jueves, 23 de junio de 2011

Arturo, Excalibur y Orff

Una de las historias, sagas o leyendas más conocidas es la del ciclo artúrico. Quien más quien menos conoce la historia básica de Arturo, Camelot, los caballeros de la mesa redonda y todo lo que a su alrededor se ha narrado. En parte por la ingente literatura que sobre el tema se ha escrito (y se sigue y seguirá escribiendo), y es que la historia de un triángulo amoroso, con reminiscencias de magia, el ideal caballeresco, la búsqueda del Santo Grial, incestos, trapicheos familiares y demás siempre enganchan. Y si encima pensamos que toda leyenda o mito tiene algún poso de realidad pues ya hay quien se lo cree todo a pie juntillas. Si estás interesad@ en el tema pues están los clásico de Chrétien de Troyes o Thomas Malory pero yo me dejo llevar por la estupenda síntesis, incompleta eso sí, que hizo John Steinbeck en Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros.

Una historia así no podía pasar desapercibida para el cine, bien directa o indirectamente. Adaptaciones unas cuantas ya sea con personajes reales (Los caballeros del rey Arturo, El primer caballero, King Arthur), en animación (Merlín el encantador), en plan musical (Camelot), en plan humorístico (Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores) o en miniserie (Las brumas de Avalon).

Pero, para mí, la mejor de todas es Excalibur de John Boorman.


Una adaptación que intenta sintetizar todas las historias en una, dando continuidad y unidad a una saga compuesta por múltiples y numerosísimas tramas, para lo cual se apoyó fundamentalmente en la narración de Malory y que es obra de Rospo Pallenberg (vaya nombrecito, eh). En la película podemos ver a Nigel Terry como Arturo y una joven Helen Mirren como Morgana, además de varios secundarios que después se harían famosos como Patrick Stewart, Liam Neeson y Gabriel Byrne. Tiene una fotografía excelente y un diseño de producción (vestuario, decorados, escenografía, etc) estupendo teniendo en cuenta las limitaciones económicas y que se trataba de una producción normalita en la época.


Una de las críticas que se le suele hacer a Excalibur es que no es nada realista con la ambientación histórica, principalmente en el tema de las armaduras y espadas que están fuera de lugar. Vamos a ver. Arturo y su historia es ficción, es literatura, no es real, aunque podamos creer que existió alguien sobre el cual surgió la figura literaria. Es una invención medieval y, como tal, la recreación, por tanto, debería dar igual. Algunas películas, sobre todo las más recientes, han intentando darle al mito un viso más realista; ambientación postromana, lucha con los bretones o pictos, etc. Me parece estupendo pero es una opción más entre muchas. Además, Boorman ya lo explicó en su momento: la película no está basada en la verdad histórica (si esto fuese posible) sino en la verdad mítica, en la saga. Y, por tanto, se ha separado todo el contexto histórico donde la trama se desarrolla en un momento indefinido. En este sentido, la ambientación es genial porque le da un toque medieval pero de manera general, ambigua si queremos.

Uno de los aspectos que más llaman la atención de Excalibur es la música. Trevor Jones utilizó fragmentos de música clásica, algunos de los cuales son bastante conocidos como el Carmina Burana de Carl Orff o varias obras de Wagner, como la Muerte de Sigfrido (para el mismo hecho de Arturo) o los preludios de Tristán e Isolda y Parsifal. Siendo como son obras de gran fuerza resaltan en la película y eso ha llevado a pensar que Trevor Jones apenas compuso música propia para el film, máxime cuando el tema principal es el O Fortuna del Carmina Burana. Al contrario, la banda sonora tiene varios cortes que resaltan la magia, el misterio y la épica heroica de Excalibur.

Uno de mis momentos favoritos de la película es aquel en el que Arturo, recuperado de su enfermedad, cabalga con sus caballeros al encuentro de Mordred al tiempo que se recupera el reino con él. Y de fondo la música de Orff.




Y ahora un par de cortes de la música de Trevor Jones. El primero corresponde al momento en el que Merlín hechiza a Uther Pendragon para que pueda seducir a Igrayne asemejándolo a su marido. El segundo se produce cuando los caballeros parten en la búsqueda del Santo Grial.






Larga y próspera vida.

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