lunes, 13 de julio de 2015

Pereza hasta para un título

Estoy perezoso, muy perezoso. Es más. Yo aún diría tremendamente perezoso. Es lo que tiene el verano y llegar el caloret, que se te quitan las ganas de todo lo que signifique hacer algo que suponga un mínimo esfuerzo. Trabajar en casa, gimnasio, escribir... Por supuesto, todo esto conlleva sus consecuencias. El blog más parado que nunca. Casi tanto como mi  metabolismo corporal que sólo funciona para incrementar su masa lo que ha propiciado que salten todas las alarmas. De hecho, ha llegado casi a cruzar la línea roja, aquella en la que se lee con letra roja mayúscula y en Arial Bold tamaño 36 "FOCA". Sí, exacto, tal que así. Por eso, he tenido que restringir una de mis actividades veraniegas favoritas: la ingesta masiva de helados en sus más diversas variantes. Amén de otras cosas alimenticias, aunque tengo que luchar con los intentos paternos por ballenizarme trayendo ensaladilla rusa a mi casa. Eso es tentación y no los cuarenta días de Jesucristo en el desierto.

En otro orden de cosas, he ascendido en el apartado laboral. Literalmente. Me han hecho subir dos plantas, hasta la planta noble por decirlo de alguna manera. Al lado de mi nueva jefa. Rodeado de todos mis compañeros de servicio. Wonderfuloso ¿verdad? La única ventaja es que por fin tengo ventana, con luz natural y aire fresquito de la mar. Pero, a veces, añoro mi zulo en el que nadie molestaba ni pasaba siquiera por delante. En ocasiones soy así de antisocial. Pero, vamos, es una queja ya de puro vicio porque, como siempre, me adapto bastante bien y con la mayoría de mis compis me llevo fenomenal.

Y sí, sigo con mis series y películas pero reconozco que la pereza llega hasta el extremo de no escribir para recomendarlas. Bueno, alguna ya la hice en su momento pero me gustaría insistir: denle una oportunidad a Sense8, merece mucho la pena. Tarda un poco en arrancar y tal vez se pierdan un poco (bueno, vale, puede que bastante) pero a partir del episodio 4 va cogiendo cuerpo. En la interrelación de los personajes y el montaje me recuerda a la película que ellos mismos, los Wachowski, dirigieron: El atlas de las nubes.

Tengo ganas de vacaciones y sólo de pensar que me quedan seis semanas por delante...



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