miércoles, 31 de diciembre de 2014

Viva el 2015

Con este título tan de gala ochentera, despedimos a otro año que se va. Otro año a trancas y barrancas con el blog. Otro año agradeciendo a los que seguís viniendo por aquí a leer lo poco que escribo. A vosotros y a todos los demás espero y deseo muy mucho que el año que empieza mañana sea mejor que este, al menos que se mantenga y no empeore, y que traiga sólo cosas buenas. Un abrazo muy fuerte y empezad con buen pie: bailando y disfrutando de la noche.




sábado, 20 de diciembre de 2014

Música (CXCVII)


1. Prelude In the Style of Bach 0:00
2. Et Pastores erant; Gloria (Chorus) 3:14
3. Expectants expectavi Dominum (Soprano) 9:03
4. Domine, ego credidi (Tenor, Chorus) 13:12
5. Benedictus qui venit (Soprano, Bass) 17:14
6. Quare fremuerunt gentes (Chorus) 21:16
7. Tecum principium (Soprano, Tenor, Bass) 25:17
8. Alleluja (Soprano, Soprano, Alto, Bass) 29:41
9 .Consurge, Filia Sion (Soprano, Soprano, Alto, Bass, Chorus) 31:55
10. Tollite hostias (Chorus) 37:24

jueves, 18 de diciembre de 2014

Series para Navidad

Ahora que estamos de pleno en esa época del año donde las noches son eternas, llueve más de lo acostumbrado y hace un frío que rasca, lo único que apetece es estar en casa acoplado al sillón, con una manta y disfrutar de tu ocio favorito: un buen libro, una película o series a mogollón. Si encima le añadimos que ya nos han pegado esas "fiestas" donde debemos estar felices y sonrientes, ponernos como cochinillos de comer y beber y disfrutar de la familia pues entenderán que las ganas de acoplarse en el sillón aumentan. Así que frente a tanto anuncio ñoño, tanto sentimentalismo y tanto buen rollo, les presento algunas propuestas de series para disfrutar del terror, del mal rollo, y pasar un mal rato con el que desahogarse en estos días, en los que espero tengas unos cuantos días libres.

La primera propuesta es The Strain, una serie producida por Guillermo del Toro y que está basada en el libro escrito por él mismo y Chuck Hogan. La historia comienza cuando aterriza un avión en Nueva York procedente de Berlín que se para en seco en medio de la pista y que no responde a las llamadas. Se recurre a los profesionales del CDC y pronto empiezan a suceder cosas extrañas; no desvelo más porque desde el primer episodio uno ya intuye por donde van los tiros. Es una mezcla de terror, drama y una poca de ciencia ficción, teniendo en cuenta que se trata de terror en la televisión. No van a ver cositas tipo Saw, Hostel o similares sino algo más para el público general lo que no quiere decir que esté exenta de alguna que otra escena malrrollista. Buena ambientación, interpretaciones más que aceptables y una historia por ahora interesante; es curioso pero la acción que se desarrolla en los trece episodios de la primera tremporada transcurren en sólo una semana, hay algunos episodios que narran unas pocas horas de la historia. 


La segunda propuesta en marcha es Penny Dreadful. Ya, ya se que con esta llego un poco tarde porque se emitió antes del verano pero, bueno, es lo que hay. A diferencia de la anterior, ésta se halla ambientada en el Londres victoriano y es una revisitación de todos los mitos del terror literario más clásico, así que empiecen a imaginar que más de uno sale ahí. Todo comienza cuando Vanessa Ives, una misteriosa mujer, requiere los servicios de Ethan Chandler, un pistolero que trabaja en un espectáculo del Oeste de gira por Europa, para ayudarla a rescatar a una persona. A partir de aquí se desencadenan una serie de acontecimientos en los que participan personajes literarios conocidos y que se entrelazan con historias comunes basadas en el horror y suspense. Esta es de las producciones con pedigrí: caras ultraconocidas (Eva Green, Timothy Dalton, Josh Hartnett, Billie Piper), una producción y ambientación muy cuidada (tanto en lo relativo a los bajos fondos como a los clubs más selectos), una historia que intenta enlazar todos los mitos literarios. Eso sí, más que terror terror es de suspense con gotas de horror por lo que es mucho más light que la anterior.


Una tercera propuesta es The Knick, derivado del nombre del Knickerbocker Hospital, lugar donde se desarrolla la trama. Ambientada a comienzos del siglo XX, la historia sigue los pasos del Dr. John W. Thackery, un brillante cirujano que además es adicto a la cocaína y que aplica los avances científicos de la época. Esta serie en realidad no es de terror sino un drama médico, aunque fuera de lo habitual ya que intenta reflejar no sólo la sociedad clasista de la Nueva York de la época sino también las carnicerías que se producían en los quirófanos. Esta la tengo aún pendiente pero, por lo que he leído por ahí, tiene unas cuantas escenas bastante fuertes dignas del mejor gore. Dirigida por completo por Steven Soderbergh, está interpretada por Clive Owen que ha obtenido buenas críticas por su interpretación y está nominado como mejor actor en los Globos de Oro 2015.


