martes, 31 de marzo de 2009

Memento mori

La verdad es que tenía pensado un post sobre Maurice Jarre, que falleció el sábado, y su música. Pero, como siempre, la realidad te impone otras cosas.

El domingo por la noche mi pareja y yo nos enteramos de que había fallecido una chica que conocíamos. Fue un palo por muchas razones. La noticia nos llegó por medio de una amiga que vive en la península; encima el entierro había sido el mismo domingo al mediodía; y tuvimos que llamar a una buena amiga para darle la mala noticia. Además, había muerto en su casa y allí se la encontraron como un día después. Yo la conocí por medio de mi pareja y vale que no teníamos una relación especialmente estrecha pero nos veíamos cuatro o cinco veces al año, cuando quedábamos el grupillo de los colegas y lo pasábamos bien, o nos veíamos más sobre todo porque ella también era remisa a salir a tomar algo.

Y cuando te suceden estas cosas, así, repentinas, pues la cabeza empieza a trabajar por sí sola. Ayer me encontré cavilando un par de veces sobre la muerte, de la gente que ya no está contigo (físicamente) y esas cosillas. Sé que no es un plato de gusto pero hoy es lo que hay. Yo no sé si llegaré a viejo, como se suele decir, ni siquiera me lo planteo porque muchas veces tengo la sensación, el pálpito, que ni de coña. Pero eso no es una cosa que me preocupe o me dé miedo; lo que sí me da miedo es irme sufriendo, en agonía. A mí que me seden, o que suceda mientra duermo y no enterarme como hicieron casi todos mis abuelos. Cuando pienso en ellos, a veces les tengo un poco de envidia porque se que al menos tres de ellos lo hicieron durmiendo y rodeados de la gente que los quería.

La mayoría de la gente, y sobre todo los más jóvenes, no se suele plantear nunca la posibilidad de morir. Es como si por pensar que vamos a estar aquí toda la vida, que vamos a ser eternamente jóvenes, ésto se va a convertir en realidad. Y negar lo evidente nos lleva a frustraciones, a sufrir innecesariamente. Tampoco se trata de obsesionarse y vivir la muerte en vida, como hacen algunos. Pero sí de ser conscientes que un segundo estamos aquí y al siguiente tal vez no. Así que, señoras y señores, disfrutemos de lo que tenemos: de la vida, la posibilidad de otro día, el sol, el aire fresco, un cigarro, la música, un amigo, la lluvia, un helado... y dejémonos de monsergas. Siempre se puede estar peor.

Siento haberme puesto un poco dramático y algo tétrico pero a veces hay que recordar, como le apuntaban a los generales victoriosos en la antigua Roma, que somos mortales.


lunes, 30 de marzo de 2009

El gran día de Matthew Broderick

La semana pasada, entre cabezadas en el sillón producto de la fiebre, me venía constantemente a la mente una película de los ochenta: Todo en un día.


El protagonista, un jovencito Matthew Broderick, se escaqueaba del instituto con su novia y su mejor amigo y se iban todo un día a la gran ciudad a disfrutar de ella. Me acordé de la película porque el tipo fingía estar enfermo y para ello usaba un sintetizador, casettes y varias cosas más que sonaban como si estuviera a punto de salirle un alien. Ya entendeis la relación ¿no?


Si no habeis visto la película, os la recomiendo. Es bastante divertida, no tiene ninguna aspiración salvo la de entretener y el prota juega con la complicidad del espectador. Todo ello con la permanente sensación de que los pueden pillar en cualquier momento. Además, está plagada de caras ochenteras, desde Broderick y la que hace de su novia, Mia Sara (la petarda y repelente protagonista de Legend), pasando por un estupendo Jeffrey Jones, el director que no se cree nada de la enfermedad, Jennifer Grey (que se haría famosa con Dirty Dancing) y hasta un cameo de Charlie Sheen. Encima me han entrado ganas de verla.

