Puede que ayer tuviese un poco activado el modo quejicoso pero, vamos, no se dejen llevar por la primera impresión de que estoy todo el día rascándome el ombligo. Aquí solo hay uno que lo hace y les aseguro que no soy yo (más quisiera), sino ese ser de cuatro patas, pelo naranja y con cierto parecido a un gato que es el amo y señor de esta casa.
En realidad, lo que me da pereza es todo lo que conlleva estos días. Tener que salir a comprar cuando lo que apetece es tener un clon (como en Los sustitutos) que lo haga todo por tí mientras tú descansas, disfrutas de tu pareja (o con amigo/as con derecho a roce), ves tus pelis favoritas, lees un buen libro y esas cosas que alimentan al espiritu. Me enerva tardar el doble o el triple de tiempo en hacer algo que en otra época del año no tardas nada, perder el tiempo en atascos, colas interminables y demás. Eso por no hablar de las cenas, las comidas, las meriendas, los primeros desayunos y los segundos desayunos (como si uno fuera un hobbit, vamos).
Estos días, y hasta después de Reyes, estoy de vacaciones pero a medias, como casi siempre. Sigo yendo al gimnasio tempranito, aunque con una hora más de sueño que cuando voy a currar, de manera que puedo estar un poco más de tiempo y sin prisas. Cuando salgo, me voy a un archivo a mis cosicosas investigadoras; que vale que uno es un pelin masoquista, porque pudiendo estar en casa tranquilo, vegetando delante de mis series y mis pelis, me estoy yendo por las mañanas a buscar información para algo que tengo en mente. Menos mal que a veces te encuentras cosillas que te alegran el día y te explican el porqué del gusanillo que te ha picado. Cosillas como éstas.
En realidad, lo que me da pereza es todo lo que conlleva estos días. Tener que salir a comprar cuando lo que apetece es tener un clon (como en Los sustitutos) que lo haga todo por tí mientras tú descansas, disfrutas de tu pareja (o con amigo/as con derecho a roce), ves tus pelis favoritas, lees un buen libro y esas cosas que alimentan al espiritu. Me enerva tardar el doble o el triple de tiempo en hacer algo que en otra época del año no tardas nada, perder el tiempo en atascos, colas interminables y demás. Eso por no hablar de las cenas, las comidas, las meriendas, los primeros desayunos y los segundos desayunos (como si uno fuera un hobbit, vamos).
Estos días, y hasta después de Reyes, estoy de vacaciones pero a medias, como casi siempre. Sigo yendo al gimnasio tempranito, aunque con una hora más de sueño que cuando voy a currar, de manera que puedo estar un poco más de tiempo y sin prisas. Cuando salgo, me voy a un archivo a mis cosicosas investigadoras; que vale que uno es un pelin masoquista, porque pudiendo estar en casa tranquilo, vegetando delante de mis series y mis pelis, me estoy yendo por las mañanas a buscar información para algo que tengo en mente. Menos mal que a veces te encuentras cosillas que te alegran el día y te explican el porqué del gusanillo que te ha picado. Cosillas como éstas.
Menos mal también que el 25 de diciembre y el 1 de enero son días ideales para estar tumbado en el sillón, con un disco duro repleto de material para ver o un buen libro, sin quitarte el pijama o esa camiseta más vieja que uno mismo y poder descansar la neurona, que también se lo merece.
Estoy esperando el 1 como agua de mayo...
Estoy esperando el 1 como agua de mayo...
6 comentarios:
Oye, que si te sobran unas poquitas vacaciones yo les puedo dar uso estupendamente, que a mi lo de rascarme la barriga se me da casi mejor que al gato, jeje
Yo pasaré la noche vieja comiendo las uvas con ..bueno mejor no describirla, pero en el curro... después al día siguiente ni se que haré...jejeje
Un par de árboles genealógicos bastante chungos y una especie de credenciales firmadas por el obispo de Marsella? Eins?
(el día 25 y el día 1 no tienes comidas familiares? Rabia das, ajqueroso...)
Nyc, nonono, para eso soy un egoista XD
Mac, pues disfrutar del primer día del año, claro.
Sota, pero ¿quien tiene comida familiar el 1? Vamos, ni drogado...
Yo.
¬¬
Jarrrl...
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