Hace años, cuando tenía el Plus, me quedaba los domingos por la noche (o los lunes, que antes se entregaban ese día) a ver la ceremonia de los Oscar. Por aquel entonces, la entrega era larga y en muchas ocasiones bastante tediosa, con discursos largos y algunos premios que no te interesaban demasiado. Por supuesto que aparecían pequeñas joyas que animaban la noche, pero Internet estaba empezando y no existía la oferta de verlo/escucharlo/seguirlo que tenemos hoy en día.
Al poco de irme a vivir con T. quitamos el Plus y dejé de ver la ceremonia íntegra. Recuerdo que, al día siguiente, el Canal Plus de entonces emitía un programa de una hora en el que seleccionaban los mejores momentos y era más interesante ya que te ahorrabas las pausas publicitarias, los discursos eternos y los premios menores. Pero también echaba de menos otra cosa. Podremos estar de acuerdo o no con los premios, en el autobombo, en el patrioterismo y todas esas cosas pero a la hora de hacer un montaje sobre algo concreto para entregar un premio son los mejores. Recuerdo un montaje en el que diseccionaban una escena de persecución de The French Connection para explicar la importancia del montaje; o de otros para explicar la elaboración de efectos especiales, o de la importancia del diseño de producción. Y así unos cuantos. Por no hablar de los que elaboran todos los años en recuerdo de aquellos que han fallecido, no sólo actores y/o directores.
Al poco de irme a vivir con T. quitamos el Plus y dejé de ver la ceremonia íntegra. Recuerdo que, al día siguiente, el Canal Plus de entonces emitía un programa de una hora en el que seleccionaban los mejores momentos y era más interesante ya que te ahorrabas las pausas publicitarias, los discursos eternos y los premios menores. Pero también echaba de menos otra cosa. Podremos estar de acuerdo o no con los premios, en el autobombo, en el patrioterismo y todas esas cosas pero a la hora de hacer un montaje sobre algo concreto para entregar un premio son los mejores. Recuerdo un montaje en el que diseccionaban una escena de persecución de The French Connection para explicar la importancia del montaje; o de otros para explicar la elaboración de efectos especiales, o de la importancia del diseño de producción. Y así unos cuantos. Por no hablar de los que elaboran todos los años en recuerdo de aquellos que han fallecido, no sólo actores y/o directores.
Hay otros impresionantes como éste que nos muestra como ha salido Nueva York en el cine o los más divertidos de apertura de la ceremonia con Billy Cristal.
A todas estas, me alegro que The Artist haya ganado. No se si es la mejor película del año pasado, probablemente no, pero que una película con esas características (en blanco y negro, muda, europea) se haya hecho con los premios más importantes es un reconocimiento a la calidad. Y a que te sigan emocionando con películas como ésta. Y ahora, que deje de avasallar un poco y deje algunos premios a los demás. En especial para John Williams, que tiene pocos...