¿Te gustan las películas de superhéroes que la Marvel ha inundado en el cine de unos años a esta parte? Pues si esa es tu idea preconcebida de los que es Agent Carter, entonces esta no es tu serie.
Agent Carter es una serie producida por Marvel en la que se retoma el personaje de Peggy Carter, que ya habíamos visto en la primera película con el Capitán América como protagonista: Capitán América: el Primer Vengador. En la serie nos encontramos en 1946, la Segunda Guerra Mundial ha finalizado con lo que los hombres han vuelto a sus puestos y las mujeres a los suyos, es decir, a ser telefonistas y secretarias. En el caso de Peggy Carter, tras colaborar con el Capitán América en su lucha contra los alemanes se ve relegada a la centralita de la SSR (Strategic Scientific Research), que con el tiempo se transformaría en SHIELD.
No voy a desvelar la historia de esta primera temporada (nada de spoilerear, ya saben) salvo para apuntar que todo comienza cuando se acusa a Howard Stark de vender sus inventos al mejor postor y este acude a Peggy para que le ayude y pueda limpiar su imagen. A partir de aquí nos encontramos con una serie de espías y aventuras ambientadas en el más puro estilo años cuarenta y con la Guerra Fría de telón de fondo. Eso quiere decir inventos, agentes secretos, organizaciones secretas, el retorno del pasado bélico, etc etc. Lo cierto es que la trama, que al principio parecía ir en un sentido autoconclusivo para cada episodio, se va enlazando y acaba uniendo todos los cabos para acabar en un final que te deja con ganas de más. Eso sí, te deja con una sensación agridulce porque uno esperaba con ansia un final quizás más apoteósico, acostumbrados como lo estamos a las experiencias con Marvel, y sorprende quizás por la relativa contención pero no por ello deja de tener la marca de la casa, la cual se deja ver igualmente en la presencia de ese epílogo que siempre vemos en casi todas sus películas.
¿Lo mejor? Ella, la protagonista, muy bien interpretada por Hayley Atwell que consigue que te la creas tanto en sus momentos dentro del SSR cuando utiliza su papel de mujer para saber lo que le interesa como en las escenas de acción. Los personajes, que vamos descubriendo poco a poco y resultan no ser tan maniqueos como pensamos al principio. La ambientación, bastante cuidada y que sin ser espectacular está muy bien lograda y expuesta, consiguiéndonos meter en la época. La historia en si misma, donde todo fluye de manera casi natural, en la que no hay nada que sobre ni estiramientos innecesarios como sí puede ocurrir en otros casos. Y es que su limitación a los ochos episodios que consta esta primera temporada la obliga a concentrar toda su atención en la historia, en narrar lo fundamental y obviar lo irrelevante, lo cual se agradece. Y mucho.
Agent Carter no es una serie perfecta y probablemente no sea el mejor estreno en lo que vamos de temporada. Pero es un guilty pleasure de lo más entretenido. Es una serie palomitera, para disfrutar y divertirse y dejarse llevar con espías, aventuras y organizaciones secretas. Lo mejor para ver durante un fin de semana casero antes de que el buen tiempo nos invite a lanzarnos a la calle y a la playa. Si quieren disfrutarla, aquí para lo que ya saben.
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