miércoles, 10 de noviembre de 2010

Fiesta

Como decía ayer, llevo una semana más para allá que pa'cá. El otro motivo que me trae por la calle de los desvelos es puramente personal. Dentro de un par de semanas es el cumpleaños de T. y cuando le pregunté qué quería, me suelta que le gustaría que le organizase una fiesta para un fin de semana. Acabáramos. Con las ganas que tenía yo de un cumpleaños tranquilo, una cena, un fin de semana en algún lado o algo así.

Me pasé toda la semana preguntando por sitios para celebrar un cumpleaños, porque es obvio que, aunque nuestra casa no es pequeña, tampoco es la Estrella de la Muerte y como que no era plan de meter cuarenta o cincuenta personas en ella. Llamadas por un tubo para confirmar que lo de la crisis es una historia que alguien debe haberse inventado. Porque no me explico como puede estar todo lleno, y los que estaban disponibles eran por tener unos precios asequibles expresamente para la Lomana y semejantes. Ya estaba medio desquiciado porque seguían los días y no conseguía nada, y eso para un Virgo como el que suscribe al que le gusta tenerlo todo organizado y bajo control es como, no se, algo así como el fin del Universo, supongo. Al final, el viernes y por medio de un subalterno pude encontrar un lugar que tiene muy buena pinta, medio campo medio urbano, y fui a verlo esa misma tarde con una amiga que me ayudará con todo el tinglado. Nos gustó y sobre la marcha lo reservé, no fuese que, con la suerte que tengo últimamente, viniese alguien al rato para pedir el mismo día que yo.


Esta semana toca avisar a todo el personal, que no son pocos y me confirmen si irán. Y la que viene comprar la comida y la bebida y tener todos los detalles preparados. Que diez días me esperan.




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