Ahora a disfrutar con uno de los momentos clímax de la película.


viernes, 27 de marzo de 2009

Galactica

El pasado viernes, hace una semanita ya, se emitió el último episodio de Battlestar Galactica. Cuatro temporadas, setenta y tres episodios, una miniserie de dos episodios y un largo para televisión han servido para que caiga nuevamente en las redes de la ciencia ficción televisiva.



La serie es un remake de la Battlestar Galáctica original que se creó a finales de los setenta y que, al menos para mí, es una serie que salvo aspectos muy puntuales ha envejecido bastante mal. O será que uno la tenía en su memoria como más magnificada, lo que no quita para que la recuerde con cariño.

No creo que haga falta desarrollar la trama ¿o sí? En dos palabras, una civilización humana se encuentra asentada en doce planetas y es prácticamente diezmada por un ataque de los cylon, unos robots con mente y voluntad propia. Del ataque sólo sobreviven la nave de combate Gálactica y un puñado de naves civiles donde se concentra la escasa población superviviente. A partir de aquí, empiezan a buscar un planeta donde se cree comenzó la civilización humana: la Tierra.


Cuando hace varios años (la miniserie de dos episodios es del 2003) oí que se estaba gestando el remake, me quedé un poco a la defensiva. Nunca he sido muy partidario de nuevas revisitaciones de series o películas antiguas, más que nada porque difícilmente suelen superar al original. Afortunadamente se puede decir que no ha sido el caso y que la sucesora supera con creces al original. Y es que Galáctica ha ido más allá.

La nueva serie es más oscura, tanto psicológicamente como en lo referente a la ambientación, más deprimente, más asfixiante. Los personajes tienen conflictos internos, dudas, se pelean entre sí, se enamoran y mueren. Sí, hay personajes que mueren a lo largo de la serie, lo cual se agradece. Además, ni los humanos son tan buenos ni los cylons son tan malos. Aquí no hay un universo maniqueísta, a un lado el bien formado por los humanos y a otro lado el mal representado por los cylons. Todo está lleno de una gama de grises, claroscuros, que te permiten ver las debilidades y fortalezas de cada personaje. Como consecuencia de lo anterior, hay todo un conflicto entre religiones. Los humanos son politeístas, creen en unos dioses de inspiración griega (Apolo, Afrodita, Hera...) mientras que los cylons son monoteístas. Pues sí, los cylons creen en un Dios. ¿Cómo se te queda el cuerpo? Eso por no contar con los conflictos morales que se van sucediendo a través de las temporadas, y que no voy a desvelar para no crear spoilers. Sí diré, porque se ve nada más comenzar la serie, que hay cylons que no parecen máquinas, de hecho algunos son más humanos que los propios humanos.




Si a ello le unes que hay más presencia femenina que en la serie original (con un Starbucks femenina que deja al Dirk Benedict como una nenaza de primaria, o la presidenta de las colonias), que se realizan constantes guiños a la serie original (como conservar el diseño de los viper, la aparición del actor que daba vida a Apolo como un sorprendente secundario, etc), unos estupendos guiones que te van contando lo justito para mantenerte pegado a la silla y un increíble equilibrio entre la acción bélica, los tejemanejes políticos y los conflictos personales, pues no hay más que hablar. Y, por supuesto, la música.






Una serie altamente recomendable. Yo sugiero comenzar con la miniserie, dos episodios de noventa minutos donde empieza todo. Y si te gusta pues continuas con el resto. Si quieres saber más, aquí tienes la página oficial de la serie en SciFi Channel y otra más con información de las dos series. Estos días que he estado malo he empezado a ver los capítulos de la cuarta temporada que se acaban de emitir y que tenía guardados hasta que se emitiera el último; sabía que no podría esperar una semana para el siguiente. Cómo me conozco, ya casi me los he visto todos. Lo que queda caerá esta noche. Buen fin de semana.

jueves, 26 de marzo de 2009

Alienado

No sé quien dijo aquello de que a perros flacos todo son pulgas. Pero qué coñazo, oigan. A la fiesta jaranera que ya tenía mi cuerpo, que si un poquito de fiebre, moquillo, toses infernales, se unió la migraña esta madrugada, que a la jodía se le apetecía un poco de salsa. Y esta mañana sólo tenía ganas de que saliese el puñetero alien y me dejase tranquilo de una vez.




