A petición de Sota (y de alguno más, que lo ha pensado)...
El autor del blog como su madre lo trajo al mundo, bueno no como llegó sino con muchos años y kilos más...
Y como sois todos unos cotillas y curiosos, pues seguro que pinchareis aquí para verlo...
Lo sé, lo se, soy muy malo, perverso y hasta un pelín cruel pero menos da una piedra. Así que, hala, enchufa los altavoces y escucha el inicio de Ed Wood mientras piensas como ser educad@ a la hora de poner un comentario.
Lo que cunde el tiempo libre, oiga. Es dejar a un lado el master, haber terminado de estudiar las opos y no tener que ir al curro y es que da tiempo para todo. Hasta de escribir posts, aunque Raúl se queje. Y si no mira que de actividades más "activas", valga la redundancia, se han sucedido esta semana que acaba.
1. Acostarse más tarde de la medianoche (y no me he convertido en un gremlin) y levantarse más tarde de las nueve (lo siento, no soy una marmota, que pasa).
2. Ir a la playa dos veces, bueno más bien una y media porque la segunda sólo duró un par de horitas.
3. Ir a la peluquería y cortarme el pelo. Ahora parece que voy a alistarme en los marines.
4. Vegetar en el sillón viendo la octava temporada de Frasier y empezando la novena.
5. Más vegetar en el sillón viendo algunas pelis, como El incidente o Desmontando a Harry (ya volveremos sobre esta más tarde).
6. Ir al cine dos veces en una semana, batiendo todos los records del último año. Me fui a ver Kung-Fu Panda (entretiene y no está nada mal) y la de X-Files (que es como un capítulo pero a lo grande, no salen extraterrestres y entretiene también).
7. Terracear prácticamente todos los días. Nada como una cañita, una clarita o un café por la tarde con tu nene o los colegas en una terracita para que te lo pases bien.
8. Avanzar en la pentalogía de Terramar, de la que ya me leído los tres primeros libros y estamos en el cuarto.
9. Seguir con mi carrera musical en el Guitar Hero y matar conejitos en el Raving Rabbids.
Y, por supuesto, momentos de relax con mi nene, ya nos entendemos ¿no? Menos mal que aún me queda esta semana para recuperarme de tanto trajín, aunque viendo lo que se avecina y que tenemos medio planificado me parece que voy a tener que descansar la siguiente, ya en el curro. Y, menos mal, que no nos hemos ido de viaje.
Entre todo esto, se me apeteció ver una película de Woody Allen. Reconozco que no he visto las últimas que ha hecho pero sí casi todas de las anteriores. La mayoría me han gustado bastante por el humor ácido que suelen tener. Así que me puse Desmontando a Harry. Me encanta porque es puro Allen, no deja títere con cabeza, se ríe de todo el mundo incluído el mismo. Tiene frases y momentos geniales. Dos ejemplos: - Acompaña a un amigo al hospital a hacerse un chequeo y cuando el médico le dice que no tiene nada, va y le suelta: Las dos palabras más bonitas de nuestro idioma no son "Te quiero" sino "Es benigno". - En una visita a su hermana, judía ortodoxa, se ponen a discutir y ésta le suelta: Toda tu vida es nihilismo, cinismo, sarcasmo y orgasmo. Y él responde: ¿Sabes? En Francia con ese slogan me haría presidente.
Que se puede esperar cuando en una visita al infierno, como si fuese un Orfeo para recuperar a su novia, comienza a sonar esto.
Buen comienzo de semana. Yo, me voy a pasar el día en la playa, de nuevo.
Una de las cosas que te permiten las vacaciones es ver todo aquello que has ido guardando para cuando tienes un poquito de tiempo libre. De todo lo que guardo en mi disco duro externo había varias cosas que quería visualizar, entre ellas intentar acabar las temporadas de Frasier que me quedan por ver, las tres últimas. Creo que alguna vez he hablado de esta serie.
