Entre la desidia natural del que escribe, que aunque no se lo crean a veces..., bueno para ser sincero muchas veces, me dejo vencer por el perreo, más de lo deseable e incluso recomendable; la vagancia estival propia de estas fechas donde los calores no ayudan precisamentre a la ejecución de actividades mentales sesudas; y el hallarme en fase de aproximación a otra persona humana que absorbe, cual agujero negro, buena parte de tu tiempo libre (y el ocupado también), digamos que no tengo mucho tiempo/ganas/energía para dedicarle al blog. Que no está muerto ni en fase terminal, sencillamente está en modo letárgico, esperando el momento de su reactivación.
Como decía Mocho ayer, después de tantos años uno se pregunta qué contar en el blog que no sepan ya de mi... ¿aquella batallita escolar de cuando te tiraron desde un primer piso? ¿las aventuras de instituto? ¿la primera vez que te pillaron... fumando? son de esas preguntas metafísicas tan universales en la cabeza de un blogero como la de si el universo se expande hasta el infinito o no en la de un físico. Y a las que es díficil hallar una respuesta concreta, lógica y simple, porque en el fondo cada blogero es un mundo y se la contesta como quiere, puede o le da la gana. Así que me mantengo en mis trece y he decidido que seguiré hablando de lo que me apetezca y vaya surgiendo en este mundo, de las frikadas que me encuentre, de cine, de música, de bandas sonoras, de series de televisión y un poco de mi. Todo ello agitado, no batido.
Pero eso será a partir de mañana. Ahora toca ración de música.
2 comentarios:
Pues claro que si, esa es la gracia del blog: hablar de lo que a uno le apetezca, y si no le apetece no hablar :-)
¡Besos!
Exacto, y en ello estamos. Un besazo ;)
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