Espero no haber estropeado la cena a nadie. Menos mal que la química ha evolucionado en los dos últimos siglos una barbaridad. Y estoy como los de primaria: progresa favorablemente. ¿O era adecuadamente? Bueno, para quitar el mal sabor de estómago del vídeo de antes, uno nuevo con la música de Goldsmith para Alien. Genial, como siempre.


martes, 24 de marzo de 2009

Diagnóstico: KO

Llevo malo desde el domingo, aunque no lo parezca. Ese día amanecí tosiendo (bueno, tampoco pasa nada por un poco de tos) pero por la tarde comenzó a dolerme la cintura (mala señal, pensé), a tener un mal cuerpo (más mala señal) y las mejillas de un color que parecían las de una colegiala paseando por Pigalle en hora punta de clientes. Tanto que cuando fuí a recoger a T., mi nene, me preguntó si había ido a la playa. Un efferalgan de 1 gramo y todo solucionado, eso parecía.

Ayer, cuando me levanté para ir a trabajar, me tomé la temperatura y como no tenía fiebre pues allá que me fuí. A la hora de llegar, empecé a tener más de lo mismo. Mal cuerpo, dolor de cabeza, dolor de cintura. "Uff, esto me huele a gripe o la gargante", pensé. Pero, nuevamente, me tomé un efferalgan y tuve una mañana tranquila. Pero luego comprendí que en realidad había sido un inciso y que me había pasado como a la Violeta Valery, la protagonista de La Traviata, que al final parece mejorar de su enfermedad. Justo antes de palmarla (menudo spoiler). Y es que fue terminar de comer y empezar a sentirme mal, con un dolor de cabeza de los que hacen época. Así que al rato me fuí a casita, me puse el termómetro y descubrí que tenía 38 y algo de fiebre. Me pasé la tarde, dormitando por la fiebre y con dolor de cabeza (Mac, te debo una llamada).

Esta mañana me levanté mejor, sin fiebre, y corrí hacia el médico. Me dijo que tenía faringitis y una tos mala, así que ya me mandó la química necesaria para curarme, espero. Porque después de comer he vuelto a tener 38 grados de fiebre y ha caído otro efferalgan. Y mañana a currar. A ver cómo llegamos.


domingo, 22 de marzo de 2009

Three hundred, trescientos, trois cents

Pues sí, ya van trescientas entradas y que mejor manera de celebrarlo que con un lavado de cara.






Vale que trescientos post no son gran cosa, que algunos ya han llegado a los cuatro dígitos y más allá. Pero si tenemos en cuenta que cuando creé el blog, hace algo más de año y medio, no pensaba llegar tan lejos ni conocer a tanta gente, pues como que no está mal celebrarlo. Además, tenía en mente desde hace algún tiempo el cambiar la imagen del blog, añadir y quitar un par de cosillas y he aprovechado el momento.

Y muchas gracias por leer mis paranoias y mis frikadas, más aún por comentarlas y por seguir por aquí y no salir espantados. ¡Que empiece la fiesta!







viernes, 20 de marzo de 2009

Los 80 (VI)

La televisión ha estado presente en mi vida desde el principio, al menos desde que tengo memoria. Algunos de mis recuerdos más antiguos tienen que ver con ella. Pero aquí no vale todo, que uno es selectivo. Y una de las cosas que más me gustan son las series de televisión. Y anda que no hicieron series en los 80, algunas con fortuna, otras con mal gusto y, muchas, olvidables.