Frasier es una serie que, en realidad, es un spin-off de otra serie, Cheers. Es decir, aprovecharon el personaje del psiquiatra Frasier Crane y crearon una serie para él. Empezó en 1993 y permaneció once temporadas en pantalla. Es un ejemplo de cómo hacer buena comedia con sólo cinco personajes, y numerosos secundarios, muchos de ellos de lujo. Ambientada en Seattle, te cuenta las aventuras y desventuras de un psiquiatra, un pelín egocéntrico, fatuo, bastante pagado de sí mismo, amante de la buena vida y el lujo y más. Entre su hermano Niles, otro psiquiatra (igual de relamido y pedante, o peor, que Frasier), su padre Martín, un policía jubilado, Dahpne, la terapeuta de su padre, y Roz, la ayudante de Frasier en su programa, puedes pasar veinte minutos geniales. Humor sarcástico y mordaz, situaciones imprevisibles ¿o no?. Para mí una de las mejores series de la televisión y de esas que merecen la pena volver a ver de vez en cuando.
Sigo con el catarro. Vamos mejor pero me levanto por las mañanas como un camionero (la voz rasposa y ..., no voy a describirlo porque es desagradable). En fin, que seguimos igual pero sin dolores que te fastidien y te dejen hecho polvo.
El viernes y el sábado no hice nada, pero nada de nada. El sábado por la mañana recogí algo la casa pero el resto del tiempo me lo pasado leyendo, viendo la octava temporada de Frasier y alguna que otra película. El tiempo no animaba mucho a salir porque los días estaban medio nublados y con una ventolera que parecía que estábamos en temporada de huracanes.
Pero el domingo, ay, el domingo. Ese día tenía una boda de una gran amiga, de las de toda la vida. Se casaba en el Carrizal (en Ingenio) porque el novio es de esa zona y a ella le daba igual. Pues vámonos a los sures porque para mí todo lo que es después del aeropuerto ya son los sures. La boda bien, breve, lo cual es de agradecer en esta época y a esa hora (las doce del mediodía). Después la celebración. Entre el animador de la fiesta (una especie de Pepe Domingo Castaño con más pluma que los edredones de Ikea, eso sí se lo curró a base de bien), el striptease del novio que se quedó en gayumbos (si al menos estuviese macizorro pero como que no) y la fauna de la zona, todavía estoy en shock. Es que era una auténtica boda de pueblo, pero pueblo pueblo, y uno que es de ciudad de toda la vida pues se quedó como descolocao, yo y lo/as amigo/as que fuimos. Ojipláticos, sonrisas nerviosas, descojonaos a más no poder. Pero al final nos lo pasamos bien.
Por la noche, nos fuimos a un concierto que Mercedes Sosa daba en Telde, en un auditorio al aire libre. Fuimos con unas amigas y parte de la colonia argentina (una amiga y parte de su familia) y ha sido lo mejor del fin de semana. Nunca he sido un fiel seguidor de esta mujer pero conozco algunas de sus canciones (a mi padre le gustaba ponerlas cuando salíamos de paseo de pequeños) y reconozco que te hace sentir y entrar de lleno en las canciones. Aquí pongo una que cantó anoche pero que es de Violeta Parra. Iba a poner una grabación que hice con el móvil pero, entre que la calidad es nefasta y que no puedo colocar el enlace, pues he decidido poner a youtube, hala. La letra de la canción va después.
Volver a los diecisiete después de vivir un siglo es como descifrar signos sin ser sabio competente, volver a ser de repente tan frágil como un segundo volver a sentir profundo como un niño frente a Dios eso es lo que siento yo en este instante fecundo.
Se va enredando, enredando como en el muro la hiedra y va brotando, brotando como el musguito en la piedra como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
Mi paso retrocedido cuando el de usted es avance el arca de las alianzas ha penetrado en mi nido con todo su colorido se ha paseado por mis venas y hasta la dura cadena con que nos ata el destino es como un diamante fino que alumbra mi alma serena.
Se va enredando, enredando como en el muro la hiedra y va brotando, brotando como el musguito en la piedra como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber ni el más claro proceder, ni el más ancho pensamiento todo lo cambia al momento cual mago condescendiente nos aleja dulcemente de rencores y violencias solo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes.
Se va enredando, enredando como en el muro la hiedra y va brotando, brotando como el musguito en la piedra como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
El amor es torbellino de pureza original hasta el feroz animal susurra su dulce trino detiene a los peregrinos, libera a los prisioneros, el amor con sus esmeros al viejo lo vuelve niño y al malo sólo el cariño lo vuelve puro y sincero.
Se va enredando, enredando como en el muro la hiedra y va brotando, brotando como el musguito en la piedra como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
De vacaciones y acatarrado. ¿Hay quien de más? Llevo dos días intentando ir a la playa pero este cuerpo serrano parece que se niegue. Si es que cuando se pone, no hay quien le aguante, ni yo mismo.
