Ahora que ha llegado el viernes, ¿adivinan quien tiene trece días por delante de vacaciones?
Bueno, vacaciones vacaciones no tantas porque ahí tengo a mis hijos empaquetados en cuarenta cajas. Sí, se dice pronto ¡cuarenta! cajas. Y el viernes que viene se supone que me las llevarán a casa con sus estanterías y alguna cosa más. Espero poder colocar alguna foto para que vean el trajín que supone cada mudanza. Y los días siguientes estarán dedicados principalmente a reubicarlos y hacer un pequeño expurgo de cosas que no quiero conservar. Aunque conociéndome me veo que de las cuarenta cajas me quedaré con treinta y ocho. Que síndrome de Diógenes debo estar incubando, por favor.
Ah, que lo de arriba no exime de aprovechar algún día para irme a la playa. Ya tengo pensado bajarme uno o dos días a esos sures, a botarme en la playa con un libraco y dormitar con el solecito de invierno, que da calor pero sin agobio. Y de eso también pondré fotos, jejeje.
4 comentarios:
Envidia no, lo siguiente. Por lo de la playa, claro, que destesto las mudanzas.
Eleuterio, y yo. A quien Dios no da hijos el diablo le da... libros y mudanzas ;)
¿Cómo que trece días? ¡Yo solamente tengo nueve!
A disfrutar de Maspalomas.
Rickisimus, es que me he pedido cuatro por mudanzas XDDD
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