jueves, 30 de septiembre de 2010

La gallina de los huevos de oro

A veces pienso que mi capacidad de asombro no tiene límites. Ni la caradura de algunos. O la desverguenza de esos mismos.

Ayer leí por esos interneces mundiales que tito George (Lucas), también conocido como tío Gilito, ha decidido pasar las películas de su saga starwariana a 3D y que las empezará a re-re-re-estrenar en el 2012. No se para qué, si ya sabemos que ese año será el fin del mundo que para algo lo predijeron los mayas. La gallina de los huevos de oro seguirá explotada un poquito más, y Lucas habrá dado otro pasito más hacia ese infierno donde espero conviva con abogados, telepredicadores, presentadores de teletienda, la Esteban y los políticos. Y lo peor, peor, peor de todo esto. Que sé a ciencia cierta que acabaré yendo a verlas, pero sólo la original, la auténtica.




Todo esto además me lleva a algo que hace tiempo quería comentar. Ya saben que hay categorías y categorías de películas, en función sobre todo del presupuesto pecuniario de las mismas. Las hay de categoría A con estrellas y mucha pasta. Luego las de serie B que no es que sean peores (muchas veces son mejores que las A) sino que cuentan con menos medios y así sucesivamente, hasta llegar a la serie Z donde podríamos incluir a esas películas cutres pero con encanto, como las de la Troma, por poner un ejemplo.


Pero, claro, hay cosillas (casi que me niego a llamarlas películas) inclasificables, para las cuales el alfabeto se ha quedado pequeño y que requieren de su propia clasificación. Supongo que en algún momento de sus vidas habrán oído hablar del Star Wars turco. ¿noooo? Pues agarrense los machos, que diría mi padre, porque no tiene precio.


Una mezcla no original para que vean lo justito (por su salud mental)


En realidad, vamos a ser un poco justos. La película se llama El hombre que salva la Tierra y es de 1982, que se ha convertido en una especie de film de culto freak y conocida por el sobrenombre de Star Wars turco por reutilizar escenas de la saga de Lucas (en concreto de la original Star Wars) sin ningún tipo de pudor, junto con la música de bandas sonoras de la propia Star Wars, En busca del arca perdida o Flash Gordon. Y con escenas de artes marciales que, como dicen por ahí, dignas del mejor Power Ranger. Una auténtica locura que sólo los más valientes podrán ver íntegramente. ¿Te animas? Pues aquí puedes hacerlo bajo riesgo de tu propia salud mental.

Para que se reanimen un poco...


miércoles, 29 de septiembre de 2010

Terapia emocional

Estos días atrás he tenido el blog tranquilo porque he estado ocupado en otros menesteres. En concreto, ejerciendo las labores maritales de animación espiritual, terapeuta emocional y asesino mental (y no precisamente en ese orden) porque a T. le quedan los días contados en su trabajo. Pero contados con los dedos de una mano.

La culpa la tienen las oposiciones, aunque no las suyas exactamente. Ya me pasé buena parte del verano intentando animarle porque justo antes de irnos de vacaciones salieron las notas de su examen práctico; y aunque tuvo una nota alta no le pusieron la que esperaba y le adelantaron dos competidores, por los pelos pero por delante. Cómo necesitaba sacar más nota que ellos pues ya tenía claro que no iba a sacarlas. Y llevaba un mes de autoaceptación de la situación, asumiendo que no llegaría a partir el turrón en el trabajo.

Lo que no se esperaba es que fuese tan temprano. La culpa la tiene la promoción interna. Sabía que su plaza estaba en el mercado pero dado que tiene unas características especiales (se trabaja en la mayor parte del tiempo a disposición del servicio) pensaba que nadie se interesaría en ella. Pues no. El viernes llamó al curro una de las dos que aprobaron la promoción interna para saber cómo era la plaza y demás detalles, con lo que le vimos las orejas al lobo y empezó a preocuparse. Al llegar del trabajo a casa el lunes, le vi con una cara de desánimo y me comentó que su jefe le había llamado hacía un rato para decirle que habían pedido su plaza. Ayer fue al servicio de personal para preguntar e informarse y sobre la marcha le dieron la carta de la baja para el lunes, así que se pidió los días que le quedaban de asuntos propios y ya no tendrá que aparecer por su trabajo.

Cuando salí del curro me lo llevé a comer a las Canteras para animarlo un poco, y menos mal que se lo tomó mejor que en agosto. Será que ya lo tenía asimilado. Lo que me molesta de todo es que, cuando a última hora de la mañana pasó por su trabajo a comentárselo a su jefe, éste le dijo que a ver cómo iba a ser la nueva cocinera, que si esto, que si lo otro. "Que se joda", le dije a T. "podría haber hecho algo para que te quedaras y si ha pasado esto es porque no ha querido hacer nada, ahora que no me venga a llorar, lo que faltaba". El lado positivo es que ya estamos pensando en el domingo, que tenemos encuentro familiar, y dentro de un par de semanas que me lo llevo al sur un par de días. Pero aún así el regusto amargo sigue ahí. En fin, para lo bueno y lo malo.



viernes, 24 de septiembre de 2010

Rubicon: secretos, mentiras y conspiraciones

Hasta hace poco, los veranos eran auténticos páramos para los seriéfilos. Las televisiones eran terreno abonado de reposiciones (la enésima de Verano azul, las mañanas de Xena y Hércules), concursos veraniegos estilo Grand Prix y torneos futbolísticos. Pero eso ya es cosa del pasado porque desde el otro lado del Atlántico se dieron cuenta que también podía ser un período para engancharnos al televisor con otra oferta.

Este verano se estrenó Rubicon, una serie pensada para esta época. Sólo tiene trece episodios, de los cuales han emitido ya nueve así que le queda poco para acabar la primera temporada.


¿Y de que va? Will Travers es un analista del Instituto Americano de Política (una agencia un poco extraña dedicada a analizar todo lo que llega a sus manos), que se dedica a contrastar y cruzar un montón de datos captados por los agentes de inteligencia y avisa de posibles ataques, conjuras y demás. En una de estas descubre un par de cosas extrañas sobre una posible conspiración que parece entierra sus raíces en el pasado. Además, hay una segunda trama en la que Katherine Rhumor (Miranda Richardson), una mujer bien situada, empieza a investigar el repentino suicidio de su marido, una persona influyente y con muchos negocios, después de darse cuenta que había cosas que no sabía de él. Al mismo tiempo, el equipo de Will sigue las actividades de un empresario alemán de origen sirio con extraños contactos iraníes.

Dicho así parece que puede ser un poco liante pero no, no se preocupen. La serie está bien montada y organizada de manera que pasa de una trama a otra sin agobios; la parte de Miranda Richardson avanza muy poco a poco. Lo que sí tengo claro es que, en algún momento, las tres tramas irán confluyendo en un punto común, al menos las dos primeras sí que han llegado ya a ese foco.


Es la típica producción de conspiraciones, donde todo el mundo tiene sus secretos (compartidos o no), en la que se investiga, con personajes de dudosa reputación, en la que no todos son lo que parecen. Es de desarrollo lento, a veces puede parecer bastante lento, pero ello no quiere decir aburrido, ojo, simplemente que no hay persecuciones vibrantes, escenas de acción, operaciones contrarreloj (que también hay persecuciones y seguimiento, por supuesto). Además, no es como en los culebrones que si te pierdes un episodio no pasa nada porque la trama no ha avanzado; aquí, un episodio tiene mucha información y si te lo pierdes pues tú mismo.

La serie está bastante bien en lo que se refiere a ambientación, montaje, fotografía. Los personajes no están mal desarrollados y además de sus actividades se puede apreciar el conflicto que tienen entre el trabajo que desarrollan y la vida familiar, cómo conciliarlo y las consecuencias que tienen sus actos. Vamos, que te gustará si te van este tipo de series o películas como El mensajero del miedo, Klute, Los tres días del cóndor, Conspiración, etc etc).


jueves, 23 de septiembre de 2010

Covers

La revista británica NME ha hecho una encuesta por internet para saber cuáles han sido los mejores y los peores covers de la historia y han montado un top ten de ambos. Discutible, sí; curiosa, también pero, claro, es lo que tienen los votos de los fans.

La mejor




La peor




miércoles, 22 de septiembre de 2010

martes, 21 de septiembre de 2010

Agenda Otoño-Invierno

Cuando empezó el verano me propuse una serie de deberes para estos tres meses que he de decir he satisfecho cumplidamente. Salvo Star Trek Voyager, he alcanzado los objetivos restantes. Y encima con más cautivos. Porque junto a las que quería ver se añadieron cuatro más: las comentadas Luther, Sherlock, Los pilares de la Tierra, además de Rubicon. Así que no ha estado mal el verano.

Como todos los años, septiembre es el mes que empieza el curso, y no solo escolar. Casi se puede decir que es un principio de año más evidente que el 1 de enero. Eso se nota en la televisión y, sobre todo, en las series. Esta es la semana grande de la vuelta. de muchas de ellas Algunas ya han empezado en días anteriores (como la tercera temporada de Sons of Anarchy o Boardwalk Empire, la serie de Scorsese) pero esta es la semana donde se concentran las que me interesan.


Por no hablar de las que vienen en octubre


y las que sigo viendo con tranquilidad pero de manera constante sabedor de que la nueva temporada no vendrá hasta el próximo verano.


Por no hablar de alguna más que pueda caer por curiosidad, principalmente novedades, y a la que tengo echado el ojo. Quien se aburre es porque quiere.


lunes, 20 de septiembre de 2010

The musical

Hoy vamos a realizar una pequeña operación matemática.

Todos sabemos que a George Lucas, tito George para los amigos, le gusta más un dólar (y si es un millón mejor) que a un niño un caramelo. Sólo así se entiende la segunda trilogía (o pre-trilogía, o como quieran llamar a ese engendro que montó hace unos pocos años), las series de animación de una de las cuales ha empezado ya la tercera temporada, el merchandising y todo lo demás. Cualquier cosa es poco para este tío Gilito del nuevo milenio que amenaza con constantes nuevas ideas (que no son sino refritos de antiguas) para sacar los cuartos a los seguidores de SU saga.

Tito George contento al ver el saldo de su cuenta bancaria


Todos sabemos también el boom que ha vivido en los últimos años el mundo de los musicales. Que si Mamma Mía, que si We will rock you, que si Chicago, Hoy no me puedo levantar, Cabaret, El fantasma de la ópera, Evita, Hair, Cats, Wicked, etc etc etc.

Ahora, sumemos dos y dos. ¿Qué la falta a Lucas por hacer y que pueda sacar más pasta a los freaks que quieran verlo todo y tenerlo todo sobre Star Wars? Exacto. Star Wars The Musical. Pero que no se apure tito George, ya existen personas que lo han pensado por él e incluso se han adelantado ofertando algunas ideas que, tal vez y sólo digo tal vez, pueda coger para una visión del futuro.

Ah, por cierto, no me hago responsable de desmayos, desprendimientos de retina, parálisis cerebrales y demás consecuencias físicas. Para las mentales, vean un psiquiatra.


viernes, 17 de septiembre de 2010

Parte semanal

Llevo una semana extraña.

Dentro de un mes comienza el encuentro que cada dos años se organiza por estos lugares para que los estudiosos del pasado presenten sus aportaciones investigadoras (ehem, ehem) al mundillo científico (cof cof). Es un must, un lugar de encuentro al que tienes que ir y dejarte ver un poco, que si no van pensando que has pasado a mejor vida, en todos los sentidos. Como casi siempre, y dado que uno es un pelín masoquista, el que suscribe se ha presentado para realizar su pequeña contribución. Ahora que por motivos laborales ya no puedo acudir a las fuentes originales, he decidido desempolvar la colección privada de fotocopias documentales e ir sacando cosillas que tenía por ahí y a las que apenas le había dedicado atención. Y en esas estamos, intentando redactar algo decente para pasar el trago. En realidad, lo tengo todo en la cabeza, la estructura, lo que quiero desarrollar, las conclusiones, etc., y ya anda algo avanzado pero se supone que esta semana iba a ser el relanzamiento y nada, se ha quedado en un bluff.

En parte la culpa la tiene mi cabeza, esa que hoy por hoy cambiaría por la de cualquiera que me diese menos la lata. Llevo desde el domingo en plan yenka (izquierda izquierda, derecha derecha) con la migraña y de hecho el lunes no vine a trabajar por eso mismo. Encima el calor y bochorno que hizo esos días no ayudó nada y hasta el miércoles no remitió, aunque aún ayer tenía esa sensación de que quería continuar con la fiesta. Así que ni escribir ni nada de nada, perreo total y absoluto.

Para rematar la faena, en mi trabajo me están convirtiendo en una especie de mensajero de la muerte, justo el paso previo antes de que te coloquen la cabeza de caballo. El martes cuando llego a mi oficina, abro el correo y veo que tengo una reunión por videoconferencia justo en un par de horas (es lo que tiene la bicefalia compartida en esta mi comunidad). Así que allí me veo, solito en una sala de reuniones viendo un pantallazo donde están mis jefes supremos que desde la capital del imperio empiezan a intentar darle un avance a cosas tan apasionantes como la modernización administrativa (porque se acercan las elecciones, por si no se han dado cuenta). Yo, que soy el último mono de esta casa, no hacía sino asentir, mucho "aha... claro, claro... por supuesto", e intentando poner cara de interesado, aunque ya sabía que a nosotros (mi jefe del ramo y yo mismo) no nos podía decir nada nuevo que ya habíamos hecho nuestra parte. Hasta que la jefa se gira, me mira a través de la pantalla y me suelta: "oye starfi, ya que estás ahí, por qué no te hablas con fulano y recuérdale e insístele para que haga esto y esto, que es urgente". Fulano es jefe de servicio. De un servicio que ocupa una planta entera. De esos que mandan, y mucho, pero que es un dejado para ciertas cosas que debe hacer. Algo se me debió notar en la cara porque acto seguido me volvió a soltar: "y le dices que esto viene de la consejera". Vamos, de la JEFA suprema. Ouchssss, con el poder hemos topado.

Al día siguiente vine preparado para la misión, bien vestido, nada de camisetas frikis, afeitado, y con las dosis justa de valentía, que estas cosas nunca me han gustado demasiado. Y allí que me planté. Ganas tenía de empezar diciendo aquello de "Tengo una oferta que no podrás rechazar", pero como que no, que luego te miran raro y ya tengo bastante con ser el bicho raro de los papeles viejos. Tuvimos una conversación corta, para lo que suelen ser estas cosas, en la que fulanito se quiso sacar el muerto de encima. Viendo que la cosa no avanzaba, le dije para acabar y como quien no quiere la cosa: "mira, yo soy un mandado de la jefa suprema, y además es lo que dice la ley". Luego estuve hablando largo rato con un subordinado suyo, que podría ocupar perfectamente el lugar de fulanito, e hicimos terapia sobre organización, jefes y demás.

Para acabar un poco de música.






miércoles, 15 de septiembre de 2010

Los pilares de la Tierra o ¿Historia de una catedral?

Los pilares de la Tierra es un novela de Ken Follett que desde su publicación se convirtió en un auténtico bestseller. Entre la maraña de libros que tengo se encuentra una tercera edición del mismo año que se editó, allá por 1990, y aunque no me desagradó del todo tampoco entendí el encanto que la convirtió en una novela ultrafamosa. Varias veces me la recomendaron en años posteriores y más de uno se sorprendía cuando le comentaba que me la había leído hacía no se cuántos años.


En realidad, casi puedo comprender que a la gente le guste, sobre todo en los últimos años donde ha crecido el gusto por la novela histórica. Está ambientada en el siglo XII, en plenas guerras por la sucesión al trono inglés, con personajes muy reales como el rey Esteban, la reina Maud y su hijo, el futuro Enrique II de Inglaterra y, en medio de este maremagnum, el proceso de construcción de una catedral. Todo ello rodeado de conspiraciones, secretos, más conspiraciones, batallas, asesinatos, dobles juegos, ambición, poder, riqueza y un punto justo de sexo. Vamos, casi casi como un culebrón de los de ahora pero en plan histórico.

El libro era carne de cañón para ser trasladado a la pantalla. El problema radicaba principalmente en que narraba muchas cosas, era muy dilatada en el tiempo y estaba plagada de un sinfin de personajes, tanto principales como secundarios. Digo era porque ya ha pasado a la pequeña pantalla en formato de miniserie, como supongo que más de uno sabrá, porque anoche se estrenó en Cuatro. El director de cine Ridley Scott, que últimamente anda muy metido en obras de corte histórico, convenció al autor para convertirla en una miniserie de ocho episodios, de manera que no se perdiesen detalles en la trama y el resultado ha salido a la luz este verano.


La foto de familia


La serie tiene aspectos positivos. Es bastante fiel al libro, así que si lo leiste y te gustó pues seguramente también te gustará y si no llegaste a leerlo pues puedes ver la serie sin ningún problema. La ambientación histórica es estupenda, el entorno medieval está logrado y no hay muchos detalles que chirríen. El guión, al seguir la novela, no es demasiado complejo y desde luego, aún con los típicos vericuetos, puedes intuir por donde van a acabar las cosas. Y es que el libro, y por ende la serie, es bastante maniqueo en ese sentido. Lo demás, la fotografía, la música, los apartados técnicos, se ajustan muy bien a una serie enmarcada en la plena Edad Media.

De los protagonistas me quedo con un Ian McShane, que crea un villano genial a pesar del pelucón que le han puesto; Matthew Macfadyen, que ya había salido en la miniserie de Little Dorrit; y Rufus Sewell en su papel de Tom the builder. Junto a ellos Donald Sutherland en un papel cortito como conde de Shiring, Hayley Atwell, que hace de Aliena, su hija, y que salía en el remake de The prisoner, y Tony Curran, haciendo del rey Stephen y cuya cara me sonaba de algo y ayer recordé por fin que hizo de van Gogh en la quinta temporada de Doctor Who.

El obispo Waleran en plena faena


La única pega que le pongo es que a la mayor parte de los personajes apenas se les nota el paso del tiempo. Salvo un tramo final, que sí está más adelantado temporalmente, la serie se desarrolla a lo largo de casi veinte años, y apenas se percibe en el aspecto externo, sobre todo en una época en que la esperanza de vida era bastante corta. Echo en falta las arrugas, las canas y un poquito de envejecimiento. Pero, vamos, que tampoco me voy a poner tiquismiquis.

Si os gustan las series históricas con trama de intriga y conspiraciones entonces no lo penseis más. Aquí podeis conseguirla en v.o. con subtítulos. También se puede ver en Cuatro ya doblada. A gusto del consumidor. La ventaja es que se trata de una miniserie, ocho episodios y punto. Y ahora un poco de música y el trailer.







lunes, 13 de septiembre de 2010

Argumentos (VI)

Lugar: Lejano Oriente. Época indeterminada.

Un palacio con una princesa, pero no una de esas candorosas y románticas, no, sino una de esas en plan mantis religiosa que se va cargando a los pretendientes porque no resuelven los tres acertijos que les plantea si quieren casarse con ella. Un príncipe, de esos que culo ven y culo quiere, la ve en plena ceremonia de ejecución del último pretendiente y se enamora ipso facto (ya ven que romántico, amor y sangre), por lo que, a pesar de los intentos del resto del personal, le da al gong señalando que quiere presentarse al reto.

Mientras la princesa se prepara para recibir a este pretendiente, los criados de aquella sueñan con un país más tranquilo y que el príncipe traiga la paz. La princesa presenta los tres acertijos y, ¡oh, albricias!, el príncipe consigue acertar las soluciones. A ella esto le sienta muy mal, pero fatal fatal y se resiste aunque todo bicho viviente, incluso su papuchi, le recuerda que había hecho un juramento y que debe cumplirlo. Pero el príncipe que es un poco retorcido le ofrece una alternativa: si averigua su nombre antes de que amanezca será él quien muera. Y así se pasan toda la noche, los criados y el pueblo intentando averiguar el nombre del susodicho. Una esclava que pasaba por allí y estaba enamorada del príncipe se suicida para evitar que pueda delatarlo. Al final, en una arrebatadora escena de pasión, él le dice su nombre y ella cae rendida a sus pies de amor. Como en la vida misma, ehem.

Pues este es el argumento de Turandot, la última ópera de Puccini. Inacabada porque un cáncer de garganta le impidió finalizar el último acto, que tuvo que ser acabado por otro compositor siguiendo los esbozos y notas que dejó.


Ópera de total ambientación oriental, es una de esas que en las manos adecuadas puede ser llevada hasta las últimas consecuencias de la megalomanía musical, con escenografías recargadas, decorados hiperbarrocos, vestuarios imposibles. Claro que esto no tiene por que ser negativo pero generalmente es como un caramelo o un bombón, donde el envoltorio es más bonito que la golosina en sí. Y eso que cuenta con escenas de carácter más intimista que contrastan con los mogollones corales que se forman en determinados momentos.


Es una ópera de lucimiento total para todos los participantes. Un protagonista con una de las arias más famosas y conocidas de todo el repertorio, una soprano con páginas muy complicadas de cantar, unos secundarios que tienen arias impresionantes y una participación muy activa del coro, que aparece en todos los actos y surge como un fondo constante. Vamos, que hay para todos. Probablemente por eso sea de las más difíciles para que salga completamente redonda.

De todas maneras, algunos personajes me parecen penosos en cuanto a actitud. La esclava, Liú, se suicida por amor (bueno, y encima se enamora del protagonista porque un día le sonrió, toma castaña) cuando el príncipe no le hace ni caso porque se ha chiflado por una princesa psychokiller. La psychokiller, por su parte, sólo piensa en cargarse al mayor número de príncipes tontos y alocados y librar al mundo de hombres. Y, mientras, el príncipe sólo tiene ojitos para esta loca, pasando de la esclava enamorada, de su padre (al que ha encontrado entre la multitud) y de todo dios. Vamos, un encanto de hombre, justo lo que se merece la princesa de hielo.

Ahora, una poca de escucha.

El final del primer acto.




El comienzo del segundo acto.




Turandot en plan Reina del Carnaval




El príncipe arrebatado en el acto tercero.


viernes, 10 de septiembre de 2010

The closer: dulces con sangre

Una de las series que más me gusta y que prácticamente veo desde que comenzó es The closer. Serie policíaca con cierto estilo tradicional (equipo de homicidios que investiga casos de asesinatos) pero donde la protagonista es una mujer, la subjefa Brenda Johnson, experta en interrogar y sacar información a los testigos y presuntos culpables. En su momento la comencé a ver en Cuatro, pero cuando empezaron a marearla dí el salto, la conseguí por los canales convencionales y me dispuse a verla en versión original.


