Un año que termina. Otro más. Y van... cada vez más rápidos. Como decía el lunes podría hacer una recapitulación de todo pero, vamos, que si han estado por aquí lo suficiente ya saben que lo más importante del año ha sido, al menos en esta casa, el bodorrio y que hemos alcanzado legalmente el status de familia (al menos hasta que el Constitucional se pronuncie, que ya veremos). Si ha servido para amargar el café a más de un opusino y al clon de Paco Clavel pues estupendo pero me alegro más por haber sido con T. después de diez años juntos.
Dado que termina un año empieza uno nuevo y todos nos hacemos un montón de propósitos, de los cuales nos podemos dar por satisfechos si cumplimos el 10%. Para este año no me he planteado ninguno, bueno, tal vez ser un poco más constante en el gimnasio, que a veces me puede la pereza, e intentar ahorrar un poco más. Pero, vamos, que son cosas de la vida cotidiana así que no deberían ni proponérselo uno.
Eso sí.
Que el 2010 os traiga toneladas y toneladas de salud, que os pille altos de defensas y con mucha energía (en especial para alguien que ya sabe quien es).
Que os traiga mucho curro para los que ya lo tengan y un buen curro, con horario decente y bien remunerado para los que no (y también para los que ya lo tengan, claro).
Que os traiga mucho amor y buen sexo para los que tengáis pareja, y para los que no, que coño.
Y, sobre todo, que seais muy, muy felices, que el vaso siempre estará medio lleno antes que medio vacío y lo bebais con buena compañía.
You and me, We're the kind of people other people Would like to be.
Wand'ring free, We present the kind of picture People are glad to see. And we don't care that tomorrow Comes with no guarantee; We've each other for company. And come what may, You and me, we'll stay together Year after year, Won't we, my dear? "That's why we're you and...
Puede que ayer tuviese un poco activado el modo quejicoso pero, vamos, no se dejen llevar por la primera impresión de que estoy todo el día rascándome el ombligo. Aquí solo hay uno que lo hace y les aseguro que no soy yo (más quisiera), sino ese ser de cuatro patas, pelo naranja y con cierto parecido a un gato que es el amo y señor de esta casa.
En realidad, lo que me da pereza es todo lo que conlleva estos días. Tener que salir a comprar cuando lo que apetece es tener un clon (como en Los sustitutos) que lo haga todo por tí mientras tú descansas, disfrutas de tu pareja (o con amigo/as con derecho a roce), ves tus pelis favoritas, lees un buen libro y esas cosas que alimentan al espiritu. Me enerva tardar el doble o el triple de tiempo en hacer algo que en otra época del año no tardas nada, perder el tiempo en atascos, colas interminables y demás. Eso por no hablar de las cenas, las comidas, las meriendas, los primeros desayunos y los segundos desayunos (como si uno fuera un hobbit, vamos).
Estos días, y hasta después de Reyes, estoy de vacaciones pero a medias, como casi siempre. Sigo yendo al gimnasio tempranito, aunque con una hora más de sueño que cuando voy a currar, de manera que puedo estar un poco más de tiempo y sin prisas. Cuando salgo, me voy a un archivo a mis cosicosas investigadoras; que vale que uno es un pelin masoquista, porque pudiendo estar en casa tranquilo, vegetando delante de mis series y mis pelis, me estoy yendo por las mañanas a buscar información para algo que tengo en mente. Menos mal que a veces te encuentras cosillas que te alegran el día y te explican el porqué del gusanillo que te ha picado. Cosillas como éstas.
Menos mal también que el 25 de diciembre y el 1 de enero son días ideales para estar tumbado en el sillón, con un disco duro repleto de material para ver o un buen libro, sin quitarte el pijama o esa camiseta más vieja que uno mismo y poder descansar la neurona, que también se lo merece. Estoy esperando el 1 como agua de mayo...
No tengo perdón de Dios. O de Alá. O de Buda. O del Monstruo Spaghetti Volador. O de quienes ustedes sean creyentes.
Podría haber hecho un listado de las mejores pelis de esta década que ahora termina pero en Churruscando Cartelera ya lo hicieron de manera inmejorable. Y por partida doble.