Los culebrones son a la televisión lo que los seriales a la radio. Episodios y episodios de intrigas, asesinatos, chantajes, juicios, muertos que resucitan, hijos pródigos, peleas por herencias, etc, etc. Ya en los setenta aparecieron las primeras series interminables, pero fue en los ochenta cuando adquirieron carta de naturaleza. Dinastía, Santa Bárbara pero, sobre todo, Falcon Crest, con la Ángela Channing, Chu-Li, Lance (Lorenzo Lamas), los Gioberti y la madre que los parió a todos. Recuerdo verla justo antes de ir al instituto por lo que sólo veía los primeros quince o veinte minutos. Pero nunca me perdía el comienzo.




Si hay una serie ochentera, pero ochentera en todo, tanto en lo que se refiere a la música, a la estética, a la moda, al lujo, a los vicios y demás, esa es sin duda Miami Vice, o Corrupción en Miami como la llamaron aquí. Quien no se acuerda de Sony Crockett y Tubbs, con el teniente Castillo, de los colores chillones, de las chaquetas horteras con hombreras, de los Lamborghini. En fin, un desmadre visual.




Hablando de Miami. Había otra serie ambientada en esa misma ciudad y que también fue un claro exponente de la estética ochentera: Las chicas de oro. Cuatro mujeres que convivían bajo un mismo techo, con sus historias sobre Saint Olaf, sobre el profundo sur, Sicilia años 20, todo ello relleno con pasteles de queso, hombreras, trajes estampados y mucha, mucha, pero que mucha laca. Atención a la definición de novio.




Pero no se crean que en el Viejo Continente nos quedábamos atrás. En Inglaterra se estaban haciendo buenas series desde los sesenta y setenta (nota mental: recordar algunas de ellas en el futuro). Una de las que marcaron época fue Retorno a Brideshead, que lanzó a Jeremy Irons al estrellato, no solo televisivo sino también cinematográfico. Como la mayoría de las series inglesas, grandes interpretaciones, sobriedad, estupenda ambientación y buenos guiones.




Volviendo a cruzar el charco, una serie que curiosamente se ponía por las mañanas fue ésta.




Todavía me acuerdo cuando la estrenaron en la programación matinal de Televisión Española y los primeros episodios. Luego le perdí un poco la pista, la verdad, y la seguía de manera irregular.

Hala, y hasta aquí el pescado vendido. Ya, ya se que me dejo muchas, muchas series en la cartera. Desde El equipo A, El gran héroe americano, Alf, MacGyver, El coche fantástico, Remington Steele o V. Pero había que elgir a unas cuantas ¿no? Y antes de que alguien pregunte, diré que pienso poner un especial de series españolas. Avisados estais.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Inspiración

Hay días en los cuales uno se siente plenamente inspirado. Como si la musa estuviese sentada en tu hombro y te susurrase al oído frases ocurrentes, ideas brillantes para plasmarlas en el papel y un afán escribidor con el que podrías redactar el Quijote en horas.

En cambio, hay otros días en los cuales parece que la muy puñetera de la musa, que por cierto la que supuestamente me asesora se llama Clío, se ha ido de farra con Massiel al Noa Noa, se ha bebido todo lo que hallaron en estado líquido y ha vuelto a las tres de la tarde arrastrándose y pidiendo a gritos un gelocatil. Petarda.

¿A que no adivinais qué día tuve ayer? Pues ese mismo. Dos horas y pico para escribir unas líneas y descubrir al final que está mal redactado, que me repito más que el ajo y que no lo entendía ni bebiéndome cuatro vodkas. Que afanes destructores me entraron...



martes, 17 de marzo de 2009

Cuarenta años no son nada

Siguiendo con su labor educativa de casi cuarenta años, superando el arriba, abajo, lejos y cerca que nos explicaba Supercoco, Barrio Sésamo acude para ayudarnos a comprender la estafa de Madoff. Eso sí, a su manera.




