martes, 15 de diciembre de 2009

Traído con el viento

Hoy hace setenta años que se estrenó Lo que el viento se llevó (y lo que el culo aguantó, como diria mi abuela).


Qué se puede decir de una película sobre la que se escrito casi todo durante todos estos años y más. Una película que salió gracias a la determinación y el impulso de su productor, David O. Selznick, un megalomaníaco del estilo de Cecil B. de Mille y otros que se propuso hacer LA película, y vamos que lo consiguió. Sobre ella existen un sinfin de anécdotas, historias, rumores y demás cotilleos del celuloide con los cuales se podría escribir un libro o una enciclopedia.

Lo que el viento se llevó (Gone with the wind) es una película que lo tiene todo: amor, pasión, despecho, guerra, aventuras, la familia... Todo ello narrado de manera impecable, sin que te pesen las cuatro horas que dura la jodía, y a pesar de que por ella pasaron varios directores (entre otros Sam Wood, que hizo varias películas con los hermanos Marx, y George Cukor), aunque el oficial sigue siendo Victor Fleming, el mismo que ese año rodaría El mago de Oz. Siempre me ha gustado esa fotografía Technicolor, con los colores fuertes típicos de estos años, y la increíble ambientación de la época, con unos decorados y un vestuario impresionante. Eso por no hablar de los actores, donde destaca Vivien Leigh, increíble y mucho antes de que se le empezara a ir la cabeza (la pobre) enamorada del pánfilo de Ahsley Wilkes.

Creo que la habré visto entera como tres veces aparte de otras muchas que la he pillado empezado o sólo he podido ver una parte. Hubo una época en que la solían poner bastante en Navidades, bien el día de Navidad o el de Año Nuevo o un domingo porque con ella ocupaban toda la tarde. Y como en toda película hay escenas que te dejan huella, como la del baile en Atlanta con Scarlett llevando el traje de viuda y escandalizando a la sociedad por bailar con Butler, todo el tramo de la derrota sureña y la huida de Atlanta, la escena en que las mujeres leen un libro (creo que es David Copperfield) mientras los hombres van en una razzia a castigar a unos bandoleros y, por supuesto, la escena del "A Dios pongo por testigo... A Dios pongo por testigo de que no lograran aplastarme, viviré por encima de todo esto, y cuando haya terminado nunca volveré a saber lo que es hambre. NO, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que estafar, que ser ladrona o asesina. ¡A Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!", que es el final de la primera parte de la película.

La película se llevó una buena cantidad de Oscars pero incomprensiblemente no se lo dieron a Max Steiner por una banda sonora que ha pasado a la historia del cine (se lo llevó la de El mago de Oz que para mí es mucho más flojita). Claro que, como siempre, todo lo anterior no ha sido más que una excusa para poner un poco de banda sonora.

Aquí la versión más auténtica, con el logo sonoro de la productora de Selznick.




Y de propina un popurri.




5 comentarios:

Shanks dijo...

A mi me encanta hasta el doblaje que hicieron en su momento. La voz de Scarlett me pone los pelos de punta, aunque jamás he sabido quién la dobló ni qué otras películas hizo...
Yo también la he visto al menos 3 o 4 veces, y por las mismas épocas también hacían siempre "Siete novias para siete hermanos" que es también una peli mía favorita...
Y no sé porqué (pensamiento tangencial, supongo) me acuerdo de mi tercera peli favorita "La Leyenda de la Ciudad sin Nombre" con Lee Marvin (pelos como escarpias cuando al final de la peli canta su canción) y Clint Eastwood...
Jo, qué memorias, que diría mi abuelo!

Nyc dijo...

Creo que no he conseguido verla entera nunca. Lo sé, soy lo peor :(

starfighter dijo...

Shanks, tienes un gusto estupendo, otro día hablamos de "Siete hermanos...", jajaja.

Nyc, para nada, solo es encontrar el momento apropiado, un buen sillón, una manta y víveres ;)

Sota dijo...

Yo (y el resto de personas de mi casa) estamos como Nyc, jamás hemos sido capaces de verla entera... Nos clapamos en grupo al poco de empezar, y no nos despertamos hasta la quema de Atlanta...

(y La Leyenda de la Ciudad sin Nombre es un PELICULÓN!)

starfighter dijo...

Sota, vamos, una siesta estupenda de dos horas, ya te vale :p