martes, 5 de febrero de 2013

Destripando... Hitchcock


El viernes pasado se estrenó una de las películas a la que tenia echado el ojo para verla: Hitchcock.


Tras el estreno de Con la muerte en los talones, el director Alfred Hitchcock comienza a buscar un nuevo guión. Tras leer Psycho, una novela que se inspiraba en la historia del asesino Ed Gein, Hitchcock se obsesiona por llevarla a la pantalla mientras que su mujer Alma Reville intenta adaptar el libro de un amigo con el que mantiene una estrecha relación. La película tiene dos líneas argumentales: por un lado, se centra en la aventura del rodaje de Psicosis, con sus avatares por la financiación y pasar la censura; por otro lado, en la relación que mantiene Hitchcock con su esposa durante ese rodaje. Ambas líneas van estrechamente unidas y tienen efectos comunicantes entre ellas.

Indudablemente, uno de los atractivos de la película es la interpretación de los actores, fundamentalmente del dúo principal: Anthony Hopkins como Hitchcock y Helen Mirren como su esposa Alma. Son de esos actores/actrices que conocen su oficio más que de sobra y siempre están estupendos. Me encanta la Mirren, mucho más expresiva en esta película que Hopkins quizás por el atrezzo para parecerse al director inglés. Aunque reconozco que los momentos más íntimos del director, como sus impulsos y deseos por las rubias está muy logrados por Hopkins. Y luego está la bateria de excelentes secundarios como la Scarlett Johansson que hace de Janet Leigh, Jessica Biel que interpreta a Vera Miles, una casi irreconocible Toni Collette en el papel de la ayudante de Hitchcock y James d'Arcy como un joven Anthony Perkins. Lo cierto es que las interpretaciones son de lo mejorcito de la película y las caracterizaciones, sin llegar a estar a la altura de superproducciones, están bastante logradas, aunque no creo que fuese la intención de lograr el mimetismo con los originales sino captar más bien la esencia de su participación en la película.


Como suelo decir en muchas ocasiones, todo lo relacionado con la dirección artística está bastante conseguido. Los decorados, el atrezzo, el vestuario de la época, la recreación de algunas de las escenas de Psicosis... todo ello es muy fiel al original, que para eso los americanos se lo curran bastante bien. Lo mismo se puede decir con los aspectos técnicos como la fotografía o los efectos de sonido y visuales, que algunos hay, aunque habría probrado a rodar la película en blanco y negro, creo que habría conseguido otro efecto, más cercano y paralelo a la película en la que se centra parcialmente.

Sin embargo, y a pesar de su buena factura, de unas buenas interpretaciones con actores de primer nivel y de una historia que te engancha, uno no deja de tener la idea de que Hitchcock podría haber dado más de sí. Tal vez la culpa sea del director, que quizás no ha estado muy a la altura y se ha limitado a rodar dejando a los actores que lleven la voz cantante cuando podría haberlos exprimido más. La película me gustó pero salí del cine con la sensación de ver una película que había estado bordeando el límite de convertirse en un telefilme, muy digno y bien llevado, pero un telefilme.

Aún así me gustó por varios motivos: porque sale la Mirren, amén del resto de elenco actoral, porque narra de manera detallada el proceso del rodaje de Psicosis y porque me encantan las películas que van del cine dentro del cine. Qué se le va a hacer. Reconozco que lo mejor de la película son dos escenas separadas que tienen mucho que ver con la escena más famosa de Psicosis (y que no contaré para no spoilerear por si alguien quiere verla) y que demuestran que Hitchcock tenía razón cuando señalaba que nos repugna el terror pero que no podemos evitar mirar. Que en el fondo somos unos voyeurs, como él mismo.


Para acabar la música. Extrañamente, y utilizo esa palabra a propósito, la banda sonora se la encargaron a Danny Elfman, un músico que no se suele asociar a este tipo de películas. El tema principal me recuerda vagamente al que Carter Burwell hizo para Dioses y monstruos hace ya unos cuantos años. En general, es una banda sonora tranquila, de narración, donde el Elfman apoteósico y llamativo deja paso al más intimista, que suele surgir muy de vez en cuando. Lo que no quiere decir que no se produzcan pequeños destellos en cuanto le dejan. No será de las más recordadas de Elfman pero cumple su propósito de ambientar y sugerir en determinadas escenas.







4 comentarios:

rickisimus2 dijo...

¿Y no recuperan nada de Bernard Herrmann?

Sufur dijo...

¡Ay la Mirren! Para que luego digan que una actriz está acabada cuando le salen las primeras patas de gallo... :-)

Eleuterio dijo...

Otra vez mis prejuicios me ahorran tiempo: ya suponía yo al ver el trailer que, aparte de las interpretaciones, la cosa no tendría más nivel que un telefilme.

No la veremos.

starfighter dijo...

Rickisimus, no, Herrmann sólo sale en una breve escena a propósito de la música de la escena de la ducha.

Sufur, ¿la llegaste a ver en Red cogiendo armas y pegando tiros con Bruce Willis and company? El otro día la volví a ver en Excalibur.

Eleuterio, no seas prejuicioso hombre. La película no está mal, es bastante entretenida y si te gusta la historia del cine pues hay que verla. Sólo pienso que podría haber dado más de sí ;)