martes, 16 de diciembre de 2008

Aventuras madrileñas Episodio III

El tercer, y último, día habíamos decidido ir a Salamanca. Esto nos obligó a madrugar, para ir a Atocha a coger un tren de cercanías y mover nuestro cuerpo serrano hasta Chamartín, que es de donde salen los trenes hacia allá. Tras desayunar en la estación de Chamartín, y con los ojos medios cerrados aún, nos montamos en el tren, teniendo por delante dos horas y media de viaje.

Nos tocó en un pequeño compartimento de dieciséis asientos y parecía que íbamos a ir tranquilitos. Craso error. En uno de los asientos traseros iba un argentino que, prácticamente, no paró de hablar en todo el trayecto, a excepción de unos 10-15 minutos. Nos enteramos del origen de su familia, habló de la política de ZP, del catecismo, de política internacional, de lo humano y lo divino. Nuestra amiga, que también es argentina, nos miraba como diciendo: "este tío no se calla ni bajo el agua" y yo le dije "mira que tú hablas, pero comparada con ese eres una santa". Cuando llegamos a Salamanca, hubo un momento de terror colectivo en el andén porque el sujeto se nos acercó a preguntarnos si aquello era en efecto Salamanca porque no había ningún letrero (menos hablar y más mirar, pensé) y creímos que se nos iba a adosar.

Salamanca nos acogió, más bien gélidamente y húmeda, que nada más salir a la calle empezó a llover. Y nosotros comenzamos a ver la idiosincracia de la meseta castellana. Aquí un ejemplo, un carromato con un mensaje.


Continuamos andando y pasamos por zonas de tiendas, todas extrañamente cerradas para ser un domingo de diciembre (gracias a lo cual no pude pillarme un estupendo muñeco de Mazinger Z y su pareja Afrodita A, os odioooooo... ehem), y llegamos a la zona histórica. Entramos directamente a la Plaza Mayor y nos fuimos a una cafetería a tomarnos algo caliente porque del desayuno ni nos acordábamos ya.


En la Plaza Mayor había una exposición al aire libre con el tema de las meninas como excusa. Creo que de esta exposición en otra ciudad castellana habló Otto pero no he encontrado el post por lo que pueden ser imaginaciones mías, claro. Lo que no son imaginaciones es lo que me encontré en la exposición.



Sí, soy yo (abrigado hasta los higadillos) junto a una escultura de una menina Vaderizada. ¿O es un Vader meninazado? En fin, tanto monta monta tanto.

De la Plaza Mayor empezamos a bajar hacia la zona del río y mirando lugares, iglesias, monumentos y demás.

El Palacio de la Salina


Fachada de la iglesia convento de San Esteban

La Casa Lis, sede del Museo de Art Nouveau y Art Decó

Yo y mis archivos

Portada de la Catedral Nueva


Después de todo esto ya eran como las tres de la tarde y nosotros sin comer. Así que nos buscamos un sitio cerca de la Universidad y cuando entramos aquello parecía el típico local de estudiantes. Eso sí, tenían unas lentejas que estaban de muerte. Entre el frío y lo buenas que estaban, mano de santo para reponer energías. La pena es que cuando salimos nos dimos cuenta que la llovizna y el chirimiri ocasional de la mañana se había convertido en lluvia persistente. Así que comenzamos el viaje de vuelta a la estación pasando por los sitios que nos faltaban. Uno de ellos era la fachada de la Universidad.


Hala, ya pueden ponerse a buscar la rana de marras a ver si la encuentran, que mira que tuve que explicar no se cuantas veces donde estaba. "Ay, pues yo no la veo, yo creo que está por allí (al otro lado), pues aquello parece una rana...". Y a punto estuve de hacer un plano y ponerme a gritar "aquí, coño, aquí".

A partir de ahí, pasamos por delante de la Casa de las Conchas y volvimos a la estación de tren vía Plaza Mayor, medio empapados y con unas ganas de entrar en el tren para descansar un poco. Al final, este día será recordado por una caída digna del mejor programa de videos caseros. Esta amiga nuestra comenzó a bajar por una escalera mecánica en Chamartin y quiso volver atrás, y se cayó una vez. Se levantó y volvió a caer. Se volvió a levantar y volvió a caer. Hasta que vino el hermano y la sujetó y obligó a seguir bajando. Nosotros la veíamos desde abajo caer, y caer, y caer, como en cámara lenta. Pero los que se lo gozaron de pleno fueron los que estaban en la sala, sentados esperando por su tren y que estaban justo enfrente. La pobre acabó con el orgullo herido y el ego por los suelos. Y nosotros en respeto sólo empezamos a reirnos cuando nos veníamos en el tren de cercanías a Atocha.

Y colorín colorado, este viaje se ha acabado. Esperamos que haya sido de su agrado. El piloto y la tripulación les agradecen que hayan escogido nuestra línea aérea para su solaz. Y esperamos volverles a ver de nuevo.




11 comentarios:

Mac Dubh dijo...

Pobre mujer yo le habria hecho los primeros auxilios a su culete malherido. Tu catarrazo/gripe mejor? abrazos

starfighter dijo...

Mac, se caía de frente por intentar volver atrás pero lo más herido fue el orgullo. La garganta muchísimo mejor, gracias ;)

Mac Dubh dijo...

Por cierto esa exposición de esculturas con la temática de Las Meninas la tuvimos también nosotros, buenos días.... abrazos

Nyc dijo...

Seguro que no has hecho un montaje con la escultura? Porque eso es Imperio total

starfighter dijo...

Mac, creo que ha estado por varios sitios de la península.

Nyc, te aseguro que era así y mi chico cuando la vio me dijo: "allí, hay algo que te va a encantar". Como me conoce, jejeje.

Otto Más dijo...

Sisisi, de eso hablé yo, sips, que estaba en mi ciudad... Y la cabeza esa de Darth Vader es inolvidable ^^

Qué horror lo de la caída por la mecánica... es una de esas fobias que tengo yo... ;)

starfighter dijo...

Otto, estuve buscando el post pero no lo encontré. Lo peor de las caídas, aparte del golpe, es lo mal que queda el ego...

mokko dijo...

AAAAAAAAyyyyyyyyyy que potito toooodo , que tiempos aquellos ........ ( una lagrimilla a punto de caer ......) , y que FRIO .....
me alegro que te gustara mi pueblo , la próxima vez yo les llevo de guia .
besukos
mokko

starfighter dijo...

Mokko, ya sabía que te iba a dar nostalgia, jajaja.

Anónimo dijo...

Es leer tus viajes y salirme agujetas, de verdad.

¡Hiperactivo!

Besos.

starfighter dijo...

Nica, yo no soy hiperactivo, son los demás, de verdad. Creedme. Yo me hubiese quedado feliz en Madrid los tres días, jajaja.