Por último, un guilty pleasure: Z Nation. Sí, otra de zombies dirán. Pues sí, pero muy lejana de The Walking Dead. Z Nation es la hermana bastarda, cutre y sin complejos de la anterior; aquí los zombies corren y mucho, no hay grandes diálogos sobre lo que somos y la pérdida de humanidad y no se tarda una eternidad en que se desarrolle una trama. Aquí van directos a los hechos, a entretener machacando personal y zombies, a sobrevivir. No en vano está producida por The Asylum, esa productora de bajo presupuesto creadora de títulos tan emblemát... ejem... como Sharknado, por citar el más conocido y más reciente. Un mero entretenimiento para descargar adrenalina, pasárselo bien y de encefalograma absolutamente plano con el que rellenar un rato. Aunque absolutamente disfrutable.


Lo mejor es que todas ellas están compuestas de una primera temporada de tamaño medio o corto; desde los ocho episodios de Penny Dreadful a los diez de The Knick o los trece de las otras dos, lo que propicia que se vean en pequeñas minimaratones vespertinas o de fines de semana. Aunque las pueden ver en versión original (aquí para lo que ya saben), tanto Penny Dreadful como The Knick se pueden ver ya dobladas al español.Que las disfruten.


jueves, 4 de diciembre de 2014

Last vision

Para los que llevamos gafas, la visita al oculista es un ritual anual o bianual que debe cumplirse sí o sí. Sobre todo cuando eres bastante joven, por aquello de la detección y corrección, y ya a ciertas edades en que la visión comienza a pasar factura. Mas cuando las llevas de toda la vida como el que escribe que empezó con ellas desde los cinco años. Se puede decir que prácticamente no tengo apenas recuerdo de no llevarlas encima, de levantarme por las mañanas y cogerlas para ir al baño o cualquier otro sitio. Así que, más que una carga, las considero como unas compañeras necesarias que están ahí constantemente aunque la mayor parte del tiempo ni me de cuenta de su presencia.

Dicen que los Virgo somos personas amantes del orden, de la rutina, de todo lo que conlleva la organización. Ja, ya quisiera verlos en casa de un gran amigo cuya habitación en casa de sus padres era un auténtico agujero negro que ríete del de Interstellar. Situación que no ha mejorado en absoluto tras casarse y tener una hija, más bien se ha agravado con la adquisición de la vástaga. Pero algo hay de cierto tras las leyendas y cuentos que se narran. Si no como explicaría el haber estado yendo durante treinta nueve años, sí 39 (ahora en números), al mismo oculista. Es el mismo especialista al que iban mis abuelos, mi padre antes de casarse y al que hemos ido mis hermanas y yo mismo durante todo este tiempo. En realidad, ir a la revisión anual de mis ojos siempre era una pequeña aventura que me permitía salir un rato antes del colegio por la tarde cuando me recogían mis padres; entrar en una sala semioscura, probarte lentes, seguir sus indicaciones y disfrutar del momento que te tocaba. Y aunque fueses un niño creo que jamás te trataba como tal, siempre con respeto y cariño pero como si fuese un adulto: "mira aquí, mira allí, ¿cómo ves mejor, con esta lente o esta otra?" Pese a que dijese que tenía los ojos como las gallinas, uno para ver de cerca y otro para ver de lejos.

Ayer fui a hacerme la última revisión con él. Digo la última porque, después de preguntarme por mi padre y cómo estaba yo, me comentó que se jubilaba el mes que viene. Es verdad que en los últimos años había ido reduciendo su presencia en la consulta y ya solo pasaba tres mañanas en ella, dejando el resto del tiempo a sus hijos, que continúan con la saga familiar. Y es lógico que con 82 años se retire ya. Pero, para mí, supone el fin de algo que parecía inmutable y permanente, de una visita que ya realizaba cada dos años pero que me encantaba porque te sentías como en casa. Y la prueba irrefutable de que uno va cumpliendo años sin remisión y que hay cosas que no tienen vuelta atrás...


lunes, 1 de diciembre de 2014

Póntelo, pónselo

La semana pasada leía un artículo en El País en el que se señalaba que España se sitúaba por encima de la media europea en los nuevos diagnósticos de VIH. Casi 3.300 personas se contagiaron en el año 2013. Se especificaba que en el Espacio Económico Europeo sólo existía un grupo que había aumentado las infecciones en la última década: los hombres que tienen sexo con hombres, sobre todo en chicos de 20 a 30 años. Y todo porque se ha implantado la percepción de que el virus no mata, que se ha convertido en una enfermedad crónica... Eso es un gran error porque tal vez sea cierto que no sea la pandemia de los ochenta pero sigue ahí, el VIH no tiene cura y puede arruinar la vida de una persona.

Así que hoy, en el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, recuerda ponerte el condón y evitar las actividades de riesgo. No hay necesidad de poner tu vida en peligro por unos momentos de placer. Como decían en el anuncio de los 80: Póntelo, pónselo. Y si quieres hacerlo bajo tu responsabilidad recuerda que hacerse la prueba del VIH es anónimo y bastante rápida, por lo que no hay excusa para no saberlo. A cuidarse, gente, que vida no hay más que una.