El martes me levanté temprano (hasta para mí) para llevar el coche a su revisión anual. Antes la perspectiva de no tener coche hasta el mediodía me dediqué a hacer un par de visitas por la zona baja de la ciudad e ir de tiendas. Tras esperar cuarenta minutos por la guagua (ahora entiendo porqué no las echo de menos), llegué a las tres de la tarde a recoger al coche. Entre la espera, el calor y no haber comido me empezó la migraña así que me eché una siesta y me tomé la pastilla; pero el estómago se molestó un poco y me pasé la tarde como si estuviera en una montaña rusa. Ayer miércoles como estaba resacado de la migraña y algo picado de la garganta, decidimos no bajar a la playa dejándolo para hoy jueves y solo salí a comprar algo al super. Hoy he amanecido con un catarro estupendo y he tenido que fredanolizarme mientras veía Beowulf. Así que la playa creo que tendrá que esperar a la semana que viene porque no es cuestión de ponerse peor teniendo una boda el domingo.
Pero esto no va a ser un post de quejas. estamos de vacaciones y vamos a disfrutar un poco. ¿O no? Así que vamos a poner unos pequeños grandes momentos perfectos de la música en el cine, al menos para mí.
El primero es de una película de Star Trek, la penúltima, y se títula exactamente así "Un momento perfecto". Una ilustración y la música.
El segundo, como no podía ser, es de Star Wars, de "El imperio contraataca", un corte en el que el Halcón Milenario se enfrenta a un Destructor imperial. El maestro Williams en pleno apogeo. Casi nada.
El tercero pertenece a Cold Mountain. Ya lo había puesto una vez hace meses pero no me resisto a ponerlo de nuevo, así que ahí va. Intimismo a raudales.
No podía faltar una buena película de aventuras así que el cuarto corte es para Conan el bárbaro. Poledouris en uno de sus grandes momentos.
Por último, el quinto corte es para un compositor español, Javier Navarrete, que me sorprendió con la música que compuso para El laberinto del fauno. Así empieza la película.
Bueno, espero que os guste. Larga y próspera vida.
Seguro que si pregunto quien es James Newton Howard, la gran mayoría seguro que no sabe de quien hablo. Bueno, este señor es un compositor de bandas sonoras, uno de los mejores. No es muy conocido porque, aunque ha trabajado en películas taquilleras, tiene un estilo algo difícil y no reconocible, en un primer momento, como si puede ocurrir con otros compositores como John Williams, Danny Elfman o James Horner.
Comenzó a trabajar en el mundillo este a finales de la década de 1980 aunque se hizo popular a partir de la música que compuso para Pretty Woman. A partir de ahí ha compuesto numerosas bandas sonoras para películas de muy diverso tipo. Por ejemplo, ha compuesto la música para las películas de Night Shyamalan (El sexto sentido, El protegido, Señales, El bosque, Lady in the water, El incidente).
Entre las películas en las que ha puesto música podemos destacar El príncipe de las mareas, El fugitivo, Restoration, La boda de mi mejor amigo, Batman Begins, King Kong, Soy leyenda y muchas más entre las que se encuentran algunas para Disney (Atlantis, El planeta del tesoro y Dinosaurios). Si quieres saber más pues mira en su página no oficial, hala.
En realidad, todo esto es un gigantesco macguffin (peroqueesestoooo, dirán algunos). Ay señor, lo que hay que escuchar. Mira aquí, para que sepas que es eso del macguffin. Como me apetecía poner la música que voy a poner a continuación, pues me dije, vamos a hablar de algo que esté relacionada y así la coloco. Pues venga, a escuchar estos cortes de la música que Newton Howard compuso para Lady in the water. Si sentís curiosidad, diré que la película no está mal (tampoco es una obra maestra, ojo) pero a mí me entretuvo. Es un giganteso cuento de hadas con tintes de terror ambientado en un edificio de apartamentos. Lo mejor, algunos momentos de la película (sobre todo la ambientación) y, por supuesto, la música, que se sitúa entre la música íntima, el cuento de hadas (con un tema increíble) y acaba con un final apoteósico.
Los cortes que pongo son tres: el prólogo (al estilo de un cuento tradicional), un corte llamado "Charades" donde el prota va buscando a los personajes que le acompañarán en su objetivo y el último "The great eatlon", más apoteósico que coincide con el final de la película. Hala, a disfrutarlos.
