Al margen de la historia en sí, la novela de Dickens es una crítica social al sistema judicial de la época, donde la Cancillería se manejaba a voluntad del Lord Canciller, y de los abogados que no buscaban ayudar a sus clientes sino el beneficio propio (bueno, eso en gran medida no ha cambiado mucho). Eso sí, Dickens se las hace pasar canutas a sus protagonistas, como siempre, a pesar de que al final algunos de ellos puedan alcanzar la felicidad o la redención a sus males.
Esther y Ada en un momento confesión
Como todas las series de la BBC, destaca por contar con un amplio reparto muy solvente aunque algunos de los actores y actrices sean unos desconocidos por estos lares. Llama la atención Gillian Anderson (la ex-agente Scully) como la sufrida lady Dedlock o Charles Dance como el abogado Tulkinghorn, que acojona cada vez que sale en pantalla, entre los más conocidos. Del resto me quedo con el trío más joven, que solventa muy bien las relaciones románticas y los sufrimientos por los que pasan. Pero, en general, todos ellos, y son un reparto bastante amplio, están impecables con caras conocidas para aquellos que sigan las series inglesas. También me gustaría destacar la producción artística con una ambientación de la época, muy lograda y que está genial, aunque eso viniendo de la BBC es una norma ya; y la fotografía, con contrastes entre las escenas luminosas de campo y las oscuras y nocturnas en muchas de las que se desarrollan en la ciudad. De hecho, hay escenas que casi parecen sacadas de una película clásica de terror, con escasa iluminación, sombras y demás.
La serie tiene quince episodios que duran media hora, salvo el primero que llega a la hora, lo cual la hace ideal para verla en una pequeña maratón o poco a poco a la hora comer o cenar. Absolutamente recomendable si te gustan las novelas de Dickens y sus adaptaciones, así como las series ambientadas en el siglo XIX inglés. O simplemente si te gustan las series, claro.
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