No he tenido mucho tiempo para escribir un post en condiciones dignas de que se publique. El martes por la tarde, según salí del trabajo, me fui a esos sures con mi marido a la playa, a cargar las pilas. Y que bien nos vino a los dos. Para colmo, por diversas circunstancias (entre las que se incluyen un grupo de amigos que cuando llegaron a mi pueblo para empezar la caminata a Teror a ver a Pinito decidieron plantarse y me llamaron para cenar) me acosté tarde y me levanté ayer más tarde aún. Menos mal que era día de fiesta. Mi marido se empeñó en volver a bajar a la playa, aprovechando que no trabajaba. Así que nos volvimos a Maspalomas.
Hoy parezco una gamba, por confiado y por no pillar una sombrilla. Y estoy un poco patoso, entre el sueño y la molienda que llevo encima, casi casi como Clouseau.
Hoy parezco una gamba, por confiado y por no pillar una sombrilla. Y estoy un poco patoso, entre el sueño y la molienda que llevo encima, casi casi como Clouseau.
6 comentarios:
¡Ojo con el sol! Yo este verano tuve también mi momento chamusquina, pero ya he vuelto a mi palidez habitual...
Envidia de la pésima me da.
Sufur, eso tiene remedio, un viajecito hasta aquí y moreno garantizado ;)
Eleuterio, como consuelo te diré que se me han puesto los labios como Tina Turner...
Ehhhh! A mí mi moreno Maspalomero me perdura! Y eso que agarré sombrilla a diario, que uno se chamusca. No gano para alohe vera.
¡Ays!
Hector, pues imagínate sin sombrilla, así llegué.
Rickisimus, vente y se te quita el insomnio ;)
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