miércoles, 11 de abril de 2012

Destripando... Intocable

Hace un par de fines de semana me fui a ver el último gran éxito del cine francés: Intouchables (Intocable).


Driss es un joven inmigrante que acude a una entrevista de trabajo con la única intención de que le sellen la tarjeta para poder cobrar el paro. Pero se encuentra con Philippe, un parapléjico millonario, a quien le sorprende el desparpajo de Driss y le contrata. A partir de aquí, la película se mete de lleno en las aventuras y desventuras de un millonario y su cuidador en Paris, cada uno con sus experiencias pasadas y que van creando un vínculo más sólido de lo que podría presuponerse en un principio.



La película es una comedia con pequeños tintes de drama, vamos, lo que en televisión se denomina a veces dramedia. En el fondo es una peli amable, donde los puntos o escenas cómicas vienen determinadas principalmente por el choque cultural, económico y social entre los dos protagonistas. Omar Sy está estupendo como el inmigrante que tiene que lidiar con los problemas con su familia mientras se integra en el entorno de lujo de Philippe. Y François Cluzet también lo borda como un parapléjico que no busca compasión sino vivir la vida de la manera que le ha tocado.

En realidad, no hay nada nuevo bajo el sol y los directores, responsables también del guión, se limitan a seguir la archiconocida fórmula de que los polos opuestos se atraen. La película se sostiene básicamente por los dos protagonistas y los momentos que viven entre ellos, dejando al resto al margen. Lo mejor que tiene es que no intenta sacarte la lágrima fácil, que con el tema que trata bien podría haber acabado así, sino que disfrutes como ellos de sus vivencias, de la música, de la capacidad por el asombro, de los lazos que se van creando.

Como decía, una película que te deja con buen ánimo, en la que te lo pasas bien, te ríes en algunos momentos a carcajadas (gracias a la capacidad de sorprenderse sin tapujos ni cortapisas de Driss, como en la escena de la ópera) pero que tampoco creo que pase a la historia del cine por un guión novedoso o una dirección espectacular. Lo mejor de todo son los actores que hacen la historia más creíble.


Y luego está la música. La banda sonora tiene dos partes bastante diferenciadas. Por un lado, la estupenda música intimista de Ludovico Einaudi, a base sobre todo del uso del piano y que resalta en las escenas más personales y emotivas. Y luego están las canciones que aparecen en la película y que tienen una razón de ser, no están metidas con calzador para dar a conocer a tal o cual artista. Sobre todo porque algunas de ellas son bastante conocidas, destacando las sorpresas de Earth, Wind & Fire.






2 comentarios:

Eleuterio dijo...

En Alemania es un èxito impresionante, tambièn. Hacer meses que sigue en cartel, aùn en provincias.

Coincido que no es gran cosa pero que es amable, sì.

starfighter dijo...

Eleuterio, aquí ya es la película con mayor recaudación del año y sigue llenando. El tema no es especialmente original y, bueno, te lo pases más o menos bien; y con la que está cayendo creo que la gente busca eso.