Hubo un tiempo en el que en televisión ponían CINE, sí, con mayúsculas. Y no como ahora que sólo te ponen los grandes hits de la última década.
Un tiempo en el que te ponían películas casi todos los días, y los fines de semana raciones extras. Y no como ahora que te las dosifican tanto que pareces un yonqui con mono cuando ponen alguna decente.
Un tiempo en el que, si bien la calidad de las películas que emitían era muy variada, pues era bastante superior al actual, donde algunas cadenas parece que compran al peso (esta semana nuestra oferta es 100 telefilmes por el precio de una superproducción de estreno reciente, no la desaprovechen señores, anda, ya tenemos una puja de la cadena de Carlotti).
Un tiempo en el que te ponían películas con cortes para la publicidad y no publicidad rellena de una película para calmar las ansias consumistas.
Un tiempo en el que un sábado por la tarde te podían emitir una película de Bud Spencer y Terence Hill, sí, pero también una película de los hermanos Marx, o al siguiente un western, o al otro un musical de Fred Astaire y Ginger Rogers, o una bélica, o una de Tarzán. Y no como ahora que no emiten ni una película antes de 1970 o en blanco y negro ... ah sí, olvidaba que ahora las ponen en el horario habitual para la cultura, a las tres de la mañana (como decían Les Luthiers).
Todo comenzó a ir mal cuando llegaron las cadenas privadas y se empezó a primar el capital, el rédito, antes que los espectadores, que la calidad, la televisión pública se dejó arrastrar. Empezaron las repeticiones hasta la saciedad, las películas infumables (antes también las había pero disimulaban mejor), los cortes eternos para la publicidad y sin previo aviso, la contraprogramación y demás asquerosidades que plagan la televisión actual. Y todo viene a cuento por dos motivos: con el post homenaje a Poe, Sota me hizo recordar las películas de Corman y Price basadas en los relatos de Poe (recuerdo que las pusieron todas en un ciclo los sábados o domingos por la tarde); y un post de Sufur hablando de la televisión.
Ya no ponen películas de las de antes. Así que ahí va un pequeño homenaje; vale que está dedicado al cine hollywoodiense pero merece la pena recordar lo que ya no echan por la tele.
Un tiempo en el que te ponían películas casi todos los días, y los fines de semana raciones extras. Y no como ahora que te las dosifican tanto que pareces un yonqui con mono cuando ponen alguna decente.
Un tiempo en el que, si bien la calidad de las películas que emitían era muy variada, pues era bastante superior al actual, donde algunas cadenas parece que compran al peso (esta semana nuestra oferta es 100 telefilmes por el precio de una superproducción de estreno reciente, no la desaprovechen señores, anda, ya tenemos una puja de la cadena de Carlotti).
Un tiempo en el que te ponían películas con cortes para la publicidad y no publicidad rellena de una película para calmar las ansias consumistas.
Un tiempo en el que un sábado por la tarde te podían emitir una película de Bud Spencer y Terence Hill, sí, pero también una película de los hermanos Marx, o al siguiente un western, o al otro un musical de Fred Astaire y Ginger Rogers, o una bélica, o una de Tarzán. Y no como ahora que no emiten ni una película antes de 1970 o en blanco y negro ... ah sí, olvidaba que ahora las ponen en el horario habitual para la cultura, a las tres de la mañana (como decían Les Luthiers).
Todo comenzó a ir mal cuando llegaron las cadenas privadas y se empezó a primar el capital, el rédito, antes que los espectadores, que la calidad, la televisión pública se dejó arrastrar. Empezaron las repeticiones hasta la saciedad, las películas infumables (antes también las había pero disimulaban mejor), los cortes eternos para la publicidad y sin previo aviso, la contraprogramación y demás asquerosidades que plagan la televisión actual. Y todo viene a cuento por dos motivos: con el post homenaje a Poe, Sota me hizo recordar las películas de Corman y Price basadas en los relatos de Poe (recuerdo que las pusieron todas en un ciclo los sábados o domingos por la tarde); y un post de Sufur hablando de la televisión.
Ya no ponen películas de las de antes. Así que ahí va un pequeño homenaje; vale que está dedicado al cine hollywoodiense pero merece la pena recordar lo que ya no echan por la tele.
9 comentarios:
el segundo vídeo es genial!
besitos, guapo.
Echo de menos las pelis de después de los dibujos que echaban en la tele los sábados y los domingos...
Odio a las televisiones privadas! Antes, cuando sólo éramos dos, éramos más felices y de mejor calidad :(
Grace, me alegro que te haya gustado.
Otto, yo también las echo de menos. Y es lo que pasa siempre: dos van bien, muchos es una orgía ;)
Y si de eso pasas a cuando íbamos al cine y veíamos dos películas por el precio de una... que recuerdos....
AMO a Les Luthiers. Esto lo habré oído veinte veces, pero me sigo muriendo de risa. Y creo que de ahí, de la infancia, me viene la debilidad por las voces argentinas. Gracias, Star, bonito.
Qué razón tienes Star... Lo que más me desespera es la publicidad, sobre todo cuando te meten los 20 minutos de anuncios al final de todo, cuando sólo quedan 5 minutillos de película...
El vídeo de las pelis está genial! Películas inolvidables y que se echan de menos.
Si a la gente le das de comer sólo mierda, comerán mierda, y tu serás un cabrón.
Pero si le das a elegir mierda y cocido maragato, y escogen la mierda, el problema está en la gente.
La 2 sigue teniendo una programación (también en lo cinematográfico) bastante decente. Miramos las audiencias de La 2?
cuanta razón
Mac, yo sí que me acuerdo de sesiones dobles.
Nica, Les Luthiers son grandes.
Azahara, por eso casi ni veo pelis por la tele.
Sota, no te digo que no pero ¿a que hora? Antes había programas de corazón y creo que convivían más o menos bien. Ahora lo absorben todo.
Aran, gracias.
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