Su protagonista, Kyra Sedgwick, obtuvo el último Emmy a la Mejor Actriz en Serie Dramática aunque aquí en España no ha tenido tanto éxito como en Usamérica. Como dije, es una serie policíaca en toda regla y eso puede que eche a más de uno para atrás antes de ponerse a verla. Hace un par de días, en Vaya Tele le dedicaron una entrada en la que apuntaban cinco razones para ver esta serie. Y cómo me ha parecido una entrada estupenda pues aquí que pongo las cinco razones, eso sí, con algún añadido personal (el texto en rojo es mío).

1. Casos bien escritos: Muchas veces, el punto más débil de los procedimentales es que sus casos son flojitos y tienen poco interés. En ‘The Closer’, esto no pasa. Todos están muy bien escritos, la mayoría de las veces no son tan fáciles como parece y siempre son interesantes. O, en su defecto, sumamente divertidos. Lo que nos lleva al siguiente punto. (En este sentido le doy totalmente la razón, los casos son muy diversos y no siempre terminan con la captura del asesino, lo cual frustra bastante a la subjefa.)


2. Sentido del humor
: Sin buscar de forma forzada el gag o el diálogo graciosillo, ‘The Closer’ puede ser realmente divertida. Las interacciones entre sus personajes, repletas de pequeños detalles que explotan las peculiaridades de cada uno, suelen dejar grandes momentos, y también añaden algunos invitados (como los padres de Brenda) que son una mina. (Ufff, los padres de Brenda, casi nada. Sólo por los episodios en que aparecen merece la pena verse la temporada. Por no hablar del sufrido Fritz, su novio, agente del FBI. Pero la mayoría de los gags nacen de la complicidad que va creciendo en las temporadas entre los personajes, en especial los miembros del equipo.)


3. Su reparto
: Kyra Sedgwick es la protagonista central de la serie y la que se lleva todos los parabienes, pero ésta no sería lo que es si no fuera por su grupo de secundarios. Todos juntos forman un equipo muy preciso que nunca es aburrido de ver, y en el que resulta, además, muy entretenido buscar pequeños detalles, como la combinación de colores entre el vestido de Brenda y la corbata de alguno de sus subordinados, especialmente el sargento Gabriel. (Hay varios secundarios de lujo, como J. K. Simmons (el jefe Pope aka J. J. Jameson en Spiderman) o Mary McDonnell (Laura Roslin en Battlestar Galactica) que interpreta a una capitana de Asuntos Internos, por poner dos ejemplos, Además todos ellos tienen su parte protagonista aunque girando en torno a Brenda.)

4. La evolución de la serie: Desde el principio, cuando Brenda llega desde Atlanta a Los Ángeles para asumir el puesto de subjefa de policía, teniendo que superar el recelo de sus compañeros, ‘The Closer’ ha ido evolucionando, presentando en cada temporada nuevos retos para Brenda, tanto profesionales como personales. Esa evolución siempre ha estado centrada en los personajes y en cómo va cambiando la relación entre ellos

5.
Brenda: Pero, lógicamente, la principal atracción es Brenda Johnson, un personaje complejo y fuerte. Ella puede ser educada, dulce, insegura, adicta al chocolate, calculadora, despiadada, fría y segura de lo que quiere, y muchas veces todo al mismo tiempo. Sus interrogatorios, que es su punto fuerte, no suelen ser previsibles, y siempre sabe cómo manipular al sospechoso para que le diga lo que ella quiere saber. Lástima que luego pretenda aplicar esas mismas tácticas a su vida personal, lo que nunca puede salir bien. (Que quieren que diga. Por todo eso es por lo que me gusta. Me encanta que cuando se pone nerviosa o se frustra porque algo no ha salido como quería, abra el cajón de su mesa o su gigantesco bolso y saque una chocolatina o un dulce. Y parece que es como las pilas; se transforma, sale con una energía y machaca al sospechoso hasta que se derrumba. Una mujer dura en el trabajo e insegura en el mundo exterior, en la relación con su novio y con su padre, que la trata casi como una adolescente. Y con un estilismo tan personal que, bueno, en fin, digamos que no sigue las normas de la moda.)



Además, como añadido podría decir que se trata de una serie muy bien hecha, perfectamente estructurada, con unas interpretaciones geniales y unos casos atractivos. Y sí, soy un pesado. Lo sé. Pero algún defecto hay que tener, para perfecciones busquen a la cuarta estrella a la derecha y pregunten por un tal Jehová, Alá o Jesús.

Curiosamente, The closer no tiene una intro tradicional, sino que comienza directamente con el caso y se van sucediendo fundidos en negro en los que aparecen los títulos de crédito. Así que ahí va el de una serie policíaca que es historia de la televisión, y de la que han hecho un remake que se estrena dentro de poco. Por si les interesa y sienten curiosidad.


jueves, 9 de septiembre de 2010

Tostado

No he tenido mucho tiempo para escribir un post en condiciones dignas de que se publique. El martes por la tarde, según salí del trabajo, me fui a esos sures con mi marido a la playa, a cargar las pilas. Y que bien nos vino a los dos. Para colmo, por diversas circunstancias (entre las que se incluyen un grupo de amigos que cuando llegaron a mi pueblo para empezar la caminata a Teror a ver a Pinito decidieron plantarse y me llamaron para cenar) me acosté tarde y me levanté ayer más tarde aún. Menos mal que era día de fiesta. Mi marido se empeñó en volver a bajar a la playa, aprovechando que no trabajaba. Así que nos volvimos a Maspalomas.

Hoy parezco una gamba, por confiado y por no pillar una sombrilla. Y estoy un poco patoso, entre el sueño y la molienda que llevo encima, casi casi como Clouseau.




martes, 7 de septiembre de 2010

La alegría de la huerta

Anoche escribí esta entrada y me salió un poco tristona. Hoy me he levantado un poco mejor y pensé en modificarla o escribir otra nueva porque no quiero, no me gusta, estar así. Pero mientras venía al trabajo pensé que bueno, esto es lo que hay. Y que lo descrito más abajo es cómo he estado los últimos días así que se queda como estaba.

Lo cierto es que llevo varios días un poco desanimado y apático. No creo que sea depresión postvacacional ni la crisis de los cuarenta ni que el otoño haya llegado antes de tiempo. Es sencillamente que me ha tocado unos días con el ánimo un poco bajo, que ya es raro porque no suelo ser de esos de carácter melancólico o tristón.

En realidad, sí que se cuáles son las causas y ambas son externas, vamos, que no he tenido poder para alterar su curso. Una es mi marido y sus oposiciones. T. anda muy depre y con el ánimo por los suelos desde que salió la nota del examen práctico justo antes de irnos de viaje. Aprobó y sacó una muy buena nota pero dos competidores sacaron una nota algo mejor; puso una reclamación sobre la marcha pero todavía no han dicho nada y creemos que no servirá de nada. Lo peor es que nada sirve para animarle y anda por ahí con un humor de perros y apático; aunque en el viaje se distrajo un poco y se lo pasó relativamente bien no iba con el mejor de los ánimos y eso se notó. Además, todo el tema de las oposiciones está muy enrarecido; una compañera que ya no tiene nada que hacer le ha comentado que va a impugnar ese examen (y con alguna que otra razón justificada, otra cosa es que lo admitan) con lo que la cosa se puede prolongar más aún.

La otra es que me pasé medio fin de semana en un tanatorio porque falleció la madre de uno de mis mejores amigos. Conozco a toda la familia desde hace muchísimo tiempo y aunque era de esperar, tenía una enfermedad degenerativa, no por eso el palo es menor. Antes de mis vacaciones estuvo ingresada unos días y la fui a ver, estuvimos hablando un rato y me dio recuerdos para mis padres. Me encantaba ese acento andaluz cerrado (los padres de mi amigo son malagueños) a pesar de llevar aquí media vida, y que siempre que fuese a su casa te invitaba a comer, merendar o cenar, y casi que salías comiendo algo de allí.

Vamos, que era la alegría de la huerta. Pero, como decía al comienzo, esta mañana me levanté con el pie derecho y de mejor humor. A ver si continua y entre hoy y mañana (que aquí es fiesta) me voy despejando un poco.



viernes, 3 de septiembre de 2010

Destripando... Los mercenarios

Vamos a ver. Dejemos las cosas claras desde el principio. ¿Qué se puede esperar de una película dirigida y coescrita por Sylvester Stallone, protagonizada por el susodicho junto a grandes dinosaurios como Jet Li, Jason Statham, Dolph Lundgren, Mickey Rourke y Eric Roberts y que retoma todos los tópicos del cine de acción ochentero? Pues eso.

El guión de Los mercenarios es más simple que el mecanismo de un chupachups. Un grupo de individuos que se dedican a eliminar a gente indeseable por todo el mundo recibe el encargo de eliminar a cierto general que ejerce de dictador en una isla llamada Vilena. Obviamente, hay un malo maloso (un Eric Roberts muy en su línea), una chica cuasiflorero y un grupo de machos destinados a cumplir su misión, todo ello ambientado en la típica isla tropical latina donde los soldados son carne de cañón (nunca mejor dicho) para nuestros protagonistas.

