De contradicciones aparentes

Estoy perezoso. Pero no me dejan. El máster no me deja.

Desde el martes estoy en un estado de pereza, de desgana absoluta. Lo único que se me apetece es tirarme en el sillón y ver alguna peli, alguna de las series que tengo en lista de espera o sencillamente vegetar viendo la tele o leyendo algún libro. Pero resulta que estamos en pleno curso sobre un tema del master y el puñ...o profesor está mandando tareas para cada dos días. Así que me he tenido que coger la pereza y guardarla en el fondo de mi cerebro y ponerme las pilas, a medias, para leer y escribir las tareas.

Aunque ayer como era mi día, nuestro día, vamos el de todo el mundo (porque todos, el que más, el que menos, curran) pues lo dejé para última hora. Me fui con los colegas a una sesión matinal, hacía mucho tiempo que no lo hacía, a ver Iron Man y después a comer algo ligerito y una tarde de paseo sin rumbo fijo. Sólo cuando llegué a casa me puse un poco las pilas.

Y mañana comienza la Operación Verano 2008. A partir del sábado vamos a luchar por lucir un tipo más que digno este verano y no parecer Moby Dick, una ballena blanca y gordinflona resoplando en las playas sureñas. Eso sí, con una frustración y es que al medirme resulta que soy algo más bajo de lo que pensaba. No estoy yo muy convencido. Yo seguía pensando en mis 1'75 de toda la vida y resulta que no. ¿Será que ya ha empezado la decadencia y a encoger por la edad? Que coño, ni que fuera Pepe Isbert, así que me niego a aceptarlo.

Este findesemana estoy dudando entre salir de marcha, que le había prometido a un amigo, o irme a la playa el domingo con él. Le planteare a este amigo la disyuntiva y que él elija: marcha o playa. Por si acaso, me voy preparando.

Soñad con las estrellas, las de Hollywood y las del cielo.