lunes, 9 de febrero de 2015

Autoreflexiones Goyescas

Ahora que ya han pasado casi un par de días desde la Gala de los Goya de este año, me surgen unas cuantas preguntas y reflexiones.

¿Cuándo seremos capaces de montar una gala, de lo que sea, que no supere la duración de Lo que el viento se llevó? ¿De verdad la gente sigue pensando que más es mejor? Dice el refrán que ser agradecidos es de bien nacidos pero de ahí a agradecer a la yaya o la señora que te cuidó en tu infancia va un trecho. Y es que, por mucha sorpresa que haya, conviene ir preparado con un breve discurso por si eres premiado y no dejarlo a la memoria para luego pegarte cinco minutos en el atril hablando con lo primero que se te viene a la cabeza.


¿De verdad no hay guionistas en este país capaces de montar una gala que combine un show ágil, televisivo y entretenido con los premios? Queremos copiar a los americanos (como el recorrido inicial de Rovira por las nominadas a mejor película) pero nos sale cutre y casposo porque cogemos lo peor y lo adaptamos a lo nuestro. Lo único bueno y que me gustó fue el In Memorian, recordando a los fallecidos.

¿Por qué seguimos empeñados en colocar actuaciones que nada tienen que ver con el evento? Si una gala es de cine, pues se ponen actuaciones de cine. Que sí, que Poveda tendrá mucho arte y todo lo que quieran pero ¿a cuento de qué venían su actuación y la de O'Dogherty? Se les da a estas personas diez o quince minutos para actuar y, en cambio, no se les da nada a las canciones nominadas a los Goya, cuya presencia y actuación sí que estarían más que justificadas.


¿De verdad no hay nadie más capaz para llevar la realización televisiva de un evento como este? Porque el realizador se lució como nunca: descuadres, pantallas a destiempo, etc etc etc. Vamos, ni un alumno de primero de carrera; como se nota el desmantelamiento pepero de TVE.

Creo que la Academia debería replantearse para qué hace una Gala anual. ¿Para ellos mismos? Pues fantástico, no la retransmitan y que dure lo que dure, si así se lo pasan bien. ¿Para dar a conocer el cine español del año pasado a aquellos que aún no lo han visto? Pues entonces hagan algo más ágil y ameno porque si no la gente seguirá pensando que el cine español es un coñazo; si ni siquiera es capaz de montar una gala al año en condiciones, ¿cómo va a atraer al público a las salas?

Dicho lo dicho, me pareció estupendo que La isla mínima se llevase unos cuantos Goya porque cuando la ví me gustó bastante, tal vez arrancase con alguno más de la cuenta pero la mayoría más que merecidos. Un poco incoherente que a Bárbara Lennie se le de el Goya a la Mejor Actriz pero no el de Actriz Revelación, estando nominada a ambas ¿miedo a la acaparación? Y que Ocho apellidos vascos arrasase con los premios de actuación pues tampoco está mal, para que luego se quejen en Tetacinco de que la más taquillera debería tener más nominaciones. Lástima que las películas pequeñas hayan quedado absorbidas por la pelea entre La isla mínima y El Niño, es lo que tiene la ultrapromoción.


3 comentarios:

Sufur dijo...

Puñetera versión móvil de Blogger, que se me ha tragado un comentario entero a punto de enviarlo.

Estaba diciendo que mi problema con La ceremonia de los Goya ha sido la superficialidad. La mía, concretamente. Lo único que podía pensar era en las mil formas en las que me gustaría tirarme al Rovira...

Sufur dijo...

Puñetera versión móvil de Blogger, que se me ha tragado un comentario entero a punto de enviarlo.

Estaba diciendo que mi problema con La ceremonia de los Goya ha sido la superficialidad. La mía, concretamente. Lo único que podía pensar era en las mil formas en las que me gustaría tirarme al Rovira...

starfighter dijo...

Jajajajaja, mira que había más de uno merendable. Pero, chico, era abrir la boca más de uno y me entraban unos sopores; tuve que hacer zapping en un par de discursos porque me quedaba frito. Rovira se ha puesto estupendo después del éxito de la película.