La ciencia ficción está de capa caída. Al menos no en lo literario donde hay cosas interesantes constantemente pero sí en el mundo del cine y la televisión. Si echamos una ojeada a los estrenos del año pasado veremos que sólo un puñado se acercan tangencialmente a esta temática (
Skyline,
Tron Legacy,
Predators,
Origen... ) y la calidad, salvo muy contadas excepciones,es bastante escasa. Plenamente de ciencia ficción no hay ninguna. Y esta situación se está trasladando a la pequeña pantalla.
En realidad, la ciencia fic
ción siempre ha sido un género minoritario en la televisión y en lucha constante por sobrevivir. "
Ey, diran algunos,
que hay series míticas en la televisión y son de ciencia ficción". Claro que sí.
Star Trek,
Espacio 1999 o
Battlestar Galactica son las que vienen a la cabeza para empezar pero podemos incluir a
Perdidos en el espacio,
The twilight zone,
V o
Los invasores por citar a algunos clásicos de los sesenta, setenta y comienzos de los ochenta. Y todas ellas tienen algo en común: su corta duración en antena. No creo que haya que recordar que la mayoría fueron canceladas por no tener una audiencia significativa. A excepción de algunas de estas series, ninguna superó las tres temporadas:
Star Trek (3),
Espacio 1999 (2),
Perdidos en el espacio (3),
Los invasores (2),
Battlestar Galactica (1). Las que se salen de esta norma son
The twilight zone (
La dimensión desconocida) que llegó a las cinco temporadas, aunque en su haber hay que señalar que también coqueteaba con lo fantástico y lo paranormal y no era exclusivamente scifi, y
Doctor Who, la serie inglesa que comenzó en 1963 y se emitió ininterrumpidamente hasta 1989.
Al calor de la carrera espacial de los sesenta, la obsesión por las invasiones extraterrestres y la literatura de ciencia ficción que alcanzó su madurez en esta época, entre otras motivaciones, surgieron la mayor parte de estas series. Muchas de ellas alcanzaron su popularidad no durante su emisión original sino en las sucesivas repeticiones de sus temporadas en años posteriores. Y es que la escasez de medios, en algunos casos rozando el tercermundismo televisivo, era crónica en este tipo de series (por ejemplo, la famosa teletransportación de
Star Trek fue un recurso ideado para abaratar costes). Y no sólo en lo que atañe a los recursos económicos para una ambientación más que digna sino también para una mejor calidad en los guiones. Con alguna excepción, como
Espacio 1999 que para la época sí que disfrutó de más posibilidades que el resto. Lo más interesante de todas ellas es que la ciencia ficción se planteaba como una táctica para plantear problemas actuales (la superpoblación, la escasez de recursos naturales, las relaciones humanas, etc) junto con sus dosis de aventuras, acción y escapismo. Con las limitaciones impuestas por los avances técnicos y los medios disponibles, claro.
Por supuesto que hay muchos casos más en esta época:
La fuga de Logan,
U.F.O.,
Ultraman o
Wonder woman, son ejemplos de series que siguen cumpliendo la norma de una vida corta en la televisión y una carencia de recursos pocas veces vistos en otros géneros.
A finales de los ochenta la situación comienza a cambiar un poco, a mejor, claro, y nos conduce a una pequeña edad dorada de la ciencia ficción en la televisión durante la década de 1990. Puede ser que hubiese un mayor interés en el tema, que la temática se tomase un poco más en serio, o que se incrementase el número de canales al surgir los canales temáticos para televisión lo que obligaba a aumentar la oferta. Razones, razones, quien sabe. El exponente máximo de este período fue la franquicia de Star Trek que en los noventa llegó a tener tres series en antena:
The next generation (de 1987 a 1994),
Star Trek Espacio Profundo 9 (de 1993 a 1999) y
Star Trek Voyager (de 1995 a 2001), e incluso una en este milenio,
Enterprise (de 2001 a 2005) y que fue cancelada tras cuatro temporadas.
