De lunes

Que fastidio es empezar la semana. Pasa tan rápido el weekend que casi no da tiempo de disfrutarlo. Creo que voy a empezar una campaña que abogue por instaurar el fin de semana de tres días, que con dos ya no vamos a ningún lado. Que si quedas con unos amigos en casa de uno para echarte unas partidas y cenar, que si el domingo celebras dos cumpleaños al unísono y te vas a comer por el norte, más café en terracita más post-cafe en casa de una amiga. Como diría R., anoche me sentía como una boa en plena fase de digestión o un oso en pre-hibernación. En fin, que tengo que ponerme un poco a dieta que si no llegaré al verano como MobyDick.
He de reconocer que no he dado palo al agua estos días atrás y, claro, las tareas se van acumulando. Tengo que ponerme las pilas con el master, que lo tengo algo abandonado. Pero la Wii me llama, me tienta, la pobre no le he hecho caso desde hace casi un mes, aunque este fin de semana me he resarcido con ella y le he dado todo mi cariño. Así que tendré que compaginarla con mis ocupaciones de estudio.

Este fin de semana ha pasado a mejor vida Charlton Heston.Que sí, que ya se que era un fachilla redomado, un fanático de las armas y que probablemente murió con el rifle pegado a la mano, como dijo en una ocasión. Pero también es verdad que nos ha dejado películas impagables. Al margen de las ya ultraconocidas, como Los diez mandamientos, Ben-Hur o El Cid, participó en otras como Sed de mal, Horizontes de grandeza o 55 días en Pekín, pero yo me quedo con las de ciencia-ficción que rodó. Sí, aunque parezca paradójico entre finales de los sesenta y principios de los setenta rodó tres pelis interesantes de temática scifi: la archifamosa El planeta de los simios, El último hombre vivo (una adaptación del libro Soy leyenda, ¿a que suena?) y Cuando el destino nos alcance. Aún así voy a terminar con una parodia, por supuesto de Heston y las armas.



Y que el lunes sea leve.