domingo, 29 de abril de 2012
sábado, 28 de abril de 2012
jueves, 26 de abril de 2012
Crónicas chicharreras
Estoy un poco perezoso. Llevo una semana de trajín en el trabajo y hasta el martes me estaba recuperando del fin de semana en Coruscant. Entre una cosa y otra he tenido el blog un poco abandonado así que vamos a recuperarlo un poco.
El fin de semana pasado me fui a Tenerife (aka Coruscant) con el grupo de colegas de la universidad para ver a una amiga que está "exiliada" allí dando clase este año. Cada vez que quedo con este grupo de amigos salgo agotado, porque dos de ellos les encanta ir de aquí para allá, ver sitios, conducir, aprovechar el tiempo al máximo, vamos.Como sólo teníamos un par de días nos dedicamos a ver la zona más cercana a donde nos quedábamos, que dicho sea de paso es la más alejada de la capital imperial.
Ver mapa más grande
Es una zona que me recuerda bastante a la del oeste de esta isla, muy abrupta, carreteras con curvas constantes y subiendo y bajando. No apto para amantes de la velocidad, de las rectas largas y de los propensos al vértigo, sobre todo al comienzo del viaje.Y, como pasa frecuentemente en estas islas, sobre todo las más montañosas, pasamos de tener sol al fresquito de la costa con lluvia incluída.
Macizo de Teno, Masca y el faro de Teno
Acabamos en Garachico, que ya conocía de visitas anteriores, para comer. Nos dimos un paseo para bajar la comida porque además es un pueblo que se ha conservado bastante bien, es lo que tiene estar un poco lejos de las zonas más turísticas. Eso sí, un fresquito de cuidado.
Para el día siguiente habíamos decidido pasar por el Teide y subir hasta arriba, algo que no todos habíamos hecho. Hubo un amago de llegar hasta la cumbre realizando una ascensión por uno de los caminos, pero como había que pedir permiso y no había plazas pues se quedó para otra ocasión. Y menos mal, porque no íbamos preparados a pesar de que la subida son sólo doscientos metros (la caseta del teleférico está a 3.500 mts más o menos). Paramos en las Cañadas donde nos estuvimos haciendo fotos a lo loco como cualquier turista que se precie y luego nos fuimos al teleférico para subir. Se lo recomiendo a cualquiera, las vistas son impresionantes y el trayecto dura ocho minutos que se hacen eteeeeeernos. Cuando llegas hay que aclimatarse un poco porque, aunque no lo parezca, la altitud se nota y la falta de oxígeno más aún.
De allí salimos pitando porque era más de la una y teníamos que comer antes de coger el vuelo. Así que nos fuimos a la Esperanza, una zona cerca de La Laguna donde comimos requetebienisimo y sin muchas prisas; de hecho, devolvimos el coche de alquiler antes de lo previsto por lo que hubo tiempo para descansar un poco en el aeropuerto disfrutando con los aviones que salían.
Y ahora una poca de música...
domingo, 22 de abril de 2012
sábado, 21 de abril de 2012
viernes, 20 de abril de 2012
Viaje express
Este fin de semana toca visita a Coruscant. Así que hoy será fichar y salir corriendo...
Y como me conozco al personal con el que voy y se que ya tienen planeado hacer tropecientas cosas, me temo que el domingo por la noche llegaré así.
Pero, como suelen decir, sarna con gusto no pica. Y más si consiste en viajar con buena compañía.
jueves, 19 de abril de 2012
Engañando al público
Una de las mejores cosas que recuerdo de pequeño consiste en estar un domingo por la tarde-noche viendo en el televisor un documental, lo que hoy llamaríamos un "making of", de El imperio contraataca, y alucinando cómo alguien podia crear aquellas maravillas, conseguir que las maquetas pareciesen reales y todo lo relacionado con los efectos especiales. Probablemente de ahí arranque mi fascinación por todo el mundo de la ciencia ficción, tanto en películas como en libros y demás, y sobre todo por los efectos especiales. Cómo, a veces incluso con técnicas muy simples y sencillas, consiguen engañarnos y hacernos creer lo que no existe, lo que no es o simplemente otra realidad.
