Los pilares de la Tierra es un novela de Ken Follett que desde su publicación se convirtió en un auténtico bestseller. Entre la maraña de libros que tengo se encuentra una tercera edición del mismo año que se editó, allá por 1990, y aunque no me desagradó del todo tampoco entendí el encanto que la convirtió en una novela ultrafamosa. Varias veces me la recomendaron en años posteriores y más de uno se sorprendía cuando le comentaba que me la había leído hacía no se cuántos años.
En realidad, casi puedo comprender que a la gente le guste, sobre todo en los últimos años donde ha crecido el gusto por la novela histórica. Está ambientada en el siglo XII, en plenas guerras por la sucesión al trono inglés, con personajes muy reales como el rey Esteban, la reina Maud y su hijo, el futuro Enrique II de Inglaterra y, en medio de este maremagnum, el proceso de construcción de una catedral. Todo ello rodeado de conspiraciones, secretos, más conspiraciones, batallas, asesinatos, dobles juegos, ambición, poder, riqueza y un punto justo de sexo. Vamos, casi casi como un culebrón de los de ahora pero en plan histórico.
El libro era carne de cañón para ser trasladado a la pantalla. El problema radicaba principalmente en que narraba muchas cosas, era muy dilatada en el tiempo y estaba plagada de un sinfin de personajes, tanto principales como secundarios. Digo era porque ya ha pasado a la pequeña pantalla en formato de miniserie, como supongo que más de uno sabrá, porque anoche se estrenó en Cuatro. El director de cine Ridley Scott, que últimamente anda muy metido en obras de corte histórico, convenció al autor para convertirla en una miniserie de ocho episodios, de manera que no se perdiesen detalles en la trama y el resultado ha salido a la luz este verano.
La serie tiene aspectos positivos. Es bastante fiel al libro, así que si lo leiste y te gustó pues seguramente también te gustará y si no llegaste a leerlo pues puedes ver la serie sin ningún problema. La ambientación histórica es estupenda, el entorno medieval está logrado y no hay muchos detalles que chirríen. El guión, al seguir la novela, no es demasiado complejo y desde luego, aún con los típicos vericuetos, puedes intuir por donde van a acabar las cosas. Y es que el libro, y por ende la serie, es bastante maniqueo en ese sentido. Lo demás, la fotografía, la música, los apartados técnicos, se ajustan muy bien a una serie enmarcada en la plena Edad Media.
De los protagonistas me quedo con un Ian McShane, que crea un villano genial a pesar del pelucón que le han puesto; Matthew Macfadyen, que ya había salido en la miniserie de Little Dorrit; y Rufus Sewell en su papel de Tom the builder. Junto a ellos Donald Sutherland en un papel cortito como conde de Shiring, Hayley Atwell, que hace de Aliena, su hija, y que salía en el remake de The prisoner, y Tony Curran, haciendo del rey Stephen y cuya cara me sonaba de algo y ayer recordé por fin que hizo de van Gogh en la quinta temporada de Doctor Who.
La única pega que le pongo es que a la mayor parte de los personajes apenas se les nota el paso del tiempo. Salvo un tramo final, que sí está más adelantado temporalmente, la serie se desarrolla a lo largo de casi veinte años, y apenas se percibe en el aspecto externo, sobre todo en una época en que la esperanza de vida era bastante corta. Echo en falta las arrugas, las canas y un poquito de envejecimiento. Pero, vamos, que tampoco me voy a poner tiquismiquis.
Si os gustan las series históricas con trama de intriga y conspiraciones entonces no lo penseis más. Aquí podeis conseguirla en v.o. con subtítulos. También se puede ver en Cuatro ya doblada. A gusto del consumidor. La ventaja es que se trata de una miniserie, ocho episodios y punto. Y ahora un poco de música y el trailer.
10 comentarios:
Ian McShane con el pelucón me recordaba a Lauren Postigo. Me gustó la serie ayer.
Max, ahora que lo dices, es verdad, tiene un aire :)
No, perdón. La Yourcenar o Gore Vidal hacían novela histórica. Todo lo demás no merece el nombre. Y de ahí no me vas a sacar.
Bueno, y Robert Graves también. Y sí, lo que hoy llaman novela histórica es novela de ficción ambientada en el pasado.
Pues tengo que decir que la serie me sorprendió gratamente, incluso creo que tiene más ritmo que el libro, del que pienso un poco como tú, vamos, me resultó más bien simplón...
Eso sí, la escena de la misa del funeral del rey era de risa, puesto que se desarrollaba en una iglesia gótica con mogollón de arcos ojivales, cuando se supone que de lo que nos hablan es de la transición del Románico al Gótico y es lo que propone el constructor Tom precisamente...
Hector, esas son las cosillas que pueden chirriar pero uno puede perdonar esos deslices. El libro es bastante simple y previsible, por eso la serie es lo que es, entretiene y ya es suficiente.
Aish no soporté el libro, plagado de errores y lo de los arcos ya me ha matado del todo.
Casta, es lo que se puede esperar de alguien que no ha estudiado historia ni arte. O de aquella manera. La serie es lo que es, entretenimiento puro y duro, y desde ese punto de vista la ambientación no está mal.
Antes de leer esa pseudoliteratura me arranco los ojos, ea... Estoy con la cosa de la Casta :) y también con el hecho de que un libro de 1000 páginas leído por 20 millones de personas en una década no puede ser bueno, JAJAJA!
La serie, la veré... total, mejor eso que sálvame ^_^
Otto, no me seas cultureta, jajaja. Y te aseguro que es mucho mejor que Sálvame, aunque cuente casi lo mismo (traiciones, sexo, conspiraciones, asesinatos...).
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