lunes, 23 de agosto de 2010

British power o series para disfrutar

A veces pienso que me gustaría vivir en la pérfida Albion y más concretamente en Londres. Por muchos motivos. Pero hay uno que últimamente me está gustando mucho: la televisión. Y más aún, por sus series. Que ya saben que uno es muy televisivo, bueno, hoy en día tal vez menos por la basura que suelen emitir.

Más de una vez he comentado las series británicas que veo, por si alguien está interesado/a y se decide a verlas también. Por aquí ya han pasado Life on Mars, Misfits, Doctor Who o Los Tudor, por citar algunas. No me sorprende el nivel que tienen porque desde siempre me han atraído y uno ya sabe lo que puede encontrarse. Pero si es verdad que últimamente están hilando muy fino, con una calidad bastante buena, unas tramas atrayentes y un nivel equiparable al de las series americanas, sobre todo las que emite la BBC. De hecho, más de una ha sido posteriormente objeto de un remake americano, como The Office o la misma Life on Mars, por ejemplo.

¿Porqué me gustan? Bueno, ahí van tres razones. La primera es que sus temporadas suelen ser cortas, al menos en comparación con las americanas. Olvídate de los veintipicos episodios por temporada; raramente superarán los diez o doce, como Doctor Who cuyas temporadas suelen constar de trece episodios. Por tanto, son ideales para acumular una temporada completita y luego verla en pequeñas maratones de una semana o pocos días. Así lo disfrutas plenamente en un espacio de tiempo relativamente breve.

La segunda razón es una buena ambientación, aprovechando todos los escenarios que ofrece Londres. Te puedes encontrar con series ambientadas en los típicos suburbios londinenses donde las mujeres pueden ser clones de Vicky Pollard o verte en las oficinas de la City. Soin escenarios mucho más realistas que la mayoría de las series americanas; aquí verás pocas casonas al borde de la playa, chalets de Beverly Hills, áticos imposibles de pagar, etc. Pero no sólo a nivel de escenario físico sino todo lo concerniente al mundo british, ese humor tan especial, los macarras...

Una tercera razón podría ser las tramas. Originales, variadas, muy trabajadas y condensadas en esos pocos episodios. Y es que, a diferencia de la televisión española donde si tienen éxito estiran el chicle tanto tanto que al final pierden el sabor y se vuelve rancio, las series suelen estar planificadas desde el comienzo. Y aunque tengan mucho éxito, si estaba pensada para dos temporadas pues dura dos temporadas, y si estaba estructurada para ocho episodios pues son ocho episodios, ni más ni menos. Eso se puede apreciar cuando llegas a verlas porque no suele haber episodios de relleno o alargando la historia de manera innecesaria. Un caso claro fue el de Life on Mars, planteada para dos temporadas y cuyo éxito en su país no hizo que se prolongase más allá.

¿Te interesan un par de sugerencias para este final de verano? Pues ahí van.


John Luther es un detective de policía de la brigada de homicidios con gran talento para desenmascarar al culpable. Pero también es irascible, violento, independiente, que hará todo lo posible para solucionar un caso y encima se encuentra en plena crisis matrimonial. Un cóctel explosivo que se ve agravado con un caso de asesinato donde la culpable es más inteligente que él. Desde el comienzo el espectador sabe quien comete el crimen y el episodio se convierte en una lucha entre el policía y el criminal. Y es que, a veces, el policía tiene más puntos en común con el asesino de lo que cree.

Luther es una serie de la BBC cuya primera temporada sólo consta de seis episodios, eso sí, de casi una hora de duración cada uno. Thriller policíaco, psicológico, con personajes poliédricos, complejos y fascinantes. Si te interesa, aquí tienes la posibilidad de conseguir los episodios.



¿Que pasaría si Watson hubiese participado en la guerra de Afganistán pero en la del siglo XXI? ¿Si en lugar de llevar un diario escribiese un blog? ¿O si Sherlock Holmes en lugar de mandar mensajes en papelitos a sus espías envíase sms? Bueno, pues eso es lo que refleja Sherlock, una adaptación de los famosos personajes de Conan Doyle al mundo actual.

Se trata de una miniserie también de la BBC, y tan mini porque sólo tiene tres episodios (eso sí, cada uno dura hora y media), llevada a cabo por Steven Moffat, el mismo que está detrás de Doctor Who. Aquí encontrarás todos los elementos que suelen aparecer en las novelas de Doyle: cómo se conocen Holmes y Watson, su vida juntos en el 221B de Baker Street, las deducciones lógicas de Holmes, Lestrade... Y, por supuesto, aparecen el hermano de Holmes y su archienemigo, que no hace falta que diga su nombre ¿no? La verdad es que me ha gustado bastante; buenas interpretaciones, unas tramas interesantes y una adaptación bastante respetuosa al original en lo que se refiere a la esencia de los personajes. Si estás interesado/a en verla, pues aquí puedes hacerte con ella.




Por supuesto, de ambas habrá una segunda temporada. Y es que los cliffhangers con los que te deja son una auténtica putada, con la miel en los labios, vamos. Estos anglosajones...

2 comentarios:

Sufur dijo...

No sé si tuviste oportunidad de leerlo, pero hace un par de semanas dedicaron en el suplemento cultural de El País un par de artículos acerca de la gran calidad narrativa de algunas de las nuevas series de televisión. ¡Muy interesante!

starfighter dijo...

No lo conocia, pero lo busco y le echo un vistazo. Gracias por la informacion