Visto en El País.

¿Cómo era aquello de: Joder, como han cambiado el chiste? Pues eso. Y, ya que estamos...


lunes, 16 de marzo de 2009

El gran combate

Se avecina una lucha sin cuartel. Una larga batalla hasta la muerte de uno de los contendientes. Un versus sin parangón en el mundo. Como decían en Los inmortales: sólo puede quedar uno.



A este lado del riiiiiiing, con calzones grises, una evolución de millones de años, una capacidad craneal de unos 1600 cc (o, al menos, eso me gustaría creer) y un peso aproximado de unos 1500 gramos: eeeeeel cereeeeeeebro.



Y a este otro ladoooooo, con calzones rojos, una evolución igualmente de millones de años, un peso aproximado de 76 kg, cuatro extremidades, veinte dedos y un sinfín de defectos de fábrica: eeeeeel cuerpoooooooo.


Pues eso, como casi todos los años he empezado la Operación bikini cara al verano. Pero va a ser algo duro porque entre las ganas que uno tiene (muchas, la verdad) y la fuerza de voluntad que también tengo (ninguna, porque siempre está a niveles mínimos), pues a ver quien resulta vencedor aunque tengo mi favorito. Se admiten apuestas.

Ahora que lo pienso, no sé porque la he llamado operación bikini, si yo no me pongo bañador cuando voy a Maspalomas. Eso sí, no pienso irme a New Jersey por si acaso...



Ni cambiarme de nombre, of course.

viernes, 13 de marzo de 2009

Y dos huevos duros

Ahora que sus neuronas han sufrido lo indecible tras la visualización y audición del post de ayer, algo para reconfortar el espíritu. Un poco de teatro cantado con música, o lo que es lo mismo, ópera.

Para que no me juzguen, esta escena de juicio viene que ni pintada.




O si no, algo bohemio.



Y dos huevos duros.



Que tengáis un estupendo fin de semana.

jueves, 12 de marzo de 2009

Los 80 (V)

Ustedes lo han querido.



El pueblo ha hablado.



Bueno, Sota fue quien lanzó la primera piedra. Y como se que os gusta la caspa, la frikada y el cutrerío en sus niveles más auténticos, pues hala.


Con todos ustedes, como continuación del post anterior sobre los 80 aquí van las canciones que triunfaron en el cine español de esa década. Que triunfaron. O no. Porque hay algunas que claman venganza.

Vamos a empezar con la idea que lo desencadenó todo: los Hombres G, un grupito liderado por David Summers y que tuvo hasta una película, ¡Sufre mamón!. De lo peor que pasó por las carteleras de los 80 en este país, y mira que habían pasado cosas.





En una pirueta espacio-temporal, nos vamos al año 1982. Las películas de Almodóvar siempre se han caracterizado por incluir numerosas canciones, algunas famosas otras no tanto, pero que marcan bastante la historia del guión. De Laberinto de pasiones, vamos a ver la actuación de un estupendo Imanol Arias antes de convertirse en Antoñito Alcántara.





No, no creais que me he olvidado de ellos. Con todos ustedeeees, Parchis. Este grupo infantil hizo hasta siete, sí, siete películas entre finales de los 70 y comienzos de los 80. Algunas en España y otras en Argentina, habida cuenta que también triunfaron en Latinoamérica. Me ha costado decantarme por alguno de los numerosos vídeos así que voy a poner uno realmente cursi.





Y si ponemos a Parchís, hay que citar la competencia. Claro que ellos eran sólo dos, pero qué duo, señores, qué duo: Enrique y Ana. Como todo grupo infantil, también protagonizaron su propia película: Las aventuras de Enrique y Ana. Aquí su comienzo.