¿Quién va a estar las tres próximas semanas viendo series y pelis acumuladas durante meses en el disco duro?
¿Quién va a estar yendo a la playita día sí y día también y ponerse como los lagartos al sol hasta jartarse? ¿Quién va a estar tocándose los ... (esomismo) sin dar un palo al agua? ¿Quién va a jugar todo el rato con los conejitos de los Raving Rabbids?
¿Quién acaba de salir de vacaciones durante tres semanitas?
Si crees que la respuesta es Juan Carlos I, Benedicto XVI o Isabel I de Inglaterra, ya te vale porque quiere decir que necesitas las vacaciones más que yo. Pero lamentándolo mucho no te las pienso cambiar porque el que está de vacaciones ces't moi. Así que nenes, nenas y demás fauna cibernética estais avisados. Postearé menos pero lo haré; pasaré por los blogs y comentaré. No os librareis de mí ni de vacaciones, bueno un poquito puede, pero solo un poquito.
Estoy vago, perezoso. No se me apetece hacer nada. Creo que mi neurona ha puesto desde el lunes el modo prevacacional y no envía los suficientes estímulos al resto de mi cuerpo para que haga lo que debe hacer, así que estamos en modo ahorro de energía. Encima el trabajo está bastante tranquilo (hasta mañana, al menos) y el ambiente está muuuuuuuuuy relajado. Como se nota que estamos en verano, prevacaciones y con horario reducido. Si es que no se puede pedir más ¿o si?
Y como Dios da pan al que no tiene dientes se me acumulan las ofertas. A buenas horas mangas verdes. Esta mañana me han llamado de la Delegación del Gobierno. ¿Qué habré hecho ahora sin darme cuenta? pensé. Resulta que el año pasado me presenté, por presentarme y animado por una amiga además de que tenía unas opos fresquitas y el temario era muy parecido, a las oposiciones de auxiliar administrativo del Estado, esas que se apuntan mogollón de gente para cincuenta o sesenta plazas. No aprobé el primer examen por poco, más bien por la parte de informática que es un poco coñazo, pero como constaba de dos partes y superé la primera parte pues creo, porque así lo había leído en algún foro por ahí, que habían listas de reserva para posibles sustituciones. Pues para eso me han llamado. Por lo visto están haciendo sondeos para cubrir interinidades de seis meses (agosto-enero) peeeeero ... para Lanzarote y Fuerteventura. Como comprendereis le dije amablemente que no me interesaba. Y a pulpear a la marea. Si es que cuando viene todo, lo hace a la vez.
Y como estamos así de relajados, tranquilos y un poco lazys pues un poco de música tranquila. Esta son los títulos iniciales de Las Horas, cuando las protagonistas se despiertan y empiezan un día que puede cambiar sus vidas, o no. Es una película que siempre me ha encantado y me gusta ver de vez en cuando. La música es de Philip Glass.
El lunes por la tarde estuve a puntito de convertirme en un auténtico ser maligno, en la bruja mala del Oeste. Aunque pueda defraudar a más de uno/a, a veces me sale la vena Cruella de Vil y soy un poco malo (o muy malo, según esté al otro lado). Mis amigos dirían con sorna que es que yo soy así, que soy (más bien puedo ser, diría yo) antipático, borde y hasta un pelín desagradable. Pero, que conste, que sólo me sale cuando me tocan mucho, pero mucho, las narices (por no decir otra cosa) y sobre todo con l@s que se pasan de listill@s.
Estando en el curro me pasan una llamada (ya se notaba el eco de la distancia) de una chica que había intentado renovar el préstamo de los libros por Internet. El ordenador, Internet, Timofónica, el servidor nuestro, la conjunción astral de los planetas o vete a saber el qué, pero no había podido hacerlo y ahora estaba con multa y no podía hacer la renovación. Y estaba en los Madriles. Con paciencia jobiana, le comenté lo de siempre: que no nos hacemos responsables, que sabe que el préstamo es una semana, que no siempre se puede renovar por Internet, que si esto, que si lo otro, que si ya tenía multa. Y ya se me cayó la mandíbula de la impresión cuando me larga que si le quito la multa (que no, baby), que si era becario (no, nena, que llevo aqui unos añitos), que si no me había visto nunca (aquí no me aguanté más y le dije que sería porque iba poco por la biblioteca) y que si el compañero anterior le quitaba las multas. Hasta aquí llegamos, pensé, y le comenté que lo que hicieran los demás me la traía al pairo (no exactamente así, que tampoco es cuestión que te pongan una hoja de reclamaciones). Cuando vió que no iba a conseguir nada, ya se despidió diciendo que ya llamaría por la mañana para que le quitaran la multa. Tras colgar, mi compañera estaba más alucinada que yo.
Estuve a punto de dejar una nota para los compañeros de la mañana por si llamaba, pero no lo hice. Estuve con las ganas de llamar el martes por la mañana para avisar, pero no lo hice. Cuando llegué al curro lo comenté y, por lo visto, no había llamado. Tengo unas ganas locas de que vuelva a llamar por la tarde, y coger yo el teléfono otra vez. Vaya que sí. Esta se va a acordar toda su puñetera vida.
Cambio de tema. Hace unos días (una semana o así) me iba a poner en el ordenador a postear pero mi pareja llegó antes y lo monopolizó. Ante esa disyuntiva me puse a ver las pelis que tenía y escogí V de vendetta. Se me apetecía verla de nuevo y, como siempre, me encantó llegar a la escena en que sale esta canción. Tiene muchas versiones pero la que sale en la peli es la original.
Quería haber posteado anoche pero estaba cansado así que me pegué una duchita, visité un par de blogs y me fui a la cama. A las 11 ya estaba durmiendo a pierna suelta. Cansado pero feliz, bastante feliz.
El viernes noche me fui al teatro a ver Rusalka, tal y como ya había comentado. La ópera relativamente bien, me gustó a pesar de ir un poco lenta y durar más de tres horas (con dos descansos de por medio). No soy un crítico de óperas, para eso hay grandes maestros como por ejemplo el blog de Mocho en su versión operística, que lo cuenta con más gracia y conocimiento, pero la escenografía me resultó bastante sencilla y clásica, no se complicaron mucho la vida. Los cantantes bien, me gustó mucho la soprano que hacía de Rusalka, tenía una buena voz, mientas que él cumplió. Lo que sí me pareció fue algo estática (excepto la escena del baile), sobre todo algunos personajes como la bruja que parecía una diva-drag, sin apenas moverse. Pero, en general, estuvo bien.
Después de la ópera nos fuimos a tomar algo, así que nos acostamos como a las tantas, bueno no tanto pero casi.
Al día siguiente, tenía cena en casa lo que implicaba "operación limpieza" por la mañana. Así que ahí estaba con la escoba, la fregona y demás parafernalia cuando me llamó una amiga para cogerme de chófer e ir a comprar la carne para un asadero al día siguiente. Ni la siesta pude echarme, porque los colegas empezaron a llegar como a las 5 y pico y tenía que recoger un poco aún. Y después de la cena a recoger, limpiar y fregar. Que dura es la vida de los amos de casa, cómo echo de menos el hotel familiar.
Y, para rematar, el fin de semana, ayer domingo asadero, organizado por una amiga que se casa dentro de dos semanas, una delas que fue al viaje de Barcelona de hace mes y pico. ¿Qué se puede esperar de un asadero? Pues eso, ponerse hasta arriba de comida y bebida. Eso sí, me "jarté" a reir con las cosas de un colega. Si ya lo decía mi madre: "estamos perdiendo una paga contigo".
Y esta semana ¿qué? Pues a ir de rebajas que necesito comprar un par de cosas y hay que reactivar la economía (sobre todo la mía), que estamos en desaceleración acelerada. Que la Fuerza os acompañe y podais conseguir algún chollo.
Casi se me olvida. Algo de música para empezar la semana con energía.
Tenía el post medio escrito, tenía la música seleccionada (en modo borrador, claro) y todo ha saltado por los aires a primera hora de la tarde.
Que sí, que sí, POR FIN, ya salió. Ya lo puedo decir con todas las letras, gritarlo a los cuatro ¿sólo? vientos, quedarme afónico y propagarlo hasta el infinito y más allá. Hoy el tribunal ha sacado la resolución, y este que escribe y suscribe va a pertenecer al personal de esta nuestra comunidad, no la de vecinos sino a la Autónoma de estas islas, pero de personal laboral fijo, eh, así que ya puedo irme a celebrarlo con todas las letras.