Junto a la omnipresen
te Star Trek, también coexistieron otras series.
Babylon 5, una joya de la ciencia ficción televisiva,
Stargate SG1, que llegó hasta las once temporadas de 1997 a 2007, la inglesa
Enano rojo, que si bien empezó a finales de los ochenta llegó hasta 1999, o la menos conocida
Tierra 2, que sólo tuvo una temporada de vida. Además, los recursos económicos para estas series fueron más elevados que en las de sus antecesores y les permitieron aumentar la calidad en la ambientación y en los aspectos técnicos, gracias en gran medida al uso de la animación por ordenador. Como apunte señalar que en 1992 se creó Sci-Fi Channel (hoy Syfy) un canal dedicado por entero a la ciencia ficción y también al género fantástico, de terror y elementos paranormales.
A rebufo de la ola de los noventa se llegó a la primera década de este siglo con algunas incorporaciones pero que iban evidenciando una merma de ideas novedosas en los argumentos. Ahí tenemos a
Farscape (de 1999 a 2003),
Andrómeda (del 2000 al 2005), basada en una idea primigenia de Roddenberry, o la citada
Enterprise (de 2001 a 2005). De hecho, la escasez de ideas es tan evidente que las series que aparecen en realidad son revisitaciones o un aumento de las franquicias. En este último caso tenemos a
Stargate: Atlantis, que duró cinco temporadas (de 2004 a 2009) y
Stargate Universe, que ha durado dos temporadas y acaban de anunciar que la cancelan. Nunca una película había dado tanto de si: tres series y dieciocho temporadas en total. En el caso de revisitaciones tenemos a la nueva versión de
Battlestar Galactica que duró cuatro temporadas y de la que sacaron un spin off,
Caprica, o la de
V que comenzó el año pasado.
Y así llegamos a la actualidad, donde la oferta seriéfila de la ciencia ficción es bastante escasa por no decir casi nula. Al menos a unos niveles aceptables de calidad, y sí, me refiero a la nueva versión de
V. Las que existían pues han sido canceladas poco a poco, caso de
Caprica o
Stargate Universe, y quedan algunas que coquetean con la ciencia ficción pero que no las considero plenamente como tales, caso de
Fringe,
Doctor Who, y su spin off
Torchwood, o
Warehouse 13. Vamos, que el terreno se ha convertido en un auténtico páramo en el que se recurren a las reposiciones de las series canceladas, menos costosas de emitir y con una audiencia que aún las sigue.
Pero no debemos caer en el desánimo y pensar que el futuro es negro. Gris seguro, algo oscuro, pero no tan negro. Aquí va algunas novedades que se presentan para este año.
Battlestar Galactica Blood and Chrome. Sí, un nuevo spin off pero menos da una piedra. En este seguiremos a un joven Adama en la primera Guerra Cylon. Creo que intentarán lo mismo que en la serie madre, han planeado un episodio piloto y, si funciona, se convertirá en serie. Veremos.
Terra Nova, una serie en la que una familia del futuro viaja a la época de los dinosaurios para salvar el mundo. Detrás está Steven Spielberg como productor y no creo que llegue para este año sino más bien para el 2012.
Falling skies, otra serie que tiene detrás a Mr. Spielberg, y que narra la lucha de un grupo de civiles y soldados contra una invasión alienígena (a Ver a Ver, de qué me suena esto).
Outcasts, una serie de la BBC ambientada en un futuro cercano en la que un grupo de delincuentes e inadaptados tendrán que buscar un planeta habitable. Esta me interesa porque siendo de la BBC no creo que defraude y si encima sale el merendable Jamie Bamber, que más se puede pedir.
Y después de este tocho de lectura, que mejor que un poco de música. De ciencia ficción, por supuesto.
Larga y próspera vida.