jueves, 1 de agosto de 2013

Destripando... Expediente Warren

El fin de semana aprovechando que J. venía para acá, y sabiendo que le encanta el cine de terror, pues nos lanzamos a ver The conjuring, el título original de lo que aquí han llamado Expediente Warren.


The conjuring se halla ambientada a comienzos de los años setenta cuando una familia, los Perron, se trasladan a su nueva casa. Poco a poco comenzarán a producirse extraños sucesos, ruidos, visiones que harán que la madre acuda a un matrimonio de investigadores de lo paranormal, Ed y Lorraine Warren. Con su ayuda e implicación intentarán saber qué sucede en su casa, para lo cual tendrán que luchar con el mal mismo.

Vaya por delante que no soy un ultrafan de las películas de terror. Sí que me gustan aquellas que podemos considerar clásicos, desde las primeras hasta las estrenadas bien entrada la década de los ochenta pero en los últimos años, sobre todo en la última década y media,  el género ha ido derivando hacia el gore, la sangre y el sufrimiento gratuito, las muertes cada vez más rebuscadas y cruentas y esas cosas que, en realidad, no me atraen nada de nada. Así que hice un esfuerzo por acompañar a mi chico y me atreví a pasar un rato bastante desasosegante y muy intranquilo. Y vaya que lo pasé.

No todos los juguetes son lo que parecen

Si han prestado atención a la breve sinopsis que hice atrás se darán cuenta, sobre todo los más fans del cine de terror, que, en realidad, la película no presenta ninguna novedad en el género. Casas encantadas, maldiciones antiguas, familia que se muda a nueva casa y es acosada, pareja de investigadores que les ayudan, sótanos inquietantes, exorcismos, etc., son algunos de los elementos que podemos distinguir en esta película y que ya hemos visto antes en multitud de ocasiones.

Entonces ¿qué la distingue de las demás? Pues, por un lado, la puesta en escena de su director James Wan que, tras Insidious, se está convirtiendo en un experto del género. Wan pasa de largo sobre los golpes de efectos (de los que tanto se ha abusado), montajes tan rápidos que apenas se aprecia nada y de la sangre gratuita para apoyarse en una ambientación de la casa donde lo que asusta es lo que puede pasar, lo que intuimos más que lo que vemos. Para ello, se apoya en un guión escrito de tal manera que tiene al público a la expectativa, el cual reconoce las señales tradicionales (por ejemplo, cuando se descubre el sótano) y está esperando que suceda algo, por lo que juega con él y sus conocimientos del género. Sin embargo, donde en otras películas hay exceso en esta hay contención, Wan controla mucho los tempos de las situaciones, qué enseñar y cuándo y, sobre todo, mantener al espectador en vilo, en tensión, siempre con la sensación de un constante "mal rollo" y de que algo horrible está a punto de ocurrir.

Por otro lado, hay que destacar la estupenda actuación de los actores y actrices, en un reparto bastante escueto, del que me gustaría destacar la parte femenina: Lili Taylor (como Carolyn Perron) y Vera Farmiga (como Lorraine Warren), sobre todo esta última con un personaje aparentemente más frágil de lo que puede ser.


Sinceramente, creo que es de las mejores películas de terror de los últimos años y eso que, en lo que va de año, ya he visto tres: Mamá, Posesión Infernal y ésta, la mejor de todas ellas sin duda alguna. Sales de la sala de cine con el cuerpo aún en tensión, con una sensación de desasosiego, y eso sólo lo consiguen las buenas películas. Altamente recomendable si quieres pasar un "mal rato".

En lo que concierne a la música, Joseph Bishara, un habitual (aunque desconocido por mí hasta ahora) de las películas de terror de los últimos años, ha creado una banda sonora inquietante. Con muchos silencios, es una música de carácter ambiental en la que no hay un tema específico para describir el mal. Esa falta de concreción convierte el peligro en algo indefinido, ayudando a la ambientación agobiante y asfixiante de la película. Escucharla fuera del contexto puede resultar algo árido pero consigue transmitir ese "mal rollo", esa inquietud, que se halla constantemente en la película.



Este corte es el único que no está compuesto por Bishara sino por Mark Isham.


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