lunes, 19 de abril de 2010

Rural connection

Soy un urbanita y siempre lo seré. Nací en una ciudad, en la que he vivido la mayor parte de mi vida y me siento cómodo en el mundo del asfalto. Para compensar el equilibrio del universo, tengo un marido que es más de campo que las amapolas, y aunque ha vivido buena parte de sus años en la misma ciudad que yo sería muy feliz si viviese en una casa en el campo con un terrenito, allá por donde Cristo perdió las alpargatas.


Hace como un par de años, dos amigas nuestras se fueron con sus retoños a una casa rural durante un puente; nosotros les hicimos una visita y estuvimos como Billy Crystal en aquella peli de Cowboys de ciudad, pero sin Jack Palance, claro. En fin, les gustó tanto el momento rural que decidieron buscarse una casita que se alquilase para ir los fines de semana, a ser posible con terreno para dedicarse a sus labores agropecuarias (esto fue idea de mi marido, de quien si no). Pero como ellos son como son pues se lo tomaron con tranquilidad. Que si un periódico un mes, que si un aviso boca-oreja otro mes, alguna que otra visita (creo que en dos años vieron tres casas, así que ya pueden imaginar el ritmo).

Hasta que en Semana Santa una de ellas se enteró de una casa que estaba por encima de la villa más religiosa de esta isla, y también la más fría. Fuimos a verla el sábado pasado (no este último, el anterior) y, claro, se quedaron privados, porque no es muy grande (tres habitaciones, baño y cocina) pero tiene su jardincito, una pequeña zona para cultivar y una entrada cubierta donde comer. Y un precio bastante razonable teniendo en cuenta lo que hemos visto y nos han pedido por ahí. Además, está bastante cerca del pueblo aunque en un sitio tranquilo, oyendo las ovejas y cabras pastando casi al lado. Ayer por la mañana me fuí con una de ellas a hacer un poco de limpieza (la otra ya había hecho la compra y subido el sábado).

Y ahora me veo con una casa de campo para los fines de semana, yo que ya vivo en un pueblo (corrijo, villa, que le dio el titulo Alfonso XIII). A este paso me van a crecer las malas hierbas...




Eso sí, aprovechando que hay un televisor me pienso llevar el disco duro y seguir con mis actividades favoritas para el fin de semana: un sillón, una serie y una película. Y comer, por supuesto.

No he podido evitar poner el siguiente video, es de lