De examenes

Hoy ha sido el Dia D. Esta mañana viví el Episodio I de mi particular saga estelar en vías de acceder a la función pública, osease, ser cuasi funcionario, dejemoslo en personal laboral. Así que realicé un rápido viaje a la galaxia de la Comunidad Autónoma donde me encontré con otros compañeros de fatigas y viajeros de otros planetas. Allí nos abducieron durante una hora y nos soltaron hechos unas piltrafillas humanas. No creo que haya cumplido la misión a plena satisfacción, no salió tan bien como esperaba, y había algo de desaliento en el ambiente. Es que éramos pocos y muy nerviosos y la cosa no estaba para tirar voladores. Y encima al final anuncian que el Episodio II tendrá lugar el 31 de marzo, lo que no deja mucho espacio temporal para quemar más neuronas.

Y, por fin, se acabó la campaña electoral. Ya era hora, cuatro años de precampaña dejan para el arrastre. Y no haré comentarios sobre vencedores, vencidos y demás. Sólo una excepción: me alegro que la CoCa (Coalición Canaria) vaya cuesta abajo y sin freno. Lo siento, pero no soy nada nacionalista. Y eso que soy canario (de adopción porque yo nací en una estrella muy lejana, como todos sabemos) hasta la médula. Tras el examen, fuí a casa de la madre terrenal del guerrero y me sorprendí (me reí un rato con ella) cuando me dijo que se había ido con mi tía a votar el domingo, y es que mi tía tiene setenta y tantos años y hace lustros que no iba a votar.

Y, para cualquier interesado, mi perro sigue vivito y coleando, nunca mejor dicho.

Sed felices, que ya queda poco para la primavera.