Parafraseando a papi Vader "hoy será un día largamente recordado".
Y, como sigo sin vivir en mí (como diría Teresita de Jesús), pues me voy con la murga a otra parte. Así que Nepo ya puedes ir sacando los ganchitos, los champanes y las copas porque ya podemos celebrarlo.
Si tú, querido lector, has estado leyendo este blog más de una ocasión, te habrás dado cuenta de que la música es algo que me encanta. Siempre me ha gustado, desde pequeñito, oir música y cantar, a pesar de mi oído deficiente y mi canto, casi graznido, aún más nulo. Uno de mis grandes arrepentimientos es la de no saber tocar un instrumento, aunque bueno, aún podemos estar a tiempo.
Un género que me gusta especialmente es la ópera, aún reconociendo que mis conocimientos son más básicos que el mecanismo de un chupachups. Conozco algunas cosillas, algunos cantantes, directores de orquesta, he oído unas cuantas y he asistido a otras tantas, pero no me considero un entendido sino más bien un simple aficionado. Claro que en este mundo, donde este tipo de música y de información es seguido por un número de personas más bien escaso, pues claro cualquier cosa que sepas parece que te hace un erudito. Y nada más lejos de la realidad.
La suerte que he tenido es que he podido asistir a las que me gustan y a otras por curiosidad, aunque no siempre a todas las que me hubiese gustado. Mi actual compañera de curro (a la que conozco hace varios años) cantaba en el coro del festival de ópera de esta ciudad y durante un par de años me pasaba entradas para asistir a los ensayos generales, que era como si vieses la función tal cual. Lástima que haya dejado el coro, era genial ir a la ópera sin pagar un durillo.
Entre todas las óperas que existen, y mira que hay muchas, pues tengo algunas favoritas, sobre todo los que son auténticos dramones. Por ejemplo, Madama Butterfly de Puccini, la típica historia de jovencita inocente seducida por marinero estadounidense con el que se casa, se queda embarazada y, tras conocer que su amor se ha casado con una americana, se suicida (uppss, menudo pedazo de spoiler acabo de contar). Como veis la historia no tiene nada de espectacular, es más resulta increíble que la protagonista tenga ¡¡15!! años, ¿eso no es pederastia o hay sexo consentido? En fin, ¿se imaginan a la Caballé haciendo de jovencita inocente de 15 años? Pues sí, con la música de Puccini todo es posible y creíble. Y si no me crees escucha este pasaje del primer acto, anda, que es cuando aparece nuestra protagonista, subiendo una colina hasta la casa, de ahí que durante la mayor parte sólo se oiga su voz hasta que al final aparece en escena.
Bueno, otra ópera que me fascina es La Traviata, de Verdi. Traviata significa extraviada, y es que esta es la historia de una cortesana, que no es una mujer que vive en la corte sino una meretriz, una prostituta de alto standing, vamos, para que se aclaren de una vez. Bueno, pues esta cortesana de nombre Violeta se enamora de un tal Alfredo pero renuncia a él a petición del padre del susodicho para que su hermana pueda casarse con un hombre de buena familia. Luego se reencuentran y se perdonan mutuamente. Que bonito, verdad ¿no les suena a algo así como Pretty Woman, chica encuentra a chico, se aman, pero como ella es de dudosa reputación renuncia a él? Pues no, queridos míos, esto no es Hollywood y no hay finales felices así que ella muere, como tiene que ser, perdonada y amada pero muere.
Esta ópera es toda una maravilla, tiene un aire de tristeza y melancolía permanente, incluso en los momentos supuestamente felices. Uno de los momentos más impactantes es el final del primer acto cuando ella se pregunta si este es el amor que estaba esperando, el que la redimirá de tanto despendoleo, pero ella prefiere seguir siendo el alma de la fiesta en Paris mientras al fondo se oye la voz de Alfredo que la hace dudar.
Otro de los momentos más impresionantes es este, cuando ella recuerda al pasado sabiendo que no volverá, y pide a Dios que la perdone por su vida descarriada.
Bueno, pues hala, os dejo ya tranquilos de tanta ópera. Como complemento, y de ahí todo lo anterior, diré que este viernes me voy a ver Rusalka, una ópera de Dvorak. Para aquellos curiosos diré que es una especie de La sirenita, en versión eslava y ¡como no! sin final feliz. La producción es del Teatro Nacional de Praga y espero que esté bien, ya contaré.