Aunque empezase hace unos días, oficialmente para este que escribe el verano comienza hoy. Ya se que me repito más que el ajo porque el año pasado fue igual pero es que la sensación de verano no viene por el calorcito que impera, aqui ya llevamos una temporada con él pegado, sino por el horario reducido en el trabajo, que se nota una barbaridad pese a que sólo sea una hora menos. Y con la llegada del verano, uno se plantea algunas tareas para llevar a cabo en estos tres meses, que además son los previos a mis vacaciones que este año se retrasan un poco.
En lo que se refiere a series, en estos días quiero terminar con algunas que tengo pendientes para luego ponerme con las de verano. Este año hay pocas series veraniegas que me interesen en serio: el cierre de la séptima temporada de The Closer (que también supone el final de la serie), la segunda de Alphas y dudo si ponerme con la segunda de Falling skies porque me da mucha pereza y la primera no me dejó buen sabor de boca. Como son pocas, quiero retomar dos que dejé a medias: la cuarta temporada de The Wire y seguir con A dos metros bajo tierra. A las cuales voy a añadir, de una maldita vez aunque tenga que buscar el tiempo de donde sea necesario, Star Trek Voyager, que se va a convertir en mi eterna deuda pendiente. Y, por supuesto, seguir con Continuum, una serie de ciencia ficción canadiense que no es que sea la octava maravilla pero se deja ver.
Otra tarea pendiente que tengo por acabar es la comunicación para los coloquios de historia en octubre. En realidad, lo tengo escrito como en un cincuenta por ciento, puede que incluso más, y tengo todo el material preparado así que sólo se trata de sentarse delante del ordenador, darle a la tecla y quemar algunas neuronas. Como siempre, me cuesta arrancar pero ya he decidido que una tarde de esta semana me pongo en serio porque quiero tenerlo escrito antes de que acabe el mes y así dejarlo ya hecho y quitarme una preocupación de encima.
Una tercera tarea, más destinada hacia septiembre-octubre, consistirá en buscar una nueva estrella de la muerte donde vivir. En realidad, estoy bien donde vivo ahora, a cinco minutos del trabajo, otros tantos del gimnasio, con plaza de garage y bien acondicionado. Pero se me ha metido en la cabeza ahorrar un poco o conseguir por el mismo precio algo más grande, sobre todo una tercera habitación o un salón más grande para las visitas. No es que me vaya a volver loco buscando sino que lo haré por curiosidad y si veo algo interesante pues allá que me voy.
Y, por supuesto, todo lo que conlleva el verano. Terraceo, playas, cines, leer y salir de vez en cuando. Este año, y aprovechando que vivo en la ciudad, he decidido que al menos un par de tardes me iré a las Canteras en cuanto salga del trabajo y coma. Llevarme un libro, botarme en la playa y no hacer nada es uno de las proyectos que seguro pienso cumplir.
Ahora lo que falta por ver es cuánto de todo se habrá cumplido el 21 de septiembre cuando salga de vacaciones. Menos mal que entonces tendré tres semanitas para recuperar lo que no haya hecho.
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