Otra frikada musical más, esta vez a cargo de una cantante infantil que hizo sus pinitos en el cine, acompañada por dos conocidos veraniegos: Macarena Camacho, con Tito y Piraña (también conocidos como Miguel Ángel Valero y Miguel Joven). Y quien es esta chiquilla, se preguntará más de uno. Pues, nada, una aspirante a estrella infantil que protagonizó Chispita y sus gorilas. Pasen y ¿disfruten? Por cierto, hay detallito al final del vídeo.




Y, para acabar, algo más digno o menos casposo, como prefieran. La corte de faraón no era un musical pero sí una película en torno a una obra musical que se desarrolla en la España de los años cuarenta. Ana Belén cantó la canción más conocida, así que vámonos ya.




Espero que les haya quedado alguna neurona viva. Larga y próspera vida a ella.

martes, 10 de marzo de 2009

Continuidad

Podría hablar del almuerzo del viernes, en el que dimos la despedida al superjefe, que se jubiló el mes pasado. Y cómo estaban los jerifaltes de la consejería, desde la misma consejera, el presidente del Parlamento (que fue consejero del ramo durante ocho años), los viceconsejeros, la secretaria general técnica y demás políticos que habían pasado por aquí. Un aburrimiento, vamos. Así que en cuanto pude, utilicé mis poderes jedi y me escabullí sigilosamente.


También podría comentar mi fin de semana, que ha sido el más tranquilo que he tenido en los últimos meses. Al fin. Me quedé en casita, vagueando, vegetando en el sillón y terminando de ver Ancient Rome y la segunda temporada de Los Tudor.

O como por culpa de Van Hessa me ha entrado el gusanillo por leerme alguno de los libros de historia de Asimov. Así que me fui ayer a la Biblioteca Pública, que está justo al lado de mi trabajo, y me saqué dos de ellos: el dedicado a Constantinopla, una civilización que siempre me ha fascinado, y el de la Alta Edad Media. Anoche empecé el primero y va viento en popa. Absolutamente recomendables, y totalmente asequibles para los que no tienen ni idea de Historia. Así que ya saben, no hay excusas.

Y podría colocar el último trailer que han sacado de Star Trek, y que me deja con una sensación de desasosiego. Por un lado, se me apetece verla y hay cosas que me atraen; por otra, veo imágenes que me han puesto los pelos de punta. Y no es que sea un trekkie purista, que esas cosas me dan un poco igual, pero sí que haya una coherencia con lo que se ha hecho hasta la fecha. Y me da a mí que la coherencia es esa cosilla minúscula que acabó la primera en la papelera cuando empezó este proyecto.




Pero es que sigo estando perezoso. Y no, aún no he podido ir a ver Watchmen.

lunes, 9 de marzo de 2009

Lazy




¿Hace falta que describa como ha sido mi fin de semana teniendo a Marilyn?

In simple English, I am lazy
I wanna be lazy
I long to be out in the sun
With no one to be down
Under that honey lake of the sky
Stretching and yawning
And let the world go drifting by
I wanna peep, through the deep tangled wild world
Counting sheep 'till I sleep like a child girl
With a great big valise full of books to read
Where it's peaceful
Well I'm quarantined, being lazy

viernes, 6 de marzo de 2009

Los 80 (IV)

Hoy voy a juntar dos gustos personales: la música y el cine. Pero no voy a poner música instrumental sino canciones que se hicieron más o menos famosas, conocidas o populares por salir en una película. Que para los 80 mira que ya no era ninguna novedad porque se ponían canciones desde antes que el cine fuese sonoro. Y hay cada cosa...

Vamos a empezar por una de las más famosas, y no exclusivamente por la canción. Frases como "la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar" han quedado grabadas para toda una generación. Y que me venga alguien que no la haya dicho al menos una vez. Bueno, alguien con más de 30 años. Con todos ustedes, Fama.




Si Fama pretendía ser un musical, la siguiente tenía pretensiones de vehículo de lucimiento para una estrella en ciernes, el canoso más famoso de las dos últimas décadas (con mi permiso, claro, jejeje), luciendo uniforme en Oficial y caballero. Y encima canta Joe Cocker.