Uno podría pensar que casi todos estos engaños se producen en el cine, pero lo cierto es que cada vez se dan más en las series de televisión. Básicamente porque sirven para abaratar costes, simular escenarios lejanos, ambientar épocas pasadas o ficticias, etc. Aquí va una muestra.
Uno podría pensar que casi todos estos engaños se producen en el cine, pero lo cierto es que cada vez se dan más en las series de televisión. Básicamente porque sirven para abaratar costes, simular escenarios lejanos, ambientar épocas pasadas o ficticias, etc. Aquí va una muestra.
miércoles, 18 de abril de 2012
Colocando
Definitivamente, las cosas se van poniendo en su sitio y, aunque como le decía ayer a una amiga hay días con su más y otros con sus menos, parece que el camino va hacia adelante y no para atrás. He visto a T. un par de veces estos últimos días y ya no me deja con el cuerpo revolucionado como me pasaba hace unas semanas. No se si es un buen síntoma o no; bueno de que la realidad, por fin, se vaya normalizando o no tan bueno porque inevitablemente no hay vuelta atrás, lo cual tampoco es una novedad. Reconozco que me cuesta tomar decisiones, sobre todo las personales, porque las sopeso muy mucho (a veces diría que hasta demasiado) pero cuando lo hago ya no suelo retroceder. Y esta no va a ser una excepción.
Además, este fin de semana ya quedó otra situación dilucidada. Tuve cita. De las clásicas, con sus tres C. Me lo pasé muy bien pese a que me quedó claro que no hay nada que rascar. En fin, otra vez será. Sigo echando de menos un bulto sospechoso al otro lado de la cama, el calor que desprende la otra persona, chocar con él... Diez años de convivencia y dormir con alguien son difíciles de borrar de la memoria.
Y, como en un puzzle, voy colocando las piezas...
Además, este fin de semana ya quedó otra situación dilucidada. Tuve cita. De las clásicas, con sus tres C. Me lo pasé muy bien pese a que me quedó claro que no hay nada que rascar. En fin, otra vez será. Sigo echando de menos un bulto sospechoso al otro lado de la cama, el calor que desprende la otra persona, chocar con él... Diez años de convivencia y dormir con alguien son difíciles de borrar de la memoria.
Y, como en un puzzle, voy colocando las piezas...
domingo, 15 de abril de 2012
sábado, 14 de abril de 2012
viernes, 13 de abril de 2012
Tener o no tener
Cada vez estoy más convencido que en el fondo los seres humanos somos egoístas. Quien más, quien menos, siempre queremos tenerlo todo. Y no conseguirlo nos frustra. Demasiado para disfrutar del resto. Porque siempre estamos pensando/diciendo/anhelando lo que no tenemos. Pero ¿te has parado a pensar alguna vez en lo que sí tienes?
miércoles, 11 de abril de 2012
Destripando... Intocable
Hace un par de fines de semana me fui a ver el último gran éxito del cine francés: Intouchables (Intocable).
La película es una comedia con pequeños tintes de drama, vamos, lo que en televisión se denomina a veces dramedia. En el fondo es una peli amable, donde los puntos o escenas cómicas vienen determinadas principalmente por el choque cultural, económico y social entre los dos protagonistas. Omar Sy está estupendo como el inmigrante que tiene que lidiar con los problemas con su familia mientras se integra en el entorno de lujo de Philippe. Y François Cluzet también lo borda como un parapléjico que no busca compasión sino vivir la vida de la manera que le ha tocado.
En realidad, no hay nada nuevo bajo el sol y los directores, responsables también del guión, se limitan a seguir la archiconocida fórmula de que los polos opuestos se atraen. La película se sostiene básicamente por los dos protagonistas y los momentos que viven entre ellos, dejando al resto al margen. Lo mejor que tiene es que no intenta sacarte la lágrima fácil, que con el tema que trata bien podría haber acabado así, sino que disfrutes como ellos de sus vivencias, de la música, de la capacidad por el asombro, de los lazos que se van creando.