Podría ponerme a hacer un repaso de lo leído durante este año pero sólo de pensarlo me da como ansiedad y me niego.
Podría haber gastado una inocentada ayer pero ya lo hizo Otto (¡mardito!) y después de eso como que todo quedaría descafeinado.
Estoy perezoso con los temas de los interneces (ay, mi pobre granja del caralibro). Demasiado trajín con las compras, con las comidas, cenas y encuentros navideños. Ayer lunes me bajé a primera hora de la tarde a los sures en un momento a comprar un regalo para mis padres y acabé jartito del coche. Encima mis hermanas están este año apáticas con lo que quieren para Reyes así que les he amenazado con que se pueden encontrar con cualquier cosa y ganas me están entrando de pillarles un muñeco de Star Wars para chinchar un poco. Si es que así no se puede. Menos mal que mis sobrinas no tienen ese problema.
Y eso que se supone que estoy de vacaciones. Quizás no...
Un año más llega el solsticio de invierno, ese día que la iglesia católica, apostólica y romana eligió para señalar el nacimiento de Su salvador. Y en el que tenemos que llevarnos bien, incluso con ese cuñado/a que el resto del año no puedes ni ver, ser felices por obligación y aguantar todo lo que te echen (ja).
Lo bueno es que tengo unos días de descanso hasta después de Reyes, así que me vendrán bien para hacer un montón de cosas, como siempre. Lo malo es que este año nos tocó el Gordo, o más bien la gorda, porque tenemos cena en casa con la familia de T., que como he dicho alguna que otra vez pueden montar un equipo de fútbol sólo con los hermanos. Así que me voy corriendo para preparar las cosas, recoger y adecentar un poco la casa y prepararme para la avalancha.
Eso sí, para todos los que os pasáis por aquí, un día sí y otro también, o no, para los que comentais o no, para los que os divertis con mis tonterías y paranoias o no, para los que disfrutais de estas fechas o no, pues
¡¡FELICES FIESTAS!!
ya sea celebrando la Navidad, el solsticio de invierno, con ceremonias druidas o celtas. Que lo paseis lo mejor que podais, a comer y beber (y lo otro también) lo que se pueda y que al menos disfruteis de estos días. Y si no os gustan pues que pase lo más rápido posible.
What a miracle is life The fields are high and fruit is ripe So hold out your hands Yeah,hold out your hands And your the same as me You breathe the air i breathe And we don't understand Yeah,we don't understand.
And if you don't ask questions,you won't know why So say a prayer for the dying while there's still time.
Pray for good and pray for love Pray for peace and pray it's enough Pray for salvation,pray that we're right Pray for one day we open our eyes, and Pray for them and pray for us Pray for one day we can all live as one Pray for the children whose time is to come Just pray they forgive us for the stupid things we've done.
We all see the same sun Each day a golden praise is sung To the wonder of man Yeah,to the wonder of man And when we look why can't we see All the riches that are free Oh,we don't understand Yeah,we don't understand
And if you don't ask questions,you won't know why So say a prayer for the dying while there's still time.
Hoy, y sin que sirva de precedente, voy a emular al oráculo de Delfos (mucho más fiel que los rappeles, aramises y demás aficionadillos) y a apuntar una predicción.
NO ME VA A TOCAR LA LOTERIA DE NAVIDAD
Y no es porque no juegue, que llevo un décimo que traje de Madrid y otro a medias compartido con una compañera. Así que alegrémonos de no tener que preocuparnos en cómo gastar unos milloncejos de nada, de no tener que preocuparnos en si el banco dónde está nuestro dinero va a quebrar, si lo van a robar o no o si será absorbido por otra entidad más aficionada a los deportes de alto riesgo en banca, o de temer en convertirnos en unos segundos Scrooge.
Eso sí, si hacemos caso a los dichos populares (el que no se consuela es porque no quiere) tendremos amor a raudales, y esperemos que salud para disfrutarlo.
Actualización: Es oficial, he acertado en la predicción. Otra como esta el año que viene y monto mi propio 902.