La siguiente canción pertenece a una película de una saga que empezó bien y ¿ha acabado? recientemente. Boxeo, italianos y rock. Una mezcla curiosa, cuanto menos. Survivor puso la guinda en Rocky III con Eye on the tiger, y que fue objeto de un homenaje en Persépolis.




Otra película bastante conocida en su momento y de la que se recuerda más bien poco, a excepción de la famosa escena de la prueba de baile, donde intervienen varias personas para simular a la protagonista. Y el baile de stripper con baño incluído. ¿Os suena ya? Pasen y vean,
Flashdance.






Esta también fue popular en su momento y mirando la ficha artística he visto que además de Kevin Jamón salen la Lori Singer y la Sarah Jessica Parker, casi nada. Y es de mediados de los 80. Por supuesto, dedicado a Nica. Ponte los zapatos, anda. Tachaaaaaan, Footloose.




De esta película creo que sólo se salvan dos cosas: la canción y el habernos descubierto a Kelly LeBrock (aunque con esos cardados, ehem). Por lo demás, La mujer de rojo es perfectamente olvidable. O al menos yo no recuerdo nada más.




Y paro ya porque si no el post va a salir más largo que la trilogía de El señor de los Anillos y con esto tienen entretenimiento y música para el fin de semana. Y para recordar viejos tiempos, claro.


Larga y próspera vida.

miércoles, 4 de marzo de 2009

¡Agua va!

Ya me lo decía mi madre, sabia mujer. Calladito estás más guapo. Y eso que yo no soy mucho de hablar, y hablar, y hablar. Pero cuando hablo debo tener un gafe o mal fario que lo dicho se te vuelve en contra.

El otro día hablaba de que cada vez hacía mejor tiempo, que el sol salía más y más. Mi gozo en un pozo, por no decir otra cosa y perder la escasa respetabilidad que aún me queda por aquí, claro. Sí, es verdad que hasta el domingo el tiempo estaba más que aceptable, de hecho me fui a la playa otra vez (sí, Sota, ya puedes insultarme). Pero el lunes por la mañana empezó a llover, pero a llover a cántaros. Y un frío. Y una neblina. Y yo pensando que alguien se estaba descojonando de mí. Vamos, que no ha parado y hasta hoy ha seguido lloviendo, menos, pero sigue. Ayer martes había nevado en la cumbre, noticia que sólo interesa a los habitantes locales de aquí.

De hecho, ayer a mediodía me dio el punto y pensé: "Voy a darme un garbeo hasta el nuevo depósito, así cojo el aire y devuelvo un par de expedientes a su sitio". Cuando llegué a la puerta ví que había oscurecido y chispeaba, así que cogí el paraguas. Bueno, empezó a caer tal palo de agua que tuve que refugiarme a medio camino. Y sólo fue un minuto. Después, la solajera. El tiempo está loco, demasiado para mí.

Creo que voy a sacar los zapatos y ponerme a disfrutar de los charcos.

martes, 3 de marzo de 2009

Historias de Historia

Desde que yo recuerde siempre me ha gustado la Historia. Cuando estudiaba la EGB, antes de empezar las clases iba con mi madre a comprar los libros (una de las ventajas de ser el mayor es que los estrenaba mientras que mi hermana los heredaba). Al llegar a casa, cogía el de Ciencias Sociales, como entonces se llamaba la amalgama que era la geografía, historia y demás, y me lo empapaba de arriba a abajo. Disfrutaba con los textos, las imágenes, los esquemas pero, sobre todo, con los mapas. Me encantaba, y me sigue gustando, la cartografía histórica. Uno de mis libros favoritos en la carrera era el atlas histórico mundial editado por siglo XXI en dos volúmenes y en formato de bolsillo, que estaba realmente muy bien. Vamos, me lo sabía de carrerilla.