Como decía, una película que te deja con buen ánimo, en la que te lo pasas bien, te ríes en algunos momentos a carcajadas (gracias a la capacidad de sorprenderse sin tapujos ni cortapisas de Driss, como en la escena de la ópera) pero que tampoco creo que pase a la historia del cine por un guión novedoso o una dirección espectacular. Lo mejor de todo son los actores que hacen la historia más creíble.
Driss es un joven inmigrante que acude a una entrevista de trabajo con la única intención de que le sellen la tarjeta para poder cobrar el paro. Pero se encuentra con Philippe, un parapléjico millonario, a quien le sorprende el desparpajo de Driss y le contrata. A partir de aquí, la película se mete de lleno en las aventuras y desventuras de un millonario y su cuidador en Paris, cada uno con sus experiencias pasadas y que van creando un vínculo más sólido de lo que podría presuponerse en un principio.
La película es una comedia con pequeños tintes de drama, vamos, lo que en televisión se denomina a veces dramedia. En el fondo es una peli amable, donde los puntos o escenas cómicas vienen determinadas principalmente por el choque cultural, económico y social entre los dos protagonistas. Omar Sy está estupendo como el inmigrante que tiene que lidiar con los problemas con su familia mientras se integra en el entorno de lujo de Philippe. Y François Cluzet también lo borda como un parapléjico que no busca compasión sino vivir la vida de la manera que le ha tocado.
En realidad, no hay nada nuevo bajo el sol y los directores, responsables también del guión, se limitan a seguir la archiconocida fórmula de que los polos opuestos se atraen. La película se sostiene básicamente por los dos protagonistas y los momentos que viven entre ellos, dejando al resto al margen. Lo mejor que tiene es que no intenta sacarte la lágrima fácil, que con el tema que trata bien podría haber acabado así, sino que disfrutes como ellos de sus vivencias, de la música, de la capacidad por el asombro, de los lazos que se van creando.
Como decía, una película que te deja con buen ánimo, en la que te lo pasas bien, te ríes en algunos momentos a carcajadas (gracias a la capacidad de sorprenderse sin tapujos ni cortapisas de Driss, como en la escena de la ópera) pero que tampoco creo que pase a la historia del cine por un guión novedoso o una dirección espectacular. Lo mejor de todo son los actores que hacen la historia más creíble.
Y luego está la música. La banda sonora tiene dos partes bastante diferenciadas. Por un lado, la estupenda música intimista de Ludovico Einaudi, a base sobre todo del uso del piano y que resalta en las escenas más personales y emotivas. Y luego están las canciones que aparecen en la película y que tienen una razón de ser, no están metidas con calzador para dar a conocer a tal o cual artista. Sobre todo porque algunas de ellas son bastante conocidas, destacando las sorpresas de Earth, Wind & Fire.
martes, 10 de abril de 2012
El Parte Semanal
Hacer la compra y comprobar que el Metadona está hasta la bandera como si fuese el Camp Nou en un Barça-Madrid. Desquiciante.
Quedar con los colegas en casa para comprar los billetes de nuestra visita a Coruscant, capital del Imperio Galáctico, de la semana que viene. Estoy previendo que va a ser un no parar de conducir y conducir.
Emergencia médica protagonizada por T. que quedó en un susto. Y menos mal.
Raciones cinéfiles (que ya contaré).
Visitar a tus padres y que te aprovechen para buscar, y reservar, por los interneces sus próximas vacaciones el mes que viene en un todo incluido mientras me muero de las ganas por irme con ellos.
Ir a la playa y no pisarla porque hace un día de m...a, después de estar como una hora en un atasco a la salida de la ciudad. Terraceo, paseíto observando la fauna europea y antojo de comida basura que fue debidamente satisfecho.
Compensaciones kármicas (si crees en ello, claro). Almuerzo en el Puerto de las Nieves con amigos y luego un par de horas de playa en una no-playa gracias a tenerlo previsto y haber llevado el bañador y las toallas. Resultado: llegar a casa emulando al Dr. Zoidberg.
Cabreo por ir a Correos a buscar un paquete y encontrarte la oficina cerrada sin aviso ni nada. Toma empresa privada y productividad.
Inicio de partida al Dragon Age con los colegas el sábado por la tarde, sazonado todo con comida hipersana y superdietética.