Como señala un comentario a la crítica de la película en Blogdecine: "Stallone ha recuperado al macho ochentero, ha recuperado la esencia y el olor de la cutre-movie de la Cannon y nos lo ha traido en pleno siglo XXI. Un ejercicio de nostalgia tremendamente entretenido y eficaz." Estoy totalmente de acuerdo con esta persona. Hay un exceso de machismo y testosterona por todos lados, violencia gratuita y salvaje, sangre, peleas a raudales, adrenalina desaforada, tópicos manidos hasta la saciedad en las pelis de los ochenta (incluso algunas de los noventa). Y aún así, qué quieren que les diga. Me lo pasé pipa, disfruté como un enano, me reí con las salvajadas y burradas. Porque, al menos, uno sabe qué va a ver en esta película y ni se autoengaña ni la película engaña a nadie; en este sentido, es más honesta que muchas películas de autor que sugieren una cosa y se plantan en otra muy distinta porque ni ellos mismos se toman esto demasiado en serio.

Stallone en plena pose de "corre, por dior"

Siempre he visto estas películas como algo totalmente de ficción, como unos dibujos animados pero en carne y hueso, con unas persecuciones de coches imposibles en la realidad; con unas peleas que a los dos segundos habrían dejado k.o. al más pintado mientras ellos se levantan, corren, saltan y demás; con unas megaexplosiones que dejan en pañales la del Krakataoa; y unos diálogos surrealistas y sonrojantes hasta para un bebé. Por eso me lo tomo como son, un ejercicio de descanso neuronal, de disfrute palomitero, sin estar pensando en las motivaciones para que actúen de esa manera o si tal o cual acción es factible en la realidad.
Hay una escena que va a pasar a la categoría de mítica, la del encuentro de tres iconos de la acción ochentera: Stallone, Schwarzenegger y Willis, llena de frases recurrentes y de doble sentido. Lástima que sea tan breve. Obviamente, salimos del cine pidiendo la edición del coleccionista YA.




jueves, 2 de septiembre de 2010

Momentos galáctico-gallegos

Ante el retraso en la salida de los posts gallegos, aquí va un adelanto o preview, como prefieran, de algunos momentos del viaje. Y así me lo ahorro cuando escriba las entradas.

Nada como empezar el viaje pagando a Iberia la diferencia de un billete porque a tu marido se le ha perdido el carnet de identidad y el pasaporte no sirve para acreditar la residencia.

Momentazo islas Cies con mi toalla de Bob Esponja que alguien me había regalado el día anterior. Puro algodón portugués.

Dando el cante en la playa de Rodas

Descubrir, gracias a mi marido, que en Pontevedra tenían a Santa Leia de Alderaan, con espada y todo. Que calladitos se lo tenían. Eso o es que también celebran las fallas en esa ciudad, aunque deben ser muy discretas porque no he oído hablar de ellas. Y me gusta creer que se trata de la sufrida santa Leia.

Aquí la susodicha en pose de entregar la espada al futuro Vader

Comprobar que algunos tópicos se mantienen y que The rain in Spain no siempre stays mainly in the plains. Claro que visitar Santiago de Compostela sin que llueva es ... es..., como un Bob Esponja sin Patricio o un oso sin pelo, y no sería Santiago ¿no?




Que a la vuelta Iberia vuelva a las andadas y me diga que no tengo billete de vuelta. Tras unos momentos de nervios, abro la maleta y busco los resguardos del vuelo de ida que aún conservaba. Al final, voy a tener que guardarlo todo por si acaso que con éstos uno nunca sabe lo que se espera.

Y, por supuesto, todos los momentos de comer y beber hasta ponernos morados, que fueron muchos. Menos mal que Iberia no cobra la diferencia de exceso de equipaje personal entre la ida y la vuelta. Aún.


miércoles, 1 de septiembre de 2010

XL

Y no es que haya aumentado la talla tras el periplo por tierras gallegas. Que bueno, tal vez un poco sí pero no tanto.

Este año no pienso entrar en reflexiones serias y con enjundia.

Ni molestarme en depresiones y crisis personales (salvo la postvacacional que para eso se me acabaron las vacaciones ayer).

Solamente voy a darme un autohomenaje. Porque como dice Jason Statham en Los mercenarios recitando a otra estupenda Andie MacDowell "Porque yo lo valgo". Y es que hoy llego a los 40 añitos, casi nada. Pero estupendamente si no fuese por un catarrazo que he pillado por dormir con el culo al aire (y nada metafórico). Con estos calores. Hay que joderse. Pero nada nada, pelillos a la mar y a disfrutar. Porque como dice Serrat




Y una de mis canciones favoritas.