Así que no era de extrañar que, cuando entré en el instituto y te preguntaban si pensabas ir a la universidad y qué ibas a estudiar, ya lo tenía bastante claro: Historia. Solo hubo un momento de debilidad, cuando ya en la universidad supe que en Geografía tenían una asignatura llamada cartografía. Porque cuando hice la carrera, ambas ramas estaban unidas hasta el tercer curso, y en cuarto escogías la especialidad: geografía, historia o prehistoria. Pero solo fue un momento, y no me arrepiento aunque reconozco que la gente que se fue por geografía ha tenido, por lo general, mejores salidas laborales.

Y después del momento confesiones, al que volveremos en otra ocasión, una recomendación. Una mini-serie de la BBC: Ancient Rome. The rise and fall of an empire. En realidad, es una mezcla entre documental y serie de ambientación histórica, algo así como un docudrama o documental dramatizado. Sólo tiene seis episodios y nos cuenta a través de seis momentos claves el auge y la caída del imperio romano. Como casi todas las producciones de la BBC está francamente bien, la ambientación histórica es buena y es bastante didáctico porque no se enreda con hechos colaterales sino que va al meollo de la cuestión. Sólo he visto los dos primeros episodios, César y Nerón, pero es altamente recomendable si os gustan las series históricas. Y si no, pues echadle un vistazo que a lo mejor os animais. Aquí podeis ver el comienzo del primer episodio: César.




Que la Fuerza os acompañe.

lunes, 2 de marzo de 2009

Sucesos paranormales

A veces te suceden cosas, cosas de lo más cotidianas y normales, de esas que ocurren todos los días sin que nadie dé la voz de alarma, pero que pueden descolocarte un poco porque lo cierto es que uno ya está desacostumbrado de ciertos hechos.

El sábado del fin de semana anterior a éste, el mismo que salí con Mokko y Mac al carnaval y cuando ya hacía rato que ellos se habían marchado, se me acerca un chico joven, no más de veinticinco años, y me soltó la archiconocidísima frase de "Tu cara me suena de algo y no se de qué". Yo puse cara de "pues vale" pero es verdad que en mi disco duro había una imagen lejanamente conocida, claro que debía ocupar como 1 kb, así que como para ponerte a recordar. Después de preguntarme si trabajaba en el Ayuntamiento y yo negarlo, pues como que la cosa se calmó y el chico se marchó tranquilamente.

Yo seguí a lo mío, que era bailar, pasármelo pipa con los colegas y mi nene y disfrutar de la gente. Al cabo de un buen rato, como una hora o algo más, volvió a aparecer, me miró fijamente y me dijo otra vez eso de "tu cara me sigue sonando". Ahí pasamos al ataque y le pregunté que dónde trabajaba. Su respuesta fue: "Yo no trabajo, estudio en la universidad". Y ahí saltaron todas las alarmas, porque ya me imaginaba de qué me tenía catado. Como le pregunté en qué carrera, me contestó que estudiaba derecho. "Pleno", pensé, como si estuviese en un bingo. Y ya le señalé que seguramente me conocería de la biblioteca, porque había estado trabajando ahí hasta el verano y, bla, bla, bla. Cuando parecía que la cosa se había calmado, me suelta a bocajarro: "oye, que estás muy bien". Y uno con la sonrisita de tonto puesta, con la cara de ¿ah si? pues vale. Y me pregunta a saco: "¿tienes pareja?". Y sin dejar la sonrisita gilipollas, asiento y señalo a mi nene que estaba bailando de espaldas a mí. El pobre puso cara de circunstancia, me dijo que era una pena y se marchó dignamente. Todo esto no duró nada, un minuto a lo sumo. Cuando me viro, veo a dos amigas que estaban con nosotros asombraditas y alucinando: "han intentado ligar contigo y sin cortarse un pelo".

"Pueeeeeeees... va a ser que sí". Pero fue sin queriendo.