerse al día con algunas series veraniegas con minimaratones mientras espero que comience la nueva temporada seriéfila, de leer un poco más, de escribir entradas para el blog conejero para mi ausencia vacacional, de tareas domésticas aburridas pero necesarias y de preparar algunas cosillas para el viaje. Sin prisas pero sin pausa.
En realidad, se puede decir que estoy en modo prevacacional. Disfrutando tranquilamente de estas tardes porque las vacaciones serán algo ajetreadas y hasta agotadoras, aunque al final tengamos unos días para descansar el cuerpo. Así que comprendan que la apatía alcance hasta para escribir en el blog. A pesar de la rabia y el cabreo que te entra comprobar por enésima vez lo incompetentes e inútiles que son nuestros políticos con el asunto del Ébola o el de las tarjetas opacas de CajaMadrid, por mencionar un par de casos. Porque esto es como un culebrón venezolano, no tiene fin y cada episodio tiene un giro que ríete tú del quiebro de la Carrá.
3 comentarios:
Aprovecha, aprovecha.
Gracias!!!
¡Disfruta las vacaciones! Qué sabio eres pillándolas en temporada baja :-)
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