miércoles, 16 de octubre de 2013

Remakes, reboots y la madre que los parió

Hay un montón de frases tópicas en torno al mundo del espectáculo. Que si la eterna crisis del teatro (más larga que la vida de Matusalén si hacemos caso de las crónicas del siglo XIX), que si Hollywoood es la moderna Babilonia (que me digan algo de los alemanes de los años veinte), que si ya no hay nada nuevo y está todo inventado... Muchas de ellas tienen un trasfondo de verdad, mayor o menor, pero existe. El problema es que se suele recurrir a ellas para justificar aspectos con los que no estamos de acuerdo, como en todas las generalizaciones.

Una de ellas consiste en señalar que es difícil ver algo novedoso en el cine, que sólo estrenan segundas, terceras y demás partes de una saga, o remakes/readaptaciones/revisionado de alguna peli de éxito añejo o de culto. Totalmente incierto y falso. Eso existe desde que Hollywood fuese Hollywood. O es que ya nadie recuerda los seriales de la época muda, o las tropocientas películas de Tarzán de los años treinta, cuarenta, cincuenta e incluso sesenta, por no hablar de las de King Kong o las distintas adaptaciones de libros de Dickens (Oliver Twist, por poner un ejemplo tuvo una adaptación en la década de los veinte, otra en los treinta, en los cuarenta y el musical de los sesenta, por no decir de las más recientes). Vamos, que el tópico de no hay nada nuevo bajo el sol es, quizás, el más realista.



La cuestión novedosa radica probablemente en que hasta hace pocas décadas este tipo de películas, salvo algunas excepciones como las adaptaciones literarias, solían contar con un presupuesto limitado e iban dirigidas a un público concreto, el adolescente o los realmente aficionados a esta temática. Sin embargo, ahora con el aumento de los costes y la necesidad de llenar las salas para compensarlos, la máquina publicitaria es brutal y comienza desde varios meses antes para llamar la atención del público potencial. Aparte de las bocas, boquitas y bocazas que se gastan los miembros de la profesión, ya sean directores, actores/actrices, guionistas, etc.

Sobre todo en el género de la ciencia ficción, que es el que más controlo (por lo que me toca). Y así es como nos enteramos que Harrison Ford ha estado hablando con Ridley Scott sobre una potencial segunda parte de Blade runner. ¿De verdad hace falta o es que ambos necesitan volver a la primera plana del cine retomando un clásico de la ciencia ficción? O que se iba a realizar una nueva versión de La fuga de Logan que, al parecer, está prácticamente muerto al dejar el proyecto el que iba a ser su actor principal, Ryan Gosling. Afortunadamente, porque, salvo que hiciesen algo decente, la película de los setenta ya era bastante digna como para hacer un truño con más dinero. O que Roland Emmerich ha confirmado el reboot de Stargate, que encima convertirá en una trilogía. O que se está gestando otro reboot, en esta ocasión el de Terminator con fecha de estreno para el 2015. Por no hablar de las recientes readaptaciones o revisitaciones de películas como Juez Dredd o Total recall o de lo que se avecina con la saga de las sagas estelares de la mano de J. J. Abrams.



Y si solo fuese el cine... Hace poco nos enteramos que harán un spin-off televisivo con el personaje del comisario Gordon que se llamará Gotham. O que el comic Constantine, que ya fue llevado al cine, se convertirá en una serie de televisión. Lo que unido a los tropocientos proyectos harán que los frikis del género estarán/estaremos frotándonos las patitas de contentos. O tal vez no...


2 comentarios:

rickisimus2 dijo...

Me parece bien que se use una historia del pasado para tratar de hacer una película decente. Ahora bien, ¿no es arriesgado tratar de hacer algo bueno de una película decente? O bien, ¿no es un sacrilegio tratar de hacer una nueva película sacada de una obra de arte?

¿Se puede repetir Las Meninas o la Capilla Sixtina? Evidentemente no. Eso no es obstáculo para que algún genio retome el tema del cuadro y haga variaciones, dejando muy claro que es una obra propia, sin tratar de reproducir la obra original.

starfighter dijo...

Totalmente de acuerdo. Que necesidad había de rodar una nueva versión de "Psicosis", que era una copia fotograma a fotograma de la original y no aportaba nada nuevo. En cambio "Hitchcock" me gustó porque sin ser una obra maestra trata del rodaje de la anterior y las vicisitudes que pasó el director para sacarla adelante.

No me molesta tanto el hecho de que hagan remakes o versiones, sino el intento de que lo disfrazan como una adaptación mejor de la fuente original (generalmente un libro o guión desechado) cuando, realidad, no es así y lo hacen por la pasta.