Azares, posibilidades, amores...

Creo que en la mayoría de las ocasiones no somos conscientes de hasta qué punto nuestra vida se desarrolla fruto del azar y no tanto de decisiones que tomamos con todas las de la ley. Aquello que siempre se dice de "estar en el lugar oportuno en el momento adecuado" sin ser un tópico o una frase hecha no deja de encerrar mucha verdad. A veces demasiada. Que un día que no tienes pensado salir, lo hagas porque un amigo te empuja y se encuentra con un amigo suyo que te presenta y surge una complicidad que lo convierte en parte de tu vida; encontrarte con un conocido/amigo por la calle que hace tiempo que no ves y te comenta algo sobre una posibilidad de trabajo... Cada vez que tomamos una decisión, cualquiera que sea (salir de marcha, ir al cine, quedarte en casa, hacer un curso o estudiar, ir a la playa, etc), se abre un abanico casi infinito de posibilidades, de bifurcaciones en nuestra vida que pueden ser inocuas o bien transformarla por completo.

Por ejemplo, hace cinco años cuando decidí abrir el blog y leía los blogs de otras personas, algunos de los cuales permanecen aún en el lateral de la derecha, en la cadena que siempre se va creando llegué a un blog donde me reencontré con alguien que había conocido en la universidad, que había vuelto a la isla hace unos años y se había casado hacía muy poco; hoy en día ambos, él y su marido, son buenos amigos míos y se hallan integrados en mi vida. Y cuando esto sucede no nos solemos plantear cómo fue que aquella decisión de leer algunos blogs propició el reencuentro y la ocasión de conocer gente, de viajar, de realizar cosas que de otra manera no habrías hecho nunca.

Todo viene a cuento porque si alguien me hubiese dicho hace un par de meses cómo estaría hoy no me lo habría creído. Conocer a alguien porque un día te envía un mensaje a través de una página, verse en la playa un fin de semana, hablar durante casi un mes por teléfono y whatsapps mientras nos vamos conociendo, hablando de todo un poco, darte la sorpresa de venir el fin de semana de tu cumpleaños, que conozca a tus amigos (algunos) y luego tú a los suyos (algunos) porque te vas a su casa que está en otra isla, y pensar que van surgiendo cosas/necesidades/sentimientos que creías estaban dormidos o guardados en el fondo de un cajón... Eso sin contar con las vueltas que da la vida a la hora de buscar un nuevo piso, que esa es otra historia y tiene tela. Pues eso, que últimamente ando muy contento y feliz. Bastante... Mucho, para que decir otra cosa. Y que, a pesar de no tenerlo todos los días al lado físicamente, sí que lo tengo de otra manera y aprovechamos los fines de semana como nunca. Sobre todo ahora que empiezan mis vacaciones. 

Y que viva la tecnología: whatsapps, skypes, teléfonos móviles y demás parafernalia. No quiero pensar cómo habría sido hace quince años.