Advierto desde ya que este post va a ser un poco largo y muy musical. Así que a tomarselo con calma y tranquilidad. Y es que vamos a hablar de El: el Maestro, con mayúsculas. De John Williams.
Bueno, decir algo que no se haya escrito sobre este compositor de bandas sonoras y música para orquesta es muy difícil. No me voy a poner a desglosar su vida, obra y milagros. Quien quiera saber más datos sobre su vida, trayectoria musical, composiciones y demás pues aqui tiene su página web personal, la entrada correspondiente en la wikipedia y una página web homenaje. Sólo decir que la primera película para la que compuso música es de 1958, con lo que lleva medio siglo en este mundillo sonoro. Casi nada.
La primera vez que escuché a este señor fue a finales de los setenta, cuando iba al cine a ver películas como La guerra de las galaxias o Superman. Claro que entonces no entendía nada y no fue hasta años después cuando comprendí la capacidad enorme para crear melodías, la riqueza de la orquesta y de qué manera fusionaba la música con la imagen que se estaba proyectando. Mucha gente le discute que tiene un estilo propio que es reconocible a la legua. Por supuesto ¿y quien no? Todos los compositores de bandas sonoras tienen un estilo propio; Danny Elfman, Alan Silvestri, Jerry Goldsmith, James Horner, Hans Zimmer y todos los demás se les puede reconocer escuchando su música. Y más si llevas en esto cinco décadas ¿no?
No voy a colocar cortes musicales de películas que ya todos conocemos, bueno, al menos no los más famosos, o eso intentaré. Su primer Oscar lo ganó con la adaptación de El violinista sobre el tejado pero se hizo realmente famoso con esta película.
Después de la anterior película, Williams se convirtió en algo así como el compositor oficial de Steven Spielberg. Por eso no extrañó mucho que participara en la primera película que el director estaba haciendo sobre extraterrestres. Y no, no es E.T. Se trata de Encuentros en la tercera fase, una película sobre abducidos, gente con visiones y una nave extraterrestre que nos visita con la cual intentan comunicarse. El corte pertenece al final de la película y los títulos de crédito.
Estos años y la década de los ochenta son, para mí, los mejores de su filmografía. Melodías inspiradas, gran riqueza en la orquestación y un nivel de calidad abrumadora. De finales de los setenta son los dos cortes que vienen a continuación y que demuestran lo dicho. El primero pertenece a una película de Brian de Palma, La furia, sobre gente con poderes paranormales (no son mutantes) y que son utilizados para cosas no muy agradable. Es bastante floja pero tiene algunas escenas impactantes, como una que me quitó por mucho tiempo subirme a las atracciones de feria. Lo mejor, por supuesto, la música. El segundo corte pertenece a un clásico del cine fantástico o ciencia ficción, según se mire. Y no voy a decirlo, a ver si alguien se anima a adivinarlo. Es muuuuuuy fácil.
No pensaba poner nada de los ochenta pero no me resisto a poner un corte de En busca del arca perdida. Lo siento pero me encanta este película de aventuras. Así que ahí va un momento importante en la trama de la película.
Y ahora un pequeño salto en el tiempo hasta década de los noventa. Aquí nos vamos a encontrar a un Williams quizás un poco más intimista, sin perder la grandilocuencia ni la riqueza melódica, y con películas como JFK, La lista de Schindler, Nixon, Las cenizas de Ángela, Sabrina o Salvar al soldado Ryan, entre otras. El primer corte que pongo pertenece a Sabrina (y sus amores) (penoso subtítulo), un remake que Sidney Pollack hizo de la de 1954. La elección de la actriz no me gustó nada pero la película se deja ver, eso sí, sin punto de comparación con la original. El segundo corte pertenece a El mundo perdido, la continuación de Parque Jurásico. Aunque mantiene el tema principal, me gusta más la banda sonora de la segunda parte que de la primera, misterios de la vida. Este corte pertenece a un momento en el que se desarrolla una cacería. No digo más. Y el tercer corte, para que haya variedad, es de Siete años en el Tibet, la película de Annaud sobre el alpinista austríaco Harrer. La película es un poco sosa, una buena fotografía, bonitas postales y poco más. Williams volvió a sorprender con una música más intimista que espectacular.
Y por fin llegamos a la década actual. A quien crea que Williams casi se ha retirado y que ya casi no compone, siento desilusionarlo. Ahí está la segunda trilogía de Star Wars (siendo la música de Williams prácticamente lo mejor de las tres películas), las bandas sonoras para las primeras películas de la saga de Harry Potter, Memorias de una geisha y, sobre todo, las películas de Steven Spielberg: Minority Report, La terminal, Munich, La guerra de los mundos e Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal. Así que para terminar un par de cortes. El primero corresponde a la música que compuso para la fantasía oriental Memorias de una geisha, una película muy bonita por fuera pero un poco insulsa por dentro. Todo muy bien ambientado, buena decoración, vestuario impresionante y unas interpretaciones sosas. El segundo pertenece a la tercera parte de la saga de Harry Potter, la del prisionero de Azkaban, pero tranquilos que no sale el tema de Hedwig. Y el tercer corte es algo a lo que no me resisto. Es el final de la última banda sonora compuesta, y publicada al menos, por este joven de setenta y seis años. Que siga así por mucho tiempo.
Y de regalo un extra, como en los DVD. Para este hay que sentarse y disfrutar, así que a tomarse el tiempo con tranquilidad que dura unos diez minutos. Es la escena completa de la batalla de Hoth, de El imperio contraataca, pero únicamente con la música, ni diálogos, ni efectos sonoros, ni sonido ambiente. Pasen y vean.
[aclaración: el video tarda un poco en cargar, paciencia, y al comienzo hay unos segundos en silencio]
Que tengáis un buen fin de semana. Y que la Fuerza os acompañe, siempre.
5 comentarios:
Vale, al principio he dicho: Te odio Starfighter por pisarme mi próximo post!! pero luego he empezado a leer y escuchar (el vídeo lo veré luego) y se me ha pasado el enfado y he empezado a ronronear por lo mucho que estaba disfrutando. Ya ves, a mí me hablas de BSO o del maestro Williams y ya soy feliz. Me ha encantado el post, un trabajo estupendo.
Este hombre hace verdaderas obras de arte.Para mí es imposible sólo quedarme con una banda sonora o un tema.
Un beso y buen fin de semana
Me alegro que te haya gustado tanto como a mí, Grace. Me encanta volver a escuchar música que hace tiempo no oía. Y no te enfades ;)
Se ha muerto Paul Newman, dicen.
Ahora voy a mirarme el post.
Vale. Yo soy más de Goldsmith o (sobretodo, que el siniestrismo tira) de Elfman que de Williams (sus fanfarrias me cargan, que quieres), pero al césar lo que es del césar...
Sota, también me gusta Elfman y ya le tocará, vaya que sí...
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