Crónicas

El fin de semana empezó con energía. El viernes por la noche me fuí con Mokko y dos compañeros de sudor en el gimnasio (sí, estoy yendo por las mañanas, ya contaré) a tomar algo y jugar a los bolos en una bolera, lo cual hacía como veinte años que no pisaba. Y así me fue. No diré más, que uno todavía cuenta con un mínimo (escaso eso sí) de dignidad y verguenza. La próxima vez me pongo a practicar una semana antes, hombre...



El sábado no hice prácticamente nada. Algo de limpieza y recoger la casa, un viaje corto para llenar la nevera y quedar con los colegas por la tarde para una partida y la posterior cena de rigor. No salí por el carnaval, que ya está en pleno apogeo, porque ya me había comprometido pero el fin de semana que viene caerá. Ya tengo el disfraz preparado.

Pero hoy, jejeje, hoy me he ido a la playa. Me bajé con un amigo a Maspalomas a recargar las pilas. Y que bien me ha venido, he descansado, me he relajado y desconectado de todo. Había bastante gente, la gran mayoría guiris y casi nada de producto local, una día estupendo aunque el aire era un pelín fresco. Y me he venido como una gamba a medio hacer, o como Heidi con los carrillos colorados. Vamos, que he cogido un poco de colorcillo y ya no tengo ese amarillo tísico normal de estas fechas. A ver cuánto me dura.

Van Hessa ha sido muy generosa de darme un premio a la amistad bloguera, gracias guapa. Se supone que hay que elegir a cinco, lo que va a ser muy duro. Hay tres que ya son algo más que blogueros (vosotros sabéis quienes sois) así que los elegidos son Will y Grace (dos por el precio de uno), Sota, Nyc, Otto y la propia Van Hessa. Que ellos lo repartan a su gusto y albedrío.


Y como soy así de friki pues terminamos con una de peleas.

Buen comienzo de semana.