viernes, 31 de diciembre de 2010

Al 2011

Otro año que acaba y van tropocientos miles. Así que unos cuantos deseos para el 2011 podrían ser:

Que esta crisis vaya desapareciendo de una jodida vez.

Que tengais mucho, pero mucho, sexo y del bueno (vale, y amor también).

Que tengáis una salud de hierro sin gripes ni virus estomacales ni nada de nada.

Que no falte ni trabajo ni ganas de trabajar o estudiar y, sobre todo, que no tengáis unos jefazos coñazos.

Y que nos toque la lotería de una vez, a ver si nos retiramos en condiciones y no tener que currar hasta los setenta.

Y, sobre todo, que seamos felices, que lo pasemos bien, solos o acompañados, y no caer en el abatimiento y la tristeza porque eso sí que es chungo.



¡¡FELIZ 2011!!



Y este que escribe intentará seguir con el blog otro año más. Típico ¿verdad? Uno que es así de previsible.


martes, 28 de diciembre de 2010

Y dos huevos duros

Tengo el blog un poco abandonado. Entre la puñetera mudanza, el concurso, salir a las compras y los problemas de T. (que no con él), la verdad es que ni tiempo ni energía para ponerme a postear en condiciones. Ayer, aprovechando que trabajo cerca de Triana, una de las calles comerciales de esta ciudad, pude empezar con los regalos de Reyes y luego nos fuimos al cine a ver Tengo algo que deciros. Nos gustó y si quieres saber más te remito a lo que contó rickisimus (así de perraco estoy).

Esta mañana la escuché en la radio y me puso las pilas. Y a cantar, claro.





jueves, 23 de diciembre de 2010

Star 2.0

Aunque no lo parezca, en realidad soy un ignorante informático. Lo que ocurre es que lo disimulo bastante bien. Eso, y porque tengo un buen am igo que es el soporte informático en todas las dudas y problemas que me surgen, que no son pocas. Y no crean ni por un momento que por tener un blog la cosa ha mejorado. Bueno, algo sí, pero sólo un pelín.

En las últimas semanas me he puesto las pilas con un par de cosas de estas tecnológicas. Mi vida sigue siendo igual de insulsa y monótona pero si alguien está interesado en ella o en mantener un contacto más directo que sepa que, por fin, me he abierto una cuenta en el pájaro azul, aka Twitter.


Además, aprovechando que tenía una cuenta gratuita en Spotify (aunque estoy pensando en ampliar a una de pago) he creado alguna que otra lista con música de bandas sonoras (como si no). Aquí les dejo un enlace a una selección de la música para la trilogía de Star Wars (que previsible, no).



miércoles, 22 de diciembre de 2010

Inglaterra ayer y hoy

En realidad, esta entrada bien podría haber sido la tercera entrega de Finales. Porque voy a hablar de dos series inglesas, una de estreno y otra que ya va por su segunda temporada.

Downton Abbey es una serie ambientada en los años previos a la I Guerra Mundial, comenzando con la noticia del hundimiento del Titanic, y que narra la vida cotidiana que se desarrolla en la casa que da nombre a la serie, habitada por los Crawley y sus relaciones con los sirvientes.


Es una serie que recuerda mucho a la clásica Arriba y abajo y también a Gosford Park (aunque esta película estaba ambientada en los años treinta), lo cual es normal si tenemos en cuenta que el creador de la serie, Julian Fellowes, ganó el Oscar por el guión de Gosford Park. La comencé a ver por recomendación de Casciari en su blog Espoiler, y curiosamente la semana pasada Alberto Rey hablaba de ella en Asesino en serie, así que no me voy a extender demasiado porque coincido en casi todo lo que ellos señalan y pueden pasarse por los enlaces para leer sus comentarios.


Es un folletín, por supuesto, pero a la inglesa. Con una fotografía, un diseño de producción, un vestuario de lo mejorcito que se puede ver en televisión hoy en día (ya le gustaría a las cadenas españolas hacer algo similar). Aunque la historia se centra en las relaciones entre los señores y los sirvientes, y entre ellos mismos, no deja de explorar la época en la que está inmersa. Alta sociedad que no lo es tanto, criadas que aspiran a más, retazos de feminismo y la lucha por el voto de la mujer. Y, sobre todo, secretos, engaños, miradas y silencios que dicen más que las palabras. Salvo unos pocos, como Elizabeth McGovern, Jim Carter o Maggie Smith, la mayoría de los actores/actrices son poco conocidos por aquí aunque han trabajado bastante en la televisión inglesa. Lo cual se nota, y mucho, en la calidad de la serie. Altamente recomendable.




Esta semana finalizó la segunda temporada de Misfits. Que quieren que les diga, me ha encantado. Las aventuras de estos inadaptados y sus poderes han adquirido un tinte más trágico pero siguen siendo ellos.


En esta temporada empiezan a tratar con otros que también han adquirido algunos poderes, no esperarían que ellos fuesen los únicos en tenerlos ¿no? La trama ha avanzado y algunos de ellos se han centrado un poco más intentando lidiar con sus poderes y los servicios comunitarios, mientras otros, otros siguen siendo como son y no cambiarán jamás. Y me refiero a Nathan que sigue igual de soez, de irresponsable, de salido, y encima con el ego inflado al descubrir cuál es su poder, pero mantiene su encanto y en el fondo es un cachopan.

Nathan mirando su apéndice favorito


Cuando parecía que todo había acabado, con una temporada habitual de seis episodios, van y nos regalan un especial de Navidad, que para mí ha sido lo mejor de la segunda temporada. Lleno de ironía y cinismo en torno a la Navidad, es un extra que merece verse más de una vez y que da una vuelta de tuerca a la serie. Y ahora toca fastidiarse, y esperar unos meses a que empiece la tercera temporada.




lunes, 20 de diciembre de 2010

Finales (II)

En episodios anteriores, comentamos el final de temporada de Sons of Anarchy y Dexter.

En este nuevo episodio me gustaría comentar las dos novedades seriéfilas que han salido este último trimestre y que estaba viendo (hay más pero mi tiempo tiene un límite: 24 horas). La primera es Boardwalk Empire, la gran apuesta de HBO para el comienzo de esta temporada.


La serie está ambientada a comienzos de los años veinte (de hecho, comienza el día previo a cuando se pone en marcha la prohibición de consumir y vender alcohol en Estados Unidos) en Atlantic City, aunque también desarrolla partes en Chicago y Nueva York. Por encima de todo, emerge la figura de Nucky Thompson, el tesorero de Atlantic City (un fantástico Steve Buscemi), que lo controla todo y sin cuyo consentimiento no se mueve un papel en la ciudad. A lo largo de doce episodios asistimos a historias de mafiosos relacionados con el alcohol, el juego y la prostitución, la corrupción de los políticos, asesinatos pero también a historias íntimas donde, como dice Nucky Thompson, la clave no es saber el precio de cada uno sino de cuánto pecado puedes aguantar.

Boardwalk Empire es un bombón de lujo. Tiene una factura impecable, se nota que la HBO se ha gastado sus buenos dólares en la serie y eso se aprecia en la pantalla. Un diseño de producción espectacular con unos decorados impresionantes, un vestuario que refleja la época de manera admirable y una fotografía espléndida.


La principal crítica que se le ha hecho se refiere a la historia, en alusión a la lentitud de la misma y la frialdad que destilan los personajes. Creo que muchos, al ver que Scorsese dirigía el primer episodio, esperaban que cada episodio fuese Uno de los nuestros o un El padrino en miniatura, y no se han dado cuenta que es una serie y el ritmo y la estructura es diferente al de una película. Sí, el ritmo es relativamente lento y puede parecer que la trama no avanza pero en los doce episodios que dura esta primera temporada ha pasado de todo: asaltos a envíos de alcohol ilegal, asesinatos, violencia policial, venganza gangsteril, corrupción y demás tejemanejes. Eso sí, algunos personajes y sus historias me chirrían un poco (como la esposa de Jim Darmody) pero otros son muy atractivos, en especial dos: Nucky Thompson, un genial Buscemi, el auténtico padrino de Atlantic City pero que va dejando muertos en la cuneta y peligrosos enemigos cercanos; y el turbador e inquietante agente especial van Alden, que cada vez que sale me pone nervioso porque desconoces cómo va a actuar, un auténtico puritano reprimido pero extremadamente violento.

Merece la pena ver esta temporada y es altamente recomendable.




La otra novedad de los últimos meses que me impactó fue The walking dead. Ya comenté algo de ella en su momento.


Me reafirmo en lo que escribí en el post aquel. Lo único que añadiré es que estos seis episodios me han sabido a poco. Esta primera temporada ha sido como un capítulo largo de introducción, para conocer los detalles de los personajes, algo de la epidemia, (cómo surgió, cómo ataca, las expectativas de curación, etc) una poca de acción con los zombis (¿o infectados como dicen continuamente en la serie?) y muy poco más. A quien no le pueda atraer este tipo de historias únicamente comentarle que las escenas gore son escasas aunque un poco impactantes si es de alma sensible y poco curtida en estas lides. En realidad, la serie se centra más en los supervivientes, en su lucha por continuar siendo ellos mismos y no convertirse en unos muertos sin saberlo. Y es que, en ese sentido, el título de la serie, los muertos que caminan, se refiere a ambos grupos: a los zombis y a los vivos, que pueden transformarse en unos muertos en vida sin saberlo.

También altamente recomendable, y pueden verla con tranquilidad porque la segunda temporada no empezará hasta el próximo otoño de 2011.


sábado, 18 de diciembre de 2010

Globos musicales

Esta semana se dieron a conocer los nominados a los Globos de Oro, que son unos premios que entrega la prensa extranjera acreditada en Jolibú, que diría Saritísima. Los premios tienen una vertiente cinéfila y otra más televisiva. Entre todas las categorías, que son unas cuantas (lo cual siempre me recuerda a la escena de los Oscars en Agárralo como puedas 33 y 1/3) hay una dedicada a las bandas sonoras.

Los nominados de este año son:

127 horas, compuesta por A. R. Rahman y que coincidió con el director de la película, Danny Boyle, en Slumdog Millionaire y por la que ganó el Oscar a mejor banda sonora. No la he escuchado aún así que la crítica tendrá que esperar.




Alicia en el país de las maravillas, de Danny Elfman. Que voy a decir que no haya dicho ya de Mr. Elfman, uno de mis compositores favoritos. Aunque tiene un tema potente la banda sonora está un poco desaprovechada para mi gusto y Elfman se limita a cumplir. Me gustaría que ganase pero me parece que no va a ser.




El discurso del rey, de Alexandre Desplat. Este compositor está destacando en los últimos años y va siendo hora de ganar algún premio. La banda sonora es tranquila y suave, con importante participación del piano, supongo que bastante ajustada a la película (se estrena la semana que viene), aunque en su contra está que no es especialmente impactante lo cual también puede ser una ventaja.




La red social
, de Trent Reznor y Atticus Ross. No he visto la película, aunque muchos hablan bien de ella, y lo muy poco que he escuchado la banda sonora tiene aires electrónicos y un poco árida fuera de la película lo que puede coartar sus posibilidades. Por lo pronto, un adelanto.




Origen
, de Hans Zimmer. Otro compositor clásico de las bandas sonoras en las últimas décadas que ha firmado una de las más potentes de este año. Tiene algunos cortes atractivos pero otros son más narrativos y fuera de la película pueden resultar difíciles de escuchar (como sucede en la que compuso para Batman begins o El caballero oscuro, por ejemplo).




El ganador se desvelará el 15 de enero de 2011.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Desayuno con Mr. Edwards

Tenía pensado otro post pero cuando te enteras que ha muerto Blake Edwards es inevitable hablar de él. Y si no sabes quien es este señor, entonces es que no has visto nada pero nada de cine.


Aunque ha sido productor, guionista y actor ocasional en sus primeros años, para mí siempre será el director de las comedias más locas de los sesenta, empezando con la saga de la Pantera Rosa (que llegó hasta los setenta), continuando con La carrera del siglo y acabando con El guateque, con un Peter Sellers genial.


El comienzo de El guateque ya avisa por donde van los tiros.


O el que dirigió a una magnífica Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes.




O el que realizó Victor o Victoria, una comedia musical espléndida sobre la ambiguedad sexual con mafiosos y cabaret ambientada en los años veinte.





Y si te piensas que sólo realizó comedias (que fueron la mayoría de sus obras pero no las únicas) entonces es que no has visto Días de vino y rosas. Encima se casó con Julie Andrews a la que dirigió en numerosas ocasiones.


En fin, que llevamos una racha en este fin de año...

jueves, 16 de diciembre de 2010

Fringe y los viernes


Fringe es una de mis series favoritas en la actualidad. Mucha ciencia ficción con dosis justas de acción, algo de humor (casi siempre de la mano de Walter Bishop) y una historia que, al menos a mí, me encanta y me engancha.



En Estados Unidos se emite los jueves, una de las noches más codiciadas para emitir series. Bueno, corrijo, se emitía porque a partir de enero, tras el parón navideño, pasa a los viernes, que suele considerarse el cementerio de los elefantes básicamente porque la audiencia televisiva es muchísimo menor y ya se han dado casos de series que antes de ser canceladas han sido trasladadas a ese día. Y más en el caso de la FOX que es quien emite la serie. Ante las críticas por una posible desaparición de la serie, la cadena se lo ha tomado con una poca de humor y garantizando que eso no va a suceder. Para ello ha realizado un video colocando las diversas opiniones de críticos y blogeros con escenas de la serie. Cuidadin, porque hay espoilers de la tercera temporada que está en emisión. Avisados estais.






miércoles, 15 de diciembre de 2010

Pirueteando

Llevo casi una semana en plan bipolar, con unos bajones y luego unos subidones emocionales que ni la Carmina en sus mejores momentos. Y sin necesidad de pastillas. O tal vez por eso.



Todo empezó el jueves 9, día nefasto donde los haya. Ese día le comentaron a T. que la interinidad que estaba esperando hacía unas semanas por la jubilación del ocupante de la plaza pues que sería para otro. Había pedido la plaza en traslado por el único motivo que podía alegar para cambiar de zona: por enfermedad. Así que allá que fuimos a hacer de animador emocional, por aquello de "en lo bueno y en lo malo". Pobrecillo.

Ese mismo día salieron las listas provisionales de mi concurso de méritos y traslado, aunque yo me vine a enterar al día siguiente. Ya sospechaba que algo no iba bien cuando en el mensaje de la compañera no había ni felicitaciones ni nada de nada. Y se corroboró cuando lo vi por los interneces. Tengo casi los dos pies en la tercera plaza que pedí, en Tenerife. Varias respiraciones hondas después junto con la pastilla para la migraña pude hablar con los que llevan el concurso y enterarme de lo que seguía a continuación. Y ahí ando, esperando que se publique oficialmente.

Esta semana comenzó con mejor pie. El lunes, una compañera de Tenerife me comentó lo que podría pasar en mi caso y me animó porque hay opciones de que me quede en la isla. Además, hay incluso un plan C por si falla el anterior. No obstante, pienso reclamar todo lo que pueda y más porque, como me temía, sospecho que se ha metido mano. En el caso de T. fue a preguntar a su sindicato, sí, está afiliado, y parece que algo huele a podrido en la consejería (lo cual no me extraña porque ya he oído tantas movidas y chanchullos que me espero cualquier cosa) con lo cual va a reclamar y si hace falta poner una demanda. Ya le he dicho que por una interinidad lo que haga falta, que por ella MA-TO, como diría la Lady Di española (que no se porqué quiere el título de princesa del pueblo que ya sabemos cómo acaban todas ellas).

En fin, que ahí andamos. Un día para abajo, al siguiente para arriba y al otro pirueta mortal sin saber cómo vamos a aterrizar. Y a todo esto en plena mudanza en el curro, me han fastidiado parte de las vacaciones navideñas y con unas ganas de que se pare el mundo y bajarme. Vamos, la alegría de la huerta.




Ainsss, cómo me gusta esta canción.

martes, 14 de diciembre de 2010

Finales (I)

Las series norteamericanas suelen ser, por lo general, de temporadas medias (que contienen doce o trece episodios) o temporadas largas (entre veintidos y veinticinco episodios). Estas últimas son las que abarcan prácticamente un curso escolar, comenzando en septiembre o comienzos de octubre y llegando hasta finales de abril o mayo, dependiendo de los parones que pueda haber como Navidad, Juegos Olímpicos u otros deportes usamericanos. Ahora que llega el final de año, algunas de las series que empezaron en septiembre ya han terminado su temporada.

Una que terminó hace cosa de un par de semanas fue la tercera temporada de Sons of Anarchy. Esta temporada se puede dividir en dos partes: en la primera los protagonistas se dedican a ir de aquí para allá buscando cierta información que, teniendo en cuenta sus antecedentes, podrían haber conseguido en el primer episodio (o los dos primeros si queremos extenderlo un poco); en la segunda parte, la mayor parte de ellos se han ido de viaje a la vieja Europa, parte que entiendo quiere explicar un poco los orígenes del club SAMCRO pero que también está, como la anterior, extendida como un chicle. No cuento mucho más por si alguien está interesado y no destrozarle el visionado.


Quizas la palabra que pueda definir esta temporada sea decepción. Decepción porque los personajes se han desdibujado casi por completo, se han dedicado a ir de aquí para allá con un objetivo que podría haberse resuelto en la mitad de tiempo, en ocasiones sin sentido alguno. Además, algunas actuaciones que han ocurrido son cuestionables y poco coherentes, y algún que otro personaje secundario prácticamente se ha convertido en una parodia de sí mismo. Y eso no quiere decir que la temporada haya sido mala, sencillamente que a una serie cuyas dos primeras temporadas le doy un notable y que te ha ofrecido buenas cosas hay que seguirle pidiendo y, en este caso, no ha sido así quedándose en un mero aprobadillo. No obstante, el final de temporada, sin ser todo lo bueno que podría haber sido, ha arreglado un poco las cosas y te reconcilia con la serie. Veremos como continúa la cuarta.




En cambio, con Dexter me ha pasado todo lo contrario. Ha sido un sinvivir pero de gustazo, terminaba un episodio y que me quedaba con ganas de más, de ver cómo se iba a desarrollar la trama. Parecía que la historia iba a plantearse de una manera, continuando con el impactante final de la cuarta temporada y, de repente, ¡zas! en el cuarto episodio los guionistas realizan una pirueta con tirabuzón y te cambian el rumbo de una manera que te descoloca casi por completo.


Como siempre, los guiones son casi perfectos, todo está milimétricamente estudiando, planteado y desarrollado, no hay nada al azar y lo que al principio son pequeñas cuestiones al final se conjuntan y finaliza de una manera estupenda. Además, lo bueno es que siempre te encuentras con los viejos conocidos, que van evolucionando a lo largo de las temporadas, y se juntan con las nuevas caras que van realizando sus pequeñas aportaciones al carácter de Dexter. A diferencia de SoA las interpretaciones me han parecido geniales; Michael C. Hall lo borda como Dexter Morgan pero también los personajes más secundarios, torturados o triunfadores. En este sentido, la elección del casting es un acierto constante.

Esta temporada me ha gustado mucho aunque el final me ha dejado un sabor agridulce, tal vez porque esperaba que acabase de otra manera. Y no, no pienso contar nada del argumento por la misma razón que en Sons of Anarchy, que luego me destripan.







Continuará...

viernes, 10 de diciembre de 2010

Destripando... The Last Airbender

La semana pasada, entre amoxicilinas y paracetamoles, me puse a ver The last airbender, la última película de M. Night Shyamalan, el otrora niño mimado de Hollywood y hoy en el punto de mira de los críticos con cada película que dirige.


En esta ocasión, nos mete en un mundo dividido en cuatro grandes pueblos: las tribus del Agua, el Reino Tierra, la Nación del Fuego y los Nómadas del Aire. Entre sus habitantes hay individuos capaces de dominar y controlar los elementos propios de su pueblo, son los denominados "maestros". Por encima de todos ellos se encuentra el Avatar, el único que controla los cuatro elementos, el único que puede conectar con el mundo de los espíritus y que se reencarna sucesivamente en un miembro de cada nación siguiendo un ciclo. Al comenzar la película, el Avatar lleva desaparecido como unos cien años, tiempo en el cual la Nación del Fuego se ha ido apoderando de buena parte de los territorios de los demás. Y entonces es cuando aparece de nuevo el Avatar...

A ver, es una película fantástica basada en una serie de animación que se emitió hace pocos años. Como no he visto la serie no puedo decir hasta qué punto es fiel a la misma pero es indudable que el guión no es nada del otro jueves. De hecho, casi todas las críticas negativas que recibió la película, y fueron muchas, se centraban en la historia. Que si era simple, que si no hay nada que sorprenda, que si es infantil, etc etc. Pues sí, que quieren que les diga, es infantil, no en balde está basada en una serie de animación para niños. Sinceramente no se qué esperaban algunos ¿tal vez El señor de los anillos 4?. El guión es simple sí pero, al menos, no tiene fallos clamorosos como sí podemos encontrar en otras. Y para simplismos también está el guión de Avatar, la peli de Cameron, por poner un ejemplo cercano y conocido. Quizás pecaría de una dirección más bien sosa y/o convencional porque los actores son prácticamente todos ellos unos desconocidos, lo que no quiere decir que sean malos, pero sí que, en gran medida, se ha supeditado la parte actoral a la técnica y Shyamalan no es un virtuoso de la dirección de actores.



Esta parte técnica está más que bien. Tanto la ambientación de las naciones como la fotografía y los efectos especiales (incluyendo los de sonido) son bastante buenos, se nota que hubo bastante presupuesto y que lo emplearon bien. De hecho es bastante vistosa y espectacular con escenas impresionantes. Pero eso no cubre las carencias de actuación. Y es una pena que ambas no se lleven mejor.

De la parte técnica me quedo con la música de James Newton Howard. Es increíble lo que saca este compositor en las películas de Shyamalan desde que empezaron allá con El sexto sentido hasta El bosque y La joven del agua. Una banda sonora espectacular, perfecta para las imágenes en cada momento y con un par de temas de lo mejorcito de los últimos años y que te ponen los pelos de punta. No sé si estará nominado a los Oscar el año que viene pero, desde luego, que se lo va mereciendo ya.




Obviamente no pasará a la historia del cine por sus innovaciones o su aportación pero la recomiendo para una tarde sin agobios, para entretenerse y dejarse llevar. Un aprobado justo pero que, por desgracia, podría haber sido mucho más. Y ahora un poco de música, por supuesto.






jueves, 9 de diciembre de 2010

Stand by

Sigo muy perraco, muy perezoso. Lo cual no quiere decir que, por desgracia, esté inactivo. Sigo de puente, en mi caso puentazo o acueducto, pero me he cogido los días para mis cosas investigadoras por lo que continuo levantándome a unas horas poco apropiadas para unas vacaciones y yendo al archivo por las mañanas. Vicio que dirían algunos. Así que sigan en sintonía que espero incorporarme más pronto que tarde.



viernes, 3 de diciembre de 2010

Placas

Cualquier día me verán en un programa nocturno de madrugada, con una mesa camilla futurista, un fondo de estrellas, galaxias y cúmulos, un nombre muy rimbombante estilo El navegante del futuro y con un teléfono de esos 902 para adivinar el porvenir. Porque tengo dotes para ello. O para resumir, como dice mi madre, me conozco como si me hubiese parido.

La premonición del martes resultó ser cierta. Antes de las diez de la mañana ya me estaba yendo del curro porque no podía más; me fui a mi médico por urgencias para que me dijese lo que ya sabía y me mandase los antibióticos. Cuando llegué a casa a mediodía tenía treinta y ocho y medio de fiebre y un dolor de cabeza espantoso por culpa de las placas de la garganta. Dos días en casa resguardado, bebiendo líquidos con pajita y la sensación de tener cuchillos en la garganta. Y el blog medio muerto de la risa. Prácticamente vegetando en el sillón, debajo de una manta y viendo, cuando la cabeza me lo permitía, algunos episodios y alguna peli.

Ayer jueves ya me encontraba mejor así que me vine al trabajo, tenía bastantes cosas que preparar. Entre otras, ponerme de acuerdo con una compañera para la mudanza de parte de la biblioteca ya que ella se iba hoy hasta después de las Navidades. Y etiquetar todas las cosas de la oficina para la mudanza. Y empaquetar mis archivadores y papeles. Y dejarlo todo preparado entre ayer y hoy. Porque la semana que viene no vendré al curro y la mudanza comienza el día 13, justo cuando vuelva. Genial. Pero hoy cuando salga del trabajo no pienso perder un segundo pensando en la mudanza. Pienso aprovechar estos nueve días para descansar, hibernar un poquito, salir un poco con T. y disfrutar del frío que, por fin, ha llegado.


miércoles, 1 de diciembre de 2010

1 de diciembre

Todos los días deberían ser 1 de diciembre. Pero, como siempre, sólo nos acordamos cuando toca.