Hay fines de semana inolvidables y otros perfectamente olvidables. Este debería haber entrado en la segunda categoría de no ser por:
- el catarrazo que me empezó el viernes y me tuvo los dos días a base de frenadoles y kleenex, otra vez (y creo que es el segundo en lo que va de temporada, bieeeeennnn). - la jodida migraña que se unió a la fiesta el viernes por la noche y me fastidió el sábado. - T. se resbaló en el trabajo y se dió un golpe en la cabeza el sábado (pobrecillo), fue a urgencias por la noche porque le dolía y le tocó un médico tocacojones, menos mal que todó quedó en un chichón estupendo. - mi ordenador ha decidido que quiere la jubilación YA y lleva desde el jueves por la noche dando la lata así que he estado dos días intentando revisar qué ocurre, pasando mis cosillas al disco duro externo (por si muere en el proceso) y haciendo una cura integral, aunque me temo que estas navidades tendré que formatearlo por completo.
No es que me queje (venga, lo hago un poquito porque podría haber sido peor) pero a veces, muy de vez en cuando, odio los fines de semana. Menos mal que ya es lunes y sólo quedan dos días.
Probablemente a muchos no les sonará el nombre de James Whale (seguro que a alguno sí) pero si digo Frankenstein, La novia de Frankenstein o El hombre invisible seguro que han visto alguna de estas películas, o incluso las tres. Pues bien, James Whale fue su director, aparte de muchas más como El caserón de las sombras, la segunda versión de Magnolia (Show boat) y El hombre de la máscara de hierro.
De origen británico, empezó en el mundo del cine a través del teatro en Inglaterra y pasó a Estados Unidos a finales de la década de 1920. En 1931 dirigió Frankenstein, que colocó a la Universal en la estela de las películas de terror y la haría marca de la casa. Los primeros años de esta década fueron los más fructíferos con las películas que antes puse: El caserón de las sombras (1932), El hombre invisible (1933), La novia de Frankenstein (1935), Show boat (1936). Algunos fracasos a finales de esa década le movieron a retirarse a principios de la década de 1940 cuando apenas llevaba diez años en el mundillo del cine. Dio a conocer a muchos actores ingleses como Colin Clive, Elsa Lanchester o Claude Reins.
Whale fue un caso excepcional, era abiertamente gay en un mundo, el cine, en el que los había y muchos pero siempre de manera oculta. Convivió con el productor David Lewis durante más de veinte años. En la década de los cincuenta tuvo una apoplejía y se suicidó ahogándose en la piscina de su casa; la nota de suicidio que dejó se dio a conocer mucho más tarde, lo que al principio dio lugar a que se pensase que fuese una muerte sospechosa. Si quieres saber más pues puedes mirar por aquí o aquí.
¿Que porqué te cuento todo esto? Aaahhh, ahí es donde vamos a llegar. La semana pasada me ví nuevamente, Dioses y monstruos, una película basada en el libro El padre de Frankenstein y que te cuenta los últimos días de James Whale. En la película, Whale, interpretado por Ian McKellen, acaba de salir del hospital tras la apoplejía y conoce a su nuevo jardinero, Boone, con el que empieza a tener una relación digamos que especial. Y no cuento más por si alguien aún no la ha visto.
La verdad es que los dos actores están estupendos. McKellen, con un parecido notable con Whale y mucho antes de ser hiperconocido por ser Magneto o Gandalf, le da un toque de soledad y de frustración por la incapacidad de hacer cosas que solía. Brendan Fraser, aparte de estar merendable, hace una buena interpretación del jardinero que duda deslumbrado por las historias de Whale y acosado por sus insinuaciones. Como contrapunto cómico están Lynn Redgrave que interpreta al ama de llaves de Whale y al que trata con cariño y un cierto desdén.
La película es altamente recomendable y más si te gusta, como es mi caso, el cine que te cuenta historia del propio cine. Factura clásica, una banda sonora melancólica y un estupendo guión adaptado del libro que se llevó el Oscar ese año. Y desde ese año odio a Roberto Benigni, que le robó el Oscar a Ian McKellen por este papel, si ya me caía mal desde entonces no lo puedo ni ver (como actor).
