lunes, 28 de abril de 2014

Dependencia

Ayer domingo por la noche, el programa "Salvados" estuvo dedicado a la Ley de Dependencia y su aplicación en distintos lugares de España, aunque con especial dedicación a la Comunidad Valencia. Fue ponerme a verlo, y aunque ya sabía en gran medida lo que iba a ver, no pude evitar que la indignación y la rabia comenzase a entrarme viendo el programa.

La Ley de Dependencia del año 2007 constituyó un gran avance cuando se promulgó; suponía el reconocimiento para aquellos miles, por no decir millones, de personas que se dedicaban a ayudar a familiares o trabajar para personas que no podían valerse por sí mismas al cien por cien. Aparte de ofrecer una serie de ayudas y servicios, por fin, para estos dependientes según el grado de dependencia que tuviesen. Como todo, la ley era, y es, muy mejorable pero suponía un cambio en todo lo relacionado con las políticas sociales, eso que siempre está tanto en boca de los políticos pero que les importa un cojón.

Pero como en otras tantas cosas no todo transcurre como se había planeado. La crisis económica vino a trastocar mucho todo lo relacionado con la dependencia porque cuando se tuvo que meter la tijera se empezó por los asuntos sociales. Con la llegada del PP la cosa fue cada vez a mayor de manera que existen miles de expedientes de personas que tienen reconocida su dependencia pero que no han visto, ni verán con toda seguridad, un euro que les pueda ayudar. Y es que el PP quiere que vuelvan a donde estaban antes, a las cavernas, que a los dependientes los cuiden sus familias o se lo costeen de su bolsillo y cuando no puedan a vivir entonces de la caridad y la beneficiencia. Y esto es indignante, una auténtica salvajada; con la excusa de que no hay dinero no se cumplen con los compromisos adquiridos. Hemos retrocedido años en lugar de avanzar, aunque sea muy lentamente.

Conocía algo del tema porque mi chico ha trabajado durante mucho tiempo en ese tema y me contaba cada cosa que era para coger una escopeta e ir a la caza del politicucho de turno. Como no hay dinero no se tramitan expedientes, de hecho no se están admitiendo más personas dentro del sistema, y los que están dentro no perciben, en su gran mayoría, ninguna ayuda. Es decir, que las distintas administraciones están esperando que estas personas vayan falleciendo, porque la dependencia va asociada en gran medida a la edad, para irse librando de lo que consideran una carga. Y es que como decía uno de ellos en el programa "Salvados" el gobierno los ve como una rémora, como seres improductivos, en lugar de aprovecharlos e intentar insertarlos en la sociedad en aquellos casos que sean posible. Además, en el fondo de todo me da que esta derecha tan liberal ve en esto una posibilidad de negocio; no se extrañen que en el futuro muchos de estos servicios y ayudas se externalicen y salgan a concursos públicos a los cuales opten las empresas donde, que caramba, se hallan antiguos políticos o amigos del PP. Que coño, eso ya está pasando y no hace falta pensar en el futuro.

Claro, te pones a pensar en todo esto, se te sube la tensión, la mala leche y lo único que deseas es que a esos malnacidos les toque sufrir una vejez muy mala, llena de enfermedades dolorosas y sin cura. Para que sepan lo que es depender de otra persona para lo más básico. Hoy no pongo música que no tengo el cuerpo para eso, de verdad.

miércoles, 23 de abril de 2014

A leer!!

Coger un libro, abrirlo por la portada (que no la cubierta), pasar las primeras páginas mientras hueles el papel, sumergirte en un mundo distinto y avanzar en él todas las veces que quieras. Pocos placeres hay en este mundo como buscar un lugar cómodo y confortable y leer un libro. Con razón dicen que quien no lee sólo vive una vida pero quien lee vive muchas. Reconozco que soy más dado a centrarme en un tipo de libros que me gustan más, como la novela histórica, la ciencia ficción o la de detectives, aunque ocasionalmente me eche fuera del plato y me lea algo de tipo más romántico o dramático.

Hay que leer. Los libros te abren la mente, te hacen viajar a otros lugares, a otros tiempos, vivir miles de vidas de todos los tipos, te hacen comprender mejor la vida. No creo que te haga mejor persona (hay cabrones a quienes les gusta leer) pero, desde luego, te enriquece como persona y te hace valorar algunas cosas en las cuales, tal vez, no te habrías parado a pensar. 

Por eso, hoy, en el Día del Libro, hay que animar a leer. Lee lo que te apetezca, lo que más te guste, lo que más rabia te de. Como si es la Enciclopedia Británica, las memorias de Aznar o el último best seller de Dan Brown. Pero coge un libro, acomódate en el sillón o en tu rincón favorito y sumérgete en sus páginas. No cuesta nada y seguro que no te arrepentirás.





jueves, 17 de abril de 2014

Aniversarios musicales

Hay días que parecen marcados en el calendario con una conjunción de artistas. Ayer se cumplían 125 años del nacimiento de Charles Chaplin y 90 del de Henry Mancini. De Chaplin que voy a decir que no se sepa o se haya dicho ya; uno de los grandes de la Historia del Cine, así en mayúsculas. Porque lo fue y lo sigue siendo. Sus películas son sencillamente maravillosas y es una lástima que las nuevas generaciones apenas lo conozcan y se diviertan con sus cortometrajes o disfrutar y emocionarse con sus largos. 

Lo de Mancini es otra historia porque siendo como fue uno de los grandes compositores del cine, sobre todo en las décadas sesenta y setenta, es mucho menos conocido que Chaplin. Durante su trayectoria mantuvo una estrecha colaboración con el director Blake Edwards, con el que trabajó durante tres décadas años en casi una treintena películas. Ni la conexión Spielberg-Williams, vamos, que va camino de una duración similar aunque con menos películas en su haber. Ganó cuatro Oscars en los apartados de mejor banda sonora y mejor canción, ya que también le gustaba incluir canciones en sus composiciones. Seguro que más de una de sus obras las conocen aunque no lo asocien a él. Y no solo por sus trabajos en el cine sino también por la música para series de televisión como Hotel o Remington Steele.

Y todo ello en el Día Mundial de la Voz. Para rematar la faena.



miércoles, 16 de abril de 2014

NO-DO

Pues nada, después de un par de semanas de absoluta desaparición y absentismo bloguero vuelvo para decir que sigo vivo y que aún consumo el oxígeno de este planetoide. La verdad es que lo de escribir se me está haciendo un poco difícil más que nada porque se me están mezclando varias cosas a la vez y entonces es cuando me acuerdo del refranero español y de aquello de "quien mucho abarca...".

Pero bueno, pelillos a la mar y continuemos. La semana pasada me eché un salto a Coruscant a una nueva revisión con mi neuróloga. Todo perfecto. El quiste aracnoideo se halla bajo control y otra cosa más que coleccionar en mis rarezas. Seguimos con el tratamiento una temporada más y luego fuera a ver qué ocurre. Cruzaré los dedos para que mi cabeza se porte bien y se vaya relajando y tener así un veranito tranquilo.

He aprovechado estos días atrás para ponerme al día con algunas series como The Good Wife, la cual recomiendo un montón aunque haya hablado poco de ella, y acabar las temporadas de Helix, Looking y The Walking Dead. Además, me he puesto con mi chico a ver Hannibal, aunque vamos despacio, porque me gusta verla junto a él y ya sólo podemos cuadrar los fines de semana. Ya le dedicaré un post a la serie porque me gusta bastante, pese a que sólo haya visto los tres primeros episodios. 


Sigo con mis clases de inglés los lunes por la tarde (más las tareas para el resto de la semana) y escribiendo algunas entradas para el blog de historia de Lanzarote. Así que, como ven, entretenimiento no me falta. Y menos que me va a faltar ahora que se acerca el fin de curso y me tengo que poner las pilas con el inglés. Así que a hacer el último esfuerzo y en junio a por las pruebas. Ah, se me olvidaba. Ya tenemos los billetes para nuestras vacaciones en octubre; este año por fin saltaré el charco y nos iremos a la Gran Manzana. Ya se que queda un poco provinciano pero para alguien que está en la periferia de la periferia es algo que llevaba tiempo deseando hacer. Y parece que por fin se va a cumplir. Ya iré contando alguna cosilla más. Ahora, una poca de música...


martes, 1 de abril de 2014

Cautivo y desarmado...

Hoy se cumplen setenta y cinco del famoso telegrama de Franco que empezaba así "En el día de hoy, cautivo y desarmado..." y que ponía fin a casi tres años de guerra civil. Oficialmente. Porque oficiosamente empezaban los años de los juicios sin miramientos, los fusilamientos, las vendettas y todo intento imaginable de expurgar la mancha roja sobre un país que debía ser uno, grande y libre. Oficialmente comenzaban cuarenta años de dictadura, cuarenta años de silencio represor, de dominio de las oligarquías tradicionales, del Ejército y la Iglesia, que acumularon más poder del que nunca habían tenido o imaginado poseer.  

Setenta y cinco años después y aún siguen muchísimas heridas abiertas. Afortunadamente, y aunque ya tengo una cierta edad, no recuerdo prácticamente nada de la época de la dictadura aunque sí de sus momentos posteriores cuando comenzaba la democracia pero persistían algunos comportamientos del régimen como los castigos corporales en el colegio. Uno de mis primeros recuerdos es estar en el salón de mi antigua casa con mi hermana y mi abuela viendo de refilón como un montón de gente pasaba por delante del féretro de Paca la culona. 

Setenta y cinco años después y nos siguen gobernando muchos cuyos padres pertenecieron al régimen y se sacudieron la chaqueta después de 1975 alegando que habían sido demócratas de toda la vida mientras muchos otros morían en las cárceles represaliados simplemente por creer que las cosas podían hacerse de otra manera. Esos que, bajo un ligero barniz de democracia, pretenden seguir dirigiéndonos la vida, señalando lo que debemos pensar, lo que debemos hacer y cómo debemos vivir nuestra vida. El pensamiento único. Mi padre siempre ha dicho que se coge antes a un mentiroso que a un cojo y, en una variante del mismo, siempre he pensado que a los políticos hay que dejarlos hablar. Mucho. Porque cuanto más digan más se les nota el pie del que cojean. Líbrate de los que hablan poco y callan mucho porque se guardan lo peor para sí mismos (como la trotona de Pontevedra) pero cuando hablan ya sabes a qué atenerte y actuar en consecuencia.

En fin, setenta y cinco años de millones de historias que contar, de vidas truncadas y destrozadas porque a unos cuantos se les pasó por la cabeza acabar con los intentos de progreso que intentaba llevar a cabo la II República. Y aún se sigue justificando todo aquello...