Las series norteamericanas suelen ser, por lo general, de temporadas medias (que contienen doce o trece episodios) o temporadas largas (entre veintidos y veinticinco episodios). Estas últimas son las que abarcan prácticamente un curso escolar, comenzando en septiembre o comienzos de octubre y llegando hasta finales de abril o mayo, dependiendo de los parones que pueda haber como Navidad, Juegos Olímpicos u otros deportes usamericanos. Ahora que llega el final de año, algunas de las series que empezaron en septiembre ya han terminado su temporada.
Una que terminó hace cosa de un par de semanas fue la tercera temporada de Sons of Anarchy. Esta temporada se puede dividir en dos partes: en la primera los protagonistas se dedican a ir de aquí para allá buscando cierta información que, teniendo en cuenta sus antecedentes, podrían haber conseguido en el primer episodio (o los dos primeros si queremos extenderlo un poco); en la segunda parte, la mayor parte de ellos se han ido de viaje a la vieja Europa, parte que entiendo quiere explicar un poco los orígenes del club SAMCRO pero que también está, como la anterior, extendida como un chicle. No cuento mucho más por si alguien está interesado y no destrozarle el visionado.
Quizas la palabra que pueda definir esta temporada sea decepción. Decepción porque los personajes se han desdibujado casi por completo, se han dedicado a ir de aquí para allá con un objetivo que podría haberse resuelto en la mitad de tiempo, en ocasiones sin sentido alguno. Además, algunas actuaciones que han ocurrido son cuestionables y poco coherentes, y algún que otro personaje secundario prácticamente se ha convertido en una parodia de sí mismo. Y eso no quiere decir que la temporada haya sido mala, sencillamente que a una serie cuyas dos primeras temporadas le doy un notable y que te ha ofrecido buenas cosas hay que seguirle pidiendo y, en este caso, no ha sido así quedándose en un mero aprobadillo. No obstante, el final de temporada, sin ser todo lo bueno que podría haber sido, ha arreglado un poco las cosas y te reconcilia con la serie. Veremos como continúa la cuarta.
En cambio, con Dexter me ha pasado todo lo contrario. Ha sido un sinvivir pero de gustazo, terminaba un episodio y que me quedaba con ganas de más, de ver cómo se iba a desarrollar la trama. Parecía que la historia iba a plantearse de una manera, continuando con el impactante final de la cuarta temporada y, de repente, ¡zas! en el cuarto episodio los guionistas realizan una pirueta con tirabuzón y te cambian el rumbo de una manera que te descoloca casi por completo.
Como siempre, los guiones son casi perfectos, todo está milimétricamente estudiando, planteado y desarrollado, no hay nada al azar y lo que al principio son pequeñas cuestiones al final se conjuntan y finaliza de una manera estupenda. Además, lo bueno es que siempre te encuentras con los viejos conocidos, que van evolucionando a lo largo de las temporadas, y se juntan con las nuevas caras que van realizando sus pequeñas aportaciones al carácter de Dexter. A diferencia de SoA las interpretaciones me han parecido geniales; Michael C. Hall lo borda como Dexter Morgan pero también los personajes más secundarios, torturados o triunfadores. En este sentido, la elección del casting es un acierto constante.
Esta temporada me ha gustado mucho aunque el final me ha dejado un sabor agridulce, tal vez porque esperaba que acabase de otra manera. Y no, no pienso contar nada del argumento por la misma razón que en Sons of Anarchy, que luego me destripan.
Continuará...
Una que terminó hace cosa de un par de semanas fue la tercera temporada de Sons of Anarchy. Esta temporada se puede dividir en dos partes: en la primera los protagonistas se dedican a ir de aquí para allá buscando cierta información que, teniendo en cuenta sus antecedentes, podrían haber conseguido en el primer episodio (o los dos primeros si queremos extenderlo un poco); en la segunda parte, la mayor parte de ellos se han ido de viaje a la vieja Europa, parte que entiendo quiere explicar un poco los orígenes del club SAMCRO pero que también está, como la anterior, extendida como un chicle. No cuento mucho más por si alguien está interesado y no destrozarle el visionado.
Quizas la palabra que pueda definir esta temporada sea decepción. Decepción porque los personajes se han desdibujado casi por completo, se han dedicado a ir de aquí para allá con un objetivo que podría haberse resuelto en la mitad de tiempo, en ocasiones sin sentido alguno. Además, algunas actuaciones que han ocurrido son cuestionables y poco coherentes, y algún que otro personaje secundario prácticamente se ha convertido en una parodia de sí mismo. Y eso no quiere decir que la temporada haya sido mala, sencillamente que a una serie cuyas dos primeras temporadas le doy un notable y que te ha ofrecido buenas cosas hay que seguirle pidiendo y, en este caso, no ha sido así quedándose en un mero aprobadillo. No obstante, el final de temporada, sin ser todo lo bueno que podría haber sido, ha arreglado un poco las cosas y te reconcilia con la serie. Veremos como continúa la cuarta.
En cambio, con Dexter me ha pasado todo lo contrario. Ha sido un sinvivir pero de gustazo, terminaba un episodio y que me quedaba con ganas de más, de ver cómo se iba a desarrollar la trama. Parecía que la historia iba a plantearse de una manera, continuando con el impactante final de la cuarta temporada y, de repente, ¡zas! en el cuarto episodio los guionistas realizan una pirueta con tirabuzón y te cambian el rumbo de una manera que te descoloca casi por completo.
Como siempre, los guiones son casi perfectos, todo está milimétricamente estudiando, planteado y desarrollado, no hay nada al azar y lo que al principio son pequeñas cuestiones al final se conjuntan y finaliza de una manera estupenda. Además, lo bueno es que siempre te encuentras con los viejos conocidos, que van evolucionando a lo largo de las temporadas, y se juntan con las nuevas caras que van realizando sus pequeñas aportaciones al carácter de Dexter. A diferencia de SoA las interpretaciones me han parecido geniales; Michael C. Hall lo borda como Dexter Morgan pero también los personajes más secundarios, torturados o triunfadores. En este sentido, la elección del casting es un acierto constante.
Esta temporada me ha gustado mucho aunque el final me ha dejado un sabor agridulce, tal vez porque esperaba que acabase de otra manera. Y no, no pienso contar nada del argumento por la misma razón que en Sons of Anarchy, que luego me destripan.
Continuará...
2 comentarios:
Uf qué susto.
En esta época triste de cierres de blogs, leer en un título las palabras "final", "the end", "sanseacabó" y similares me hace sentir sudores fríos.
Menos mal que la sangre no ha llegado al río. ¡Me encanta Dexter!
Sufur, así son los titulares, impactantes ;)
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