Luego salida nocturna de copeteo, para confirmar que o sigo siendo el Hombre Invisible o Mr. Magoo. Ni caso, oigan, ni una rozadura, ni un traspiés casual ni nada de nada. Al menos que viese o detectase, y teniendo en cuenta lo perjudicado que está mi radar gay...
Pesarte el lunes por la mañana y descubrir que has ganado peso y que la Operación Bikini 2012 se está yendo al garete después de una semana de semiexcesos gastronómicos.
Y, por último pero no menos importante, recibir un par de mensajes por whatsapp que te alegran ya no sólo la tarde sino el día y hasta la semana. Así de fácil soy de contentar y mantener alegre.
domingo, 8 de abril de 2012
sábado, 7 de abril de 2012
Música (LVII)
Exsultate, jubilate,
vos animae beatae,
dulcia cantica canendo:
cantui vestro respondendo
psallant aethera cum me.
Fulget amica dies,
jam fugere et nubila et procellae
exortus est justis inexspectata quies.
Undique obscura regnabat nox,
surgite tandem laeti
qui timuistis adhuc,
et jucundi aurorarae fortunatae
frondes dextera plena
et lilia date.
Tu virginum corona
tu nobis pacem dona
tu consolare affectus
unde suspirat cor.
martes, 3 de abril de 2012
Sal con un friki
A veces, no, corrijo, casi siempre hay alguien que escribe lo que a tí se te ha ocurrido ocasionalmente en pequeños flashes. Y, por supuesto, con muchísimo mejor estilo que uno. Este post es uno de ellos. Este es tan simple y perfecto que lo he copiado tal cual y lo he puesto por aquí.
Leído en Una de Rizos (vía CastaDiva en FB)
Sal con un friki. Queda cualquier tarde para jugar al Wow con alguien que se gaste su dinero en libros o cómics en lugar de gafas de sol de marca. Alguien que siga creyendo en los finales felices de las novelas de aventuras, que muestre luz en sus ojos al hablar de la primera camiseta de Batman que cayó en sus manos cuando era un niño.
Encuentra a un chico al que llamen friki. Sabrás reconocerle porque suelen perderse en bibliotecas y parques, en Norma Cómics y en foros de internet donde aún se escribe usando todas las letras del abecedario. Suelen tener blogs donde hablan de sus pasiones, de sus sueños y sus ilusiones sin ningún pudor a mostrarse vulnerables, quizá usando algún seudónimo que garantice su anonimato. Pero no te preocupes; sabrás reconocerle en cualquier cafetería porque su tazas de café suelen ir acompañadas sobre la mesa por libros, comics, e-books o portátiles. Si te chocas con él caminando por la calle ten paciencia: su mente viaja más allá de lo que le rodea, y seguramente caminase soñando con otros mundos mucho más bonitos que el tuyo cuando se tropezó contigo.
No pierdas la oportunidad de conocerle más. Interésate por Kafka, por Tolkien, por George R.R. Martin, por Reverte, por Dan Simmons, por Cels Piñol, por Humberto Ramos, por las series de la HBO. Respeta su silencio mientras pierde su mirada entre párrafo y párrafo, y escucha atentamente sus discursos entusiastas y acalorados acerca del último capítulo de The Big Bang Theory. Aprende a compartir su atención, puesto que es imposible luchar contra esa parte de él mismo que le hace diferente. Únete a sus pasiones. Pregúntale si prefiere ser un Stark o un Lannister, y diviértete sintiéndote cómplice de sus sonrisas.
Es muy fácil salir con un friki. Regálale libros por su cumpleaños, pijamas manchados de sangre de zombi por Navidad, relojes en código binario por vuestro aniversario. Comprobarás que, a pesar de tener preferencias materiales exóticas, es detallista y romántico. Se empeñará en convertir vuestra historia de amor en una fantasía épica en la que no faltarán enardecidas batallas con deliciosas consecuencias y celebraciones por todo lo alto para los héroes vencedores. Te mimará sobremanera y te recordará como Spartacus a su musa cuando estéis separados; en su mente tan sólo hay una Sura digna de su corazón. Serás su más preciado tesoro. Su Penny. Su Princesa Peach. Su Leia.
