viernes, 5 de julio de 2013

Donde ningún hombre ha ido anteriormente.

Este fin de semana llega, por fin, y después de casi dos meses de su estreno en Estados Unidos, la última entrega de la saga más longeva del espacio: Star Trek Into Darkness.



Ya saben que soy un fan redomado de las pelis de ciencia ficción, y eso incluye tanto las series como las películas de Star Trek. Así que con motivo de este nuevo estreno, y como hice con las películas de Superman, vamos a hacer un viaje musical por las bandas sonoras de Star Trek en la gran pantalla.

Star Trek La Película fue la primera de las doce películas que se han estrenado y aterrizó en los cines allá por 1979. El encargado de ponerle música fue el veterano Jerry Goldsmith quien creó un tema principal que rivalizó en seguida con el de Alexander Courage en el imaginario de los trekkies. Para mí es de las mejores bandas sonoras de ciencia ficción de todos los tiempos y casi sin dudarlo de la saga. Goldsmith sentó las bases para una música que seguiría utilizando él mismo, y en menor medida otros compositores que participaron en la serie, durante más de dos décadas. Goldsmith creó varios temas (para los klingons, para la nave Enterprise, el del Ilia...) en un alarde de creatividad y supo combinar a la perfección el uso de la orquestación clásica con el de sintetizadores y partes electrónicas, creando una atmósfera inquietante y misteriosa. Aunque creó la música de cinco películas (la primera, quinta, octava, novena y décima) sólo pondré de su primera colaboración.



Tanto para la segunda como para la tercera entrega, Paramount escogió a un joven James Horner para componer su música. Horner se desvió de los temas creados hasta entonces por Goldsmith y Courage y creó dos bandas sonoras intensas donde podías encontrarte con cortes más descriptivos (sobre todo para la tercera película) con otros más apoteósicos y de clara factura para la acción. 




Para la cuarta película, el elegido fue Leonard Rosenman, un compositor bastante acreditado (Al este del Edén, Rebelde sin causa, El señor de los anillos, etc). Utilizando fundamentalmente la sección de viento, Rosenman creó una música muy al gusto de los ochenta, con momentos divertidos y enérgicos (como la persecución en el hospital o la de Chekov) con otros más experimentales especialmente en las secuencias de las ballenas. Un score original y que tuvo como recompensa una nominación (la segunda y última hasta la fecha) en los Oscar.



Después de la vuelta de Goldsmith en la quinta entrega, Cliff Eidelman se encargó de poner música a la última película que se estrenaría con la tripulación original para celebrar el veinticinco aniversario de la saga Star Trek VI: Aquel país desconocido. Eidelman compuso una música sinfónica, clásica, en la que se combinaban sonidos grandilocuentes que incluían coros con otros en los que dominaban aspectos sombríos y oscuros que reflejaban la lucha de los protagonistas contra los conspiradores.



El desembarco de la tripulación de Star Trek: La nueva generación en la gran pantalla incluyó no sólo a los protagonistas sino también al compositor Dennis McCarthy, un habitual de la serie. McCarthy incluyó recursos que ya había empleado en la serie y su procedencia se observa en la cortedad de los cortes musicales (más propio de series de televisión que de películas) y en el uso de algo de instrumentación electrónica. Aunque tiene cortes bastante interesantes, uno tiene la sensación de que escucha la banda sonora de un episodio expandido de la serie más que de una película propiamente dicha.



Después de que Goldsmith acaparase las películas de la franquicia durante varios años, los nuevos responsables de relanzar la saga se decantaron por lavar la cara. El reboot de 2009 dirigido por Abrams contó con Michael Giacchino como compositor fetiche ya que ha participado en todas sus películas hasta la fecha. Giacchino compuso entonces una banda sonora en el sentido más clásico, con un tema potente que identificaba a los personajes, y con un uso estupendo de la orquestación. En esta segunda y última entrega podemos sentir la continuidad con aquella a través de la utilización del mismo tema al que se añade otros más sombríos que reflejan al villano. En algunos aspectos es mejor que la anterior y mantiene bastante la coherencia y unión de temas a través de los distintos cortes; no obstante, creo que Giacchino podría haberlo hecho un poquitín mejor y, dado que la película dura algo más de dos horas, se hace un poco corta. Aún así bastante recomendable.






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