Llevo una semana tenso. Y la culpa la tiene el trabajo. Así de simple.
El martes pasado me llamó el superjefe administrativo, porque mi jefe se había ido unos días, para comunicarme que debía empezar a mirar lo que había que hacer para empezar la mudanza del depósito que tenemos en el otro edificio. Que el servicio de Patrimonio estaba dando la lata todos los días y que había que ponerse las pilas. Y por arte de magia me convertí en un negociador, en un transmisor de noticias y en un correveydile (en el sentido más estricto de la palabra, nada de chismorreos). Que si vamos a hablar con el administrador del edificio donde va a ir ahora la documentación, que si calculo a ver si cabe en el nuevo depósito, que si quedo con el de las mudanzas para hacer un presupuesto, vuelve a quedar que se nos olvidó algo, habla con tu jefe sobre las condiciones, sube, vete, ... Hasta los mismísimos. Y con todo ¿quien vino a visitarme el jueves por la tarde? Sí, mi querida archienemiga: la migraña. Menos mal que un pastillazo y acostarte temprano aún ayuda.
Lo peor es que esto solo acaba de empezar. La mudanza comienza el lunes y me veo la semana que viene con la tensión por la estratosfera. Lo siento pero soy así: un neurótico y un histérico, solo que disimulo bastante bien. Siempre lo he dicho: la procesión va por dentro. Menos mal que mi jefe vino ayer, lo pusimos al día, dio el visto bueno y decidió lo que había que hacer.
Y encima tengo una lista de tareas pendientes en casa...
Así que me voy a poner algo de música para animarme un poco.
Larga y próspera vida.
El martes pasado me llamó el superjefe administrativo, porque mi jefe se había ido unos días, para comunicarme que debía empezar a mirar lo que había que hacer para empezar la mudanza del depósito que tenemos en el otro edificio. Que el servicio de Patrimonio estaba dando la lata todos los días y que había que ponerse las pilas. Y por arte de magia me convertí en un negociador, en un transmisor de noticias y en un correveydile (en el sentido más estricto de la palabra, nada de chismorreos). Que si vamos a hablar con el administrador del edificio donde va a ir ahora la documentación, que si calculo a ver si cabe en el nuevo depósito, que si quedo con el de las mudanzas para hacer un presupuesto, vuelve a quedar que se nos olvidó algo, habla con tu jefe sobre las condiciones, sube, vete, ... Hasta los mismísimos. Y con todo ¿quien vino a visitarme el jueves por la tarde? Sí, mi querida archienemiga: la migraña. Menos mal que un pastillazo y acostarte temprano aún ayuda.
Lo peor es que esto solo acaba de empezar. La mudanza comienza el lunes y me veo la semana que viene con la tensión por la estratosfera. Lo siento pero soy así: un neurótico y un histérico, solo que disimulo bastante bien. Siempre lo he dicho: la procesión va por dentro. Menos mal que mi jefe vino ayer, lo pusimos al día, dio el visto bueno y decidió lo que había que hacer.
Y encima tengo una lista de tareas pendientes en casa...
Así que me voy a poner algo de música para animarme un poco.
Larga y próspera vida.
9 comentarios:
Passssssando de ellos, tío...
En ello estamos, Sota.
Qué horror. Si se encarta, píllate una baja de esas ficticias que tanto molan.
Mira, las drogas médicas están para hacer uso de ellas, así que si te agobias o te dopas o mata a tu jefe... Eso sí, lo segundo es delito criminal!...
Ánimo! ;)
Van Hessa, más quisiera pero hay que estar al pie del cañón.
Otto, si mi jefe dentro de lo que cabe es estupendo. Es que yo mismo me monto el agobio. Semos asin ;)
Pena de muerte a las mudanzas y a las migrañas y a las prisas. Y arriba las drogas. Ánimo, Star.
Pues a lo mejor lo que tienes que hacer es no guardarte tanto e irte desahogándo poco a poco, que si no explotarás tarde o temprano.
Ánimo y que sea leve la mudanza
Nica, eso, arriba arriba ;)
Nyc, si el problema no es que me lo guarde (que también, a veces) sino que me pone nervioso cualquier cosa que se salga de lo cotidiano. Y si encima es con responsabilidades más ;)
Para que luego digan que los funcionarios estamos todo el día desayunando.
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