viernes, 1 de junio de 2012

Hazte un Milli Vanilli

- Pssss, oye, ¿tú no tenías un blog?
- Ehem... estooo... si.
- Pues a ver cuando actualizamos, eh.
- No, si de verdad yo quería pero las circunstancias... ya me entiendes, no.
- Pues no. Así que cuenta y ponte al día.


Llevo una semana desaparecido y con motivos. Muchos. Pero eso luego. También llevo casi una semana afónico; bueno afónico es decir tal vez demasiado. Pero se me ha puesto una voz cazallera que dirían en la Península, o ronera que diríamos aquí, que casi parezco un clon de Mari Sofi de Grecia, salvo por los cuernos que tiene la pobre. Así que, por fin, tengo voz de hombre de pelo en pecho, de esos que beben Soberano y usan Varón Dandy. Lo malo es que, según va pasando el día, la voz va perdiendo fuelle y llega un momento en el que tengo que hablar en susurros y entonces parezco un cura en un confesionario. Que puñetera puede ser la vida a veces.

El problema es que, con tanto trajín en estos días, no he parado de hablar, de salir, de actos sociales y demás eventos. Así que en más de una ocasión me he visto haciendo un Milli Vanilli (y si no sabes de qué hablo entonces es que tienes una edad para estar oyendo al Bieber) y eso es un asco, con lo que me gusta a mí cantar las canciones en las fiestas, o tararearlas cuando ya no se puede más.



En fin, como decía la culpa de todo lo tienen los demás. Empezando por @karraka_ y su costillo que llegaron el viernes por la noche para pasarse un fin de semana de relax. Juasjuas. Después de recogerlos y que soltasen sus cosas en el bungalow, nos fuimos al Centro Comercial más famoso a este lado de la galaxia. Se quedaron alucinados con el Yumbo y eso que estaba flojo de ambiente porque había poquita gente después de la gran migración anual de hace dos semanas. Para colmo, el sábado era el gran día de las reinonas musicales, el Festival por excelencia, y ahí que lo estuvimos dando por twitter y esas redes sociales tan de moda. Después de comprobar que podemos superar el puesto 20, nos bajamos al Yumbo a tomarnos un algo con Karraka y su costillo y nos lo pasamos muy bien. El domingo nos volvimos a ver para ir a la playa que ellos ya habían visitado el día anterior. Tan a gusto que están pensando en repetir antes de que acabe el año. Bieeeen.

No les acompañé el lunes porque ese día me levanté con las gallinas para irme al aeropuerto y echarme un salto a la capital del Paulinato. Este año vuelven a celebrarse unos Coloquios de Historia en los que suelo participar, y ya tengo una cosilla medio escrita para la ocasión. Como soy un tontodelculo perfeccionista sabía que había documentación en la isla de enfrente, aunque no era necesario que la consultase porque lo tenía todo atado y perfectamente justificado. Pero uno siempre quiere tener las cosas atadas y bien atadas, amén de ser un poco cabra y buscar cualquier excusa para un viajecito aunque se sea breve. 

Aterrizar en Los Rodeos y llegar a La Laguna es como entrar en una nevera, juro que sólo faltaban los pingüinos haciendo piruetas y descojonándose de uno que iba sólo con un jersey miserable que cogí en el último momento. Vamos, el clima ideal para mi garganta que ya estaba perjudicada y la afonía. El lunes por la tarde quedé con María y allá que nos dimos una vuelta por Santa Cruz mientras nos poníamos al día. Sí, más conversación. Menos mal que el martes no tenía a nadie cerca y prácticamente no hablé con nadie en todo el día y pude recuperarme un poco. Lo malo, que el vuelo se retrasó una hora y llegué a mi casa medio muerto y arrastrándome después de varios días sin dormir siete horas seguidas.

Para rematar, el miércoles fue la fiesta grande de esta nuestra comunidad. Y nada mejor para celebrarlo que un asadero en el que se reúnen cuarenta gayers para beber como cosacos, comer como cochinas y hacer concursos de la mejor camiseta rota. 

Mr. Bañador Nacionalista

Mi camiseta fetiche y el pin regalo de María


Y el asadero ya fue el despiporre para lo que quedaba de mi garganta. Entre bebida, comida, actuaciones, jijijajas y demás llegué a casa sin voz por lo que ayer decidí hacer voto de silencio y hacerle una visita a mi médico de cabecera. Porque el colmo es que el lunes tengo que empezar a dar un curso y tengo la sesión presencial ese día. Si es que llego con voz, que esa es otra.

Entretenido ¿verdad? Pues esto que podía haberlo contado en dos o tres posts pues lo largo en uno y así os entreteneis esta mañana de viernes. Y a ver si descanso un poco, que se supone que cogí estos días para eso y voy a tener que ir a trabajar para descansar de tanto trajín. Ahora una poca de música relajante.


2 comentarios:

Eleuterio dijo...

Eso es una vida social y no la que yo padezco.

Una disfonía ocasional es un precio mínimo, te lo aseguro.

starfighter dijo...

Eleuterio, mi vida social suele concentrarse toda junta y luego pasar largos períodos de sequía. Preferiría que estuviese un poco más repartida.