viernes, 3 de junio de 2011

Una familia musical: los Newman

Ustedes ya saben, y si no se lo cuento ya, que en el mundo del cine hay muchas sagas familiares, algunas en plan Corleone, otras como la Addams y las más en plan Brady. Algo similar pero en mucha menor medida ocurre en el mundillo de la música para el cine; algunos hijos heredan las dotes de sus progenitores, como Joel Goldsmith, hijo de Jerry Goldsmith. Pero si hay alguna saga familiar en la música del cine, al menos americano, éstos son los Newman.

Todo empezó con Alfred Newman, un compositor americano de orígenes rusos que nació con los albores del siglo XX. Comenzó a componer música para las películas a comienzos de los años 30 y desde 1934 hasta 1956 estuvo nominado todos los años al Oscar, algunos años en más de una película. Acumuló cuarenta y cinco nominaciones a lo largo de su carrera, un record absoluto hasta que lo igualó recientemente John Williams, y ganó la estatuilla en nueve ocasiones. Fue muy popular en los años cuarenta, cincuenta y sesenta y estuvo componiendo hasta el mismo año en que falleció, cuando fue nominado por la música de Aeropuerto.

Es el compositor de bandas sonoras de películas tan conocidas como El prisionero de Zenda (ambas versiones, la de los 30 y la de los 50), Gunga Din, Cumbres borrascosas, Que el cielo la juzgue, Eva al desnudo (maravillosa película), Anastasia, La túnica sagrada, Sinuhé el egipcio (aquí junto con Bernard Herrmann), La colina del adiós (con una música impresionante y una escena final romántica como pocas), La conquista del Oeste y adaptaciones a la gran pantalla de musicales como El rey y yo, South Pacific o Camelot. Pero además fue el autor de la música de una de las intros más conocidas de las productoras cinematográficas que existen aún.




El hermano de Alfred, Lionel Newman, también fue compositor de música aunque su papel fue más reducido que el de su hermano mayor. Se concentró más en la dirección musical y la supervisión de bandas sonoras compuestas por compañeros de profesión, aunque ganó el Oscar en 1969 por Hello Dolly!



Otro hermano de los anteriores, Emil Newman, también se dedicó a la composición musical sobre todo en los años cuarenta y cincuenta. No fue tan conocido como sus dos hermanos pero ahí está su participación en el mundillo cinematográfico.


Bah, dirán algunos, mirá tú, tres hermanos que se dedican a lo mismo. Sí, tal vez, pero uno de los hijos de Alfred Newman es un tal Thomas Newman, que también se dedica a componer música para el cine y la televisión. Y que tiene, o al menos tenía unos años atrás, una pinta más que merendable. Ahí están, entre otras, sus aportaciones musicales a Jumpin' Jack Flash, Tomates verdes fritos, Cadena perpetua, La milla verde, Cinderella man, Buscando a Nemo, Wall-E o la música de la serie A dos metros bajo tierra.




Y también es el padre de David Newman, que se ha dedicado a la misma profesión que su progenitor y hermano, participando en películas como The phantom, Anastasia, Matilda, Héroes fuera de órbita, Serenity o Ice Age.



Pero, además, un sobrino de Alfred Newman y primo de Thomas y David es un tal Randy Newman, que se ha dedicado a la música desde hace varias décadas, componiendo para películas como Ragtime, Pleasantville, la trilogía de Toy Story, Monstruos S.A. o Cars aunque también ha trabajado para televisión y compuesto canciones para películas como Nueve semanas y media, Boogie Nights y Babe, el cerdito valiente, entre muchas otras. Y es un compositor de canciones bastante conocido en Usamérica.



Vamos, para no aburrirse con ellos jamás escuchando buena música.

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