Pues eso, que como contaba en el caralibro, ayer tuvimos el orgullo y la satisfacción de celebrar nuestro primer simulacro de incendios en esta nuestra Consejería. La verdad es que para ser la primera vez no estuvo mal, no hubo muertos ni heridos, los vivos se comportaron bastante bien y todo volvió a la normalidad después de unos momentos de pánico simulado. Eso sí, se me fue media mañana en el jodío simulacro, que si una reunión previa para ponernos al día y explicarnos cómo iba a desarrollarse, que si esperas un poco (ahí pude hacer algo) y luego el incendio más otra reunión posterior para valoraciones y ver en qué se había fallado.
El sector femenino, y un servidor debería añadir (y probablemente alguno más del sector masculino), echó en falta la presencia del cuerpo más deseado: el de los bomberos. Que no vinieron. Este año. Veremos el que viene, porque si no hay previsión de que vayan a venir habrá que hacer algo para forzar la situación ¿no?
Hoy hace setenta años que se estrenó Lo que el viento se llevó (y lo que el culo aguantó, como diria mi abuela).
Qué se puede decir de una película sobre la que se escrito casi todo durante todos estos años y más. Una película que salió gracias a la determinación y el impulso de su productor, David O. Selznick, un megalomaníaco del estilo de Cecil B. de Mille y otros que se propuso hacer LA película, y vamos que lo consiguió. Sobre ella existen un sinfin de anécdotas, historias, rumores y demás cotilleos del celuloide con los cuales se podría escribir un libro o una enciclopedia.
Lo que el viento se llevó (Gone with the wind) es una película que lo tiene todo: amor, pasión, despecho, guerra, aventuras, la familia... Todo ello narrado de manera impecable, sin que te pesen las cuatro horas que dura la jodía, y a pesar de que por ella pasaron varios directores (entre otros Sam Wood, que hizo varias películas con los hermanos Marx, y George Cukor), aunque el oficial sigue siendo Victor Fleming, el mismo que ese año rodaría El mago de Oz. Siempre me ha gustado esa fotografía Technicolor, con los colores fuertes típicos de estos años, y la increíble ambientación de la época, con unos decorados y un vestuario impresionante. Eso por no hablar de los actores, donde destaca Vivien Leigh, increíble y mucho antes de que se le empezara a ir la cabeza (la pobre) enamorada del pánfilo de Ahsley Wilkes.
La película se llevó una buena cantidad de Oscars pero incomprensiblemente no se lo dieron a Max Steiner por una banda sonora que ha pasado a la historia del cine (se lo llevó la de El mago de Oz que para mí es mucho más flojita). Claro que, como siempre, todo lo anterior no ha sido más que una excusa para poner un poco de banda sonora.
Aquí la versión más auténtica, con el logo sonoro de la productora de Selznick.
Creo que este fin de semana he sido objeto de una especie de conspiración judeo-masónica-comunista orquestada por la tríada de las huesilocas para impedir que mi flotador, ese tras el cual se esconde mi tímido six-pack, se reduzca. Que si almuerzo con la gente del trabajo el viernes, que si un cumpleaños el sábado por la tarde empatando con una cena por la noche y ayer domingo, para rematar la faena, otro cumpleaños a base de chocolate con churros. Voy a necesitar toda esta semana para recuperarme porque la verdad es que me siento como el señor Creosota y paso de montar el espectáculo final el próximo 24.
Espero no haberles estropeado el desyuno así que, para compensar, unos momentos de publicidad.
Larga y feliz digestión.
PD: Venga, algo más relajado para empezar el lunes.
Llevo un mes socializando en el trabajo. Y después de un año aquí ya era hora. Mi servicio está en la última planta del edificio, un sitio tranquilo, con relativamente poca gente, pero mi puesto de trabajo está en la planta baja, al nivel de calle, por motivos puramente egoístas: estoy al lado de mis papeles y no tengo que estar subiendo y bajando cada vez que necesito o me piden algo. Así que, en realidad, sólo subía para hablar con mi jefe y pedir material de oficina cuando era necesario.
Desde que entré a trabajar sabía que a primera hora se reunían en la cocina (sí, ese servicio tiene una cocina preparada, cosas del poder) a tomarse un cafecito. Así que a la vuelta de mis vacaciones decidí empezar a subir y socializar un poco, que tampoco es plan de no conocer los nombres de la mitad de la plantilla de tu propio servicio. No subo todos los días pero casi. Charlas un poco, cotilleas otro poco, te enteras de muchas cosas (unas más personales, otras laborales), te tomas un cafe casi gratis. Y hoy tenemos el almuerzo de Navidad, el culmen de la socialización. No me ha quedado más remedio que decir que iré pero me da un poco de pereza. Y es que socializar es taaaaan cansado...
Modelito discreto para el almuerzo
En otro orden de cosas, lo de ayer estuvo muy bien. Al final un poco de decepción porque no nos llevaron a la estación de bomberos (una fantasía estupenda que tiene uno ocasionalmente) sino a un centro de formación. Eso sí, uno de los monitores era bombero y estaba para mojar pan. En un momento dado, estaba explicando cómo ponerse un equipo autónomo, con la botella de aire, la máscara y esas cosas, y se le subió la camiseta hasta el ombliguillo un buen rato, un momento erótico que compensó lo anterior.
Generalmente no me suele importar (demasiado) que me endosen en algo pero sí que espero que, al menos, me lo digan. Y no que me llegue un correo avisándome que al día siguente tengo que ir a un curso de prevención de riesgos porque me han metido en los equipos que se dedican a estar presentes en los casos de incendios y demás.
Eso fue como hace cosa de un mes. Una sesión de dos horas y pico en la cual me quedé frito casi al final, lo que nunca me había pasado. Encima éramos cuatro gatos, vale, seis en total, con lo que se tuvo que notar un montón. Pero la chica que lo dio como que no comentó nada ni parece que se molestó. Esa era la parte teórica.
Hoy toca la parte práctica. ¿A qué no sabeis dónde y con quien la vamos a hacer?
Por supuesto me pienso llevar la cámara por si se puede pillar algo en condiciones. Seguiremos informando.
Podría decir que estos cuatro días no he hecho nada de nada pero la verdad es que cuatro días de silloning con manta, un disco duro repleto y comida para ni siquiera moverse puede ser un pelín excesivo, incluso para mí. Salvo que estés en modo hibernación o enfermo, lo cual entonces está plenamente justificado. Así que he aprovechado para hacer algunas cosillas como hacer la compra y llenar la nevera el sábado, comprar un regalo de cumpleaños que tenemos este fin de semana, ir al gimnasio el lunes y martes para quemar calorías en vista de lo que se avecina, preparar el material para escribir una cosa que tengo en mente y algo más, eso sí, todo sin agobios y relajadamente. Y, por supuesto, para ver series y pelis.
Como el domingo tuvimos paseo campestre y todo el día pingoteando por ahí, el lunes me lo tomé con filosofía y me dediqué a una sesión doble metropolitana. Primero me zampé Metrópolis, la muda, sí, la de Fritz Lang, una obra maestra. Es una película que siempre me ha fascinado, por su visión futurista, por su estética, el diseño (incluídos los letreros explicativos), por su mezcla entre el futuro y el pasado. De hecho, tengo un poster de la película en el estudio.
Son dos horas de auténtico disfrute y que se te pasan en un suspiro. Tengo la suerte de tener un ejemplar en dvd de la restauración que hicieron hace unos pocos años que completaban las escenas perdidas con bocetos, dibujos y carteles explicando la escena perdida así como con la música de la premiere de 1927. Claro que ahora supongo que harán una versión más amplia, después de que encontrasen el año pasado una copia íntegra en Argentina. No voy a contar nada del argumento por si alguien no la ha visto pero únicamente reseñar que es una mirada crítica a la lucha de clases, la opresión del poder, la alienación de los obreros y a un mundo totalmente mecanizado combinado con aires mesiánicos de liberación. La película empieza de una manera impresionante para ir cayendo en un final más bien convencional, lo cual no desmerece para nada el conjunto. Quien quiera saber más, pues aquí y aquí.
Una de las escenas más famosas es la creación del robot, que suplantará a la protagonista.
A principios de los ochenta, el productor Giorgio Moroder lanzó una versión coloreada (arrrghhh) con efectos sonoros (más aarrrghhhh) y música moderna en la que aparecían gente conocida como Queen, Pat Benatar, Jon Anderson o Bonnie Tyler.
Después de un descanso para recuperar fuerzas y, sobre todo, para llenar el estómago me lancé de lleno a ver otra Metrópolis: la de Rintaro, aunque está basada en el cómic de Osamu Tezuka.
Como todas, está inspirada en la película de Fritz Lang. Una megalópolis en la que se acaba de construir una enorme torre, el Ziggurat (que remite a la torre de Babel y que aparece igualmente en la película de 1927), donde se concentra el saber humano. También cuenta con un científico loco que crea un robot, que no tiene conciencia de serlo, y un personaje todopoderoso que aparentemente controla la ciudad. Sin embargo, si en la de 1927 nos encontramos con la lucha de clases entre los obreros y los ricos, aquí se desarrolla un conflicto entre los humanos y los robots, que han sustituido a aquellos en diferentes trabajos pero que no tienen ningún tipo de derecho y son eliminados a las primeras de cambio. A ello se añade la búsqueda de identidad de la robot protagonista que se considera humana al contar con sentimientos frente a lo que algunos esperan de ella y actúe como un robot.
Cuenta con una estética bastante curiosa, pues combina la aparición de unos efectos generados por ordenador para el diseño de la ciudad y algunas escenas como la celebración del comienzo con el estilo de los años treinta y cuarenta, tanto en algunos aspectos de la animación como en el vestuario de los personajes, por mencionar un caso. Además, la banda sonora que se plantea en buena parte con bases de jazz no hace sino aumentar esa sensación de pasado, que contrasta con la imagen futurista. Altamente recomendable.
El tercer día decidimos cruzar el Cuerno de Oro y pasar al barrio más moderno de Estambul: Gálata o Karaköy. Es una zona de edificios muy europeos, lógico si tenemos en cuenta que aquí fue donde se asentó la colonia europea a finales del siglo XIX. Subimos a la Torre Gálata, construida por los genoveses en 1348, la cual se divisa desde buena parte de la ciudad y con unas vistas impresionantes de todo Estambul.
Después subimos por Istiklal Caddesi, una calle peatonal totalmente repleta de comercios (muy parecida a nuestra calle de Triana, por eso la llamábamos así) con un tranvía que la recorre de punta a punta y que llega hasta la plaza de Taksim. Es la zona más moderna de Estambul y nos dimos un buen paseo, mirando los edificios, algún que otro mercado y alguna iglesia, sí, que también las hay.
Después de comer nos fuimos a ver Hagia Sophia. La antigua iglesia de Santa Sofia, luego reconvertida en mezquita, es EL monumento de Estambul. Por fuera da la sensación de poco elegante, de pura fuerza pero una vez que entras la sensación es impresionante. El enorme espacio, la cúpula gigantesca, los mármoles, todo te deja casi sin palabras. Tenía muchas ganas de verla y, personalmente, no me defraudó. El andamio en la zona central que llega hasta la cúpula lleva ahí unos cuantos años pero no quita un ápice de esplendor. Es la cima del arte bizantino y su cúpula no fue superada hasta mil años después, y desde luego las fotos no le hacen nada de justicia.
Ya en plena tarde decidimos dar una vuelta por el Gran Bazar, al que aún no habíamos ido. Fue un primer contacto bastante suave porque no hicimos ninguna compra y más bien nos limitamos a pasear, a ver qué se vendía, precios y demás.
Al día siguiente el grupo entero nos fuimos a ver las Islas del Principe, en el Mar de Mármara. Un trayecto en ferry de hora y media nos llevó por varias islas, finalizando en la última y más grande: Büyükada. Aquí suelen venirse los residentes de Estambul en verano escapando de los calores de la ciudad. En la época bizantina eran exiliados a estas islas miembros de la familia real, conspiradores, ministros y demás. No hay gran cosa que ver pero puedes darte un paseo en tartana por la isla, y es que los vehículos motorizados están prohibidos en las islas, así que es eso o ir en bicicleta.
Cuando llegamos decidimos ir al Cafe Pierre Loti, que está en la parte más alta de la colina en la que se encuentra el cementerio de Eyup (de hecho, hay un funicular que pasa por encima del cementerio), para disfrutar del atardecer y de las vistas del Cuerno de Oro. Llegamos por los pelos para el atardecer y nos quedamos hasta que ya había anochecido, reponiendo fuerzas con un buen té.
Alguien, del que no voy a decir el nombre pero del que no me privaré de enlazar y del que me llevo acordando toda la semana, comentó el lunes que se me veía muy relajado. ¿Para qué vamos a mentar la bicha, señores, cuando sabemos que si lo haces va a ocurrir lo contrario? Pues eso. Que bastó mencionarlo para que se acabara la felicidad y tener una semanita de no parar.
Recuerdan eso de que la Administración es como un elefante por lo inmovilista y lo difícil de introducir novedades. Pues debo ser el pringao que trabaja en la única Consejería que va por delante de todo en el tema de la simplicación administrativa (entiéndase, ponerse la pilas en aplicar, por fin, la ley del 92 que obliga a no pedir documentos que obran en poder de la Administración, amén de otras cuestiones como facilitar los procesos a los ciudadanos, etc etc) con lo que me estoy jartando a reuniones con los jefes de servicio para llevar el tema. El martes estuve todo el día con eso y hoy viernes volveremos a lo mismo. Apasionante, cuando tienes que lidiar con gente que lleva toda la vida aquí y se creen los reyes del mambo (si al menos fueran estos)
El martes casi al final del día pude abrir el correo del curro y veo uno en el que me piden con urgencia, de estos de PARA YA, una serie de expedientes. Llamo, me informo y llegamos al acuerdo que al día siguiente lo hacemos que ese día ya no daba ni para ir al baño. Toda la mañana buscando los dichosos expedientes porque estaba seguro y convencido que no los tenía yo y ellos juraban y perjuraban en que sí, que los habían mandado hace un par de años cuando se mudaron de edificio. Al final, me dio por curiosear con una jefa de sección por la planta y estaban en un armario de su servicio, al ladito mismo de la zona del café. En ese momento mi personalidad se desdobló y mientras una sonreía cual Tita Cervera la otra entraba en un universo paralelo donde sacaba una AK-47 y masacraba media planta en plan Nuck Chorris, como diría la madre de un buen amigo.
Para descolocarme aún más ese día, en uno de los viajes que me pegué a otro edificio donde tengo la mayor parte de mis papeles viejos voy al baño (donde había dos tipos de mantenimiento arreglando un lavamanos), aligero mi peso corporal y cuándo me lavaba las manos uno de ellos me dice: - A tí te conozco. Tú eres starfighter. - Pueeeeees sí (con cara de me han pillao), pero perdona es que tu cara no me suena de nada. - Yo soy fulanito, del 29 de abril (antiguo Colegio Nacional y hoy C.P.) - Ehem, vaya, que buena memoria y fisonomista. - La verdad es que sí.
Y ahí quedó la cosa. Nos saludamos y hasta otra. Pero yo me quedé a cuadros porque el tipo me estaba hablando de hace más de treinta años, que yo sólo estuve en ese colegio los tres primeros años de la EGB y, no es por nada, pero no creo que tenga la misma cara de entonces. Alucinante. Que no me pidan lo mismo porque soy incapaz de recordar a nadie de esa época, bueno a dos creo que sí pero porque los seguí viendo unos años más pero hasta ahí. Si es que tengo una memoria de pez, y entre eso y el alzheimer galopante que llevo...
Hoy tenía pensado otra cosa pero ya se sabe que uno propone y al final sale otra cosa. Lo ví en varios lugares y aunque hay un par de cosillas que me dejan un poco así pues en conjunto me parece bien así que ahí va.
Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…
1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.
El sábado al mediodía me fui de compras. Pensaba mirar el regalo de Reyes para un colega (con el que siempre nos regalamos algo por ese día) pero me pasé por una tienda de juguetes y buscando entre coches, muñecas, puzzles, cajas y demás parafernalia encontré algo con lo que no pude resistirme. Mi cerebro se puso en modo on "LO QUIERO", "Y ESTO TAMBIÉN" "Y AQUELLO" hasta que al final llegué a la conclusión de que lo quería TODO. Pero me controlé, con mucho, muchísimo esfuerzo. Y sólo compré una caja...
ANTES
DESPUES
Después me pasé por la sección de juguetes de El templo del dineroEl Timo Británico a comprobar una cosa y me encontré con una versión en Lego de la Estrella de la Muerte y del Halcón Milenario, aunque a unos precios prohibitivos (vamos, que el Halcón Milenario estaba a casi 600 leuros, un robo). Pero eso sí, cómo me han enganchado y al mismo tiempo recordar mi infancia cuando tenía cajas y cajas de lego. Con decir que estoy pensando en pedir alguna a T. para Reyes...
Y como este amigo es un auténtico friki le compré una cosilla que sé le va a gustar, jejeje.
Por supuesto, no podía faltar la versión karaoke para que se animen a cantarlo en japonés.
¿Qué quieren que les diga? Después de un fin de semana ultrarelajante, con mis series, alguna peli, y una supersiesta, necesito algo que me reactive hoy lunes. Podría poner un chulazo pero me conformaré con algo más terrenal y musical. Y eso que acabo de llegar del gimnasio donde he sudado como un cochinillo...
Cuando terminé la carrera, allá en la crisis anterior a ésta, decidí lanzarme al mundo del tercer ciclo universitario. Empecé por probar pero me picó el gusanillo de la investigación y ya se sabe lo que ocurre, no hay cura para esa enfermedad. Te metes en proyectos de investigación, haces trabajos con colegas, vas a archivos, lees un montón de bibliografía, etc. Sin embargo, hay una parte que siempre me ha costado horrores: sentarse y escribir, trasladar los resultados de lo que hayas investigado al papel y plasmarlo en algo coherente, legible y, por supuesto, comprensible. Vamos, que me he sentido muy identificado con un post de Nyc e intento que salga mi nariz.
El proceso de redacción es donde lo paso mal porque no tengo ningún sentido de la creatividad y entonces me tengo que planificar todo. Cuando nací me da que la creatividad se tuvo que quedar en la placenta o el cordón umbilical porque en una escala de cero a diez es un cero seguro, y porque no se puede poner en negativo, que si no ya vería. Siempre he envidiado la gente que son unos manitas, los que escriben literatura, componen música, escriben poesías, realizan dibujos artísticos o diseños porque en todo eso soy una auténtica nulidad. Y a la hora de escribir se nota, nada de lenguaje florido, rebuscado o literario, que los posts que escribo no son nada del otro jueves, ya lo saben.
Será mi vena práctica, un sentido de la economía al escribir, yo que sé. Aunque reconozco que en ciertas etapas de mi vida me ha venido bien. Por ejemplo, en la carrera. Tenía unos apuntes que no estaban mal, claros, concisos, sintéticos, y no es por echarme flores pero eran solicitados por muchos. Lo mismo me pasaba en los exámenes; como no me enrollaba en las preguntas ni me iba por las ramas, casi siempre entregaba el examen de los primeros y a muchos les agobiaba porque como sacaba unas notas bastante aceptables pensaban que algo no iba bien en sus exámenes (lo cual no era cierto, claro).
En fin, que ahora ando metido en un par de proyectos y mientras leo y voy al archivo mi cabeza anda cavilando como puedo enfocar tal o cual cosa. Y posponiento lo inevitable: sentarse delante de la hoja en blanco.
Sobre todo en el trabajo. Desde que volví de las vacaciones todo va muy suave. Hay trabajo que hacer, como siempre, pero tranquilo, sin agobios, sin prisas, sin un "necesito esto para ayer" y esas cosas. Pero el fin de año está a la vuelta de la esquina, de hecho ya está asomando la nariz, y me huelo que esto no es sino la paz que precede a la tormenta.
Y que pereza me da todo, principalmente madrugar para ir al gimnasio antes de trabajar. Creo que necesito unas vitaminas para reactivarme. Que pesadez de otoño...
Había añadido este video pero Rickisimus se me adelantó anoche así que lo cambio y pongo este. Hala.