martes, 8 de diciembre de 2009

Cartas turcas (III)

El tercer día decidimos cruzar el Cuerno de Oro y pasar al barrio más moderno de Estambul: Gálata o Karaköy. Es una zona de edificios muy europeos, lógico si tenemos en cuenta que aquí fue donde se asentó la colonia europea a finales del siglo XIX. Subimos a la Torre Gálata, construida por los genoveses en 1348, la cual se divisa desde buena parte de la ciudad y con unas vistas impresionantes de todo Estambul.




Después subimos por Istiklal Caddesi, una calle peatonal totalmente repleta de comercios (muy parecida a nuestra calle de Triana, por eso la llamábamos así) con un tranvía que la recorre de punta a punta y que llega hasta la plaza de Taksim. Es la zona más moderna de Estambul y nos dimos un buen paseo, mirando los edificios, algún que otro mercado y alguna iglesia, sí, que también las hay.

Después de comer nos fuimos a ver Hagia Sophia. La antigua iglesia de Santa Sofia, luego reconvertida en mezquita, es EL monumento de Estambul. Por fuera da la sensación de poco elegante, de pura fuerza pero una vez que entras la sensación es impresionante. El enorme espacio, la cúpula gigantesca, los mármoles, todo te deja casi sin palabras. Tenía muchas ganas de verla y, personalmente, no me defraudó. El andamio en la zona central que llega hasta la cúpula lleva ahí unos cuantos años pero no quita un ápice de esplendor. Es la cima del arte bizantino y su cúpula no fue superada hasta mil años después, y desde luego las fotos no le hacen nada de justicia.





Ya en plena tarde decidimos dar una vuelta por el Gran Bazar, al que aún no habíamos ido. Fue un primer contacto bastante suave porque no hicimos ninguna compra y más bien nos limitamos a pasear, a ver qué se vendía, precios y demás.



Al día siguiente el grupo entero nos fuimos a ver las Islas del Principe, en el Mar de Mármara. Un trayecto en ferry de hora y media nos llevó por varias islas, finalizando en la última y más grande: Büyükada. Aquí suelen venirse los residentes de Estambul en verano escapando de los calores de la ciudad. En la época bizantina eran exiliados a estas islas miembros de la familia real, conspiradores, ministros y demás. No hay gran cosa que ver pero puedes darte un paseo en tartana por la isla, y es que los vehículos motorizados están prohibidos en las islas, así que es eso o ir en bicicleta.




Cuando llegamos decidimos ir al Cafe Pierre Loti, que está en la parte más alta de la colina en la que se encuentra el cementerio de Eyup (de hecho, hay un funicular que pasa por encima del cementerio), para disfrutar del atardecer y de las vistas del Cuerno de Oro. Llegamos por los pelos para el atardecer y nos quedamos hasta que ya había anochecido, reponiendo fuerzas con un buen té.





3 comentarios:

Nyc dijo...

Ya lo he dicho antes, pero es que cada vez tengo más ganas de visitar Estambul!! A ver si cae esta primavera

starfighter dijo...

Nyc, me han dicho que es buena época porque en verano es mortal, entre el calor y los turistas. Anímate ;)

Anónimo dijo...

Nyc , vete que seguro que te encanta , que te diga star lo bueno que es tener malos amigos que te pinchan para regatear......jejeje
mokko