Pónselo difícil. Ha aprendido junto a sus personajes protagonistas favoritos que las mejores recompensas llegan después de los más duros esfuerzos, que no hay belleza en lo fácil. Luchará por ti hasta llegar a ese capítulo en el que le entregues tu corazón, porque sabe que merecerá la pena. Como cuando tuvo que pasarse un escenario entero matando bichos con un cuchillo hasta llegar a la preciada escopeta.
No tengas miedo de equivocarte. Todos se equivocan, y él más que nadie lo ha vivido en esos giros argumentales en los que la razón del narrador se pierde por algunas páginas y todo vuelve a su cauce, al cabo de otras tantas. Sabe que las princesas de los cuentos a veces ponen a prueba a sus héroes y quizá no necesiten ser salvadas, como Lara Croft. Que tú, igual que Daenerys o que Lisbeth Salander, puedes quemar como el fuego cuando te enfadas, pero que tras tus ardientes emociones se esconde un gran corazón que le quiere. Que si guarda su cariño igual que guarda las partidas, siempre podrá volver a intentarlo si su Prince of Persia cae al vacío.
Si te ganas a un friki, mantenlo cerca. Acostúmbrate al olor a libro viejo, a encontrarte figuritas en miniatura amontonadas por cada rincón de vuestra casa. A tropezarte con peluches de Cthulhu entre las sábanas cuando te acuestes, y despertarte con un chico gritando entre sueños "NOOO PUEDEEES PASAAAAR" a tu lado, a media noche. No encontrarás mejor compañero de domingos por la mañana, cuando te sientes en la terraza a leer tu revista favorita y él te acompañe tumbándose a tu lado con una paz infinita a leer Sandman. Aprenderás lo hermoso de los silencios compartidos, la maravilla de reconocer sus emociones de Peter Pan con sólo una mirada.
Vuestra casa no se inundará con el clamor del fútbol las noches de mundial, pero sí con el estruendo de los persas luchando contra los espartanos, o de los escoceses alzando la voz y pidiendo libertad. Con la banda sonora de Sweeney Todd. Con la musiquilla que suena cada vez que aparece el malo del Monkey Island.
Te pedirá matrimonio en un escenario que le recuerde al amor. Con suerte será en París, o en Roma, o en un bosque frondoso y vivo, o bajo un cenador cuajado de jacarandas. Pero no te asustes si se arrodilla frente a ti en un hotel encantado, o jugando al Paintball, o en una selva que se asemeje a la Cuenca de Sholazar, o en un taxi recorriendo la ciudad con una lista de las mejores fiestas, o en una granja de Texas, o visitando los escenarios hawaianos donde se rodaron escenas LOST. Nada es previsible con él, igual que ocurre con las buenas novelas.
Serás tan feliz a su lado que te sentirás como Scully y no recordarás cómo era tu vida antes de conocer a Mulder. Les leerá cuentos a vuestros hijos. Incluso mejor: se los inventará. Hará de la infancia de los niños algo hermoso y divertido, y prescindirá de objetos materiales y perecederos para entretenerles siempre que le sea posible. Les enseñará a soñar, a imaginar, a pintar la vida de colores mágicos. A decidir por ellos mismos. A no perder el rumbo que guía sus barcos hasta la isla del tesoro. A creer en la amistad.
Envejecerá a tu lado y te seguirá viendo siempre hermosa. Sabrá mirar más allá de la piel y te amará toda la vida a pesar de tus defectos o, quizá, precisamente por ellos. Nunca dejará de ser un niño con mirada de cachorrillo y te acompañará en tus paseos tranquilos hasta que se le agoten los corazones de la barra de vida.
Sal con un friki porque te lo mereces. Te mereces a alguien que pueda darte la vida más emocionante y divertida posible. Si tú te quedas en la superficie, si te importa el qué dirán y no eres capaz de valorar lo que de verdad importa y le da autenticidad a la existencia, quizá estés mejor sola. Pero si quieres el mundo y todas las sagas que le sucederán... sal con un friki.
O mejor aún. Sal con un friki, como tú.
domingo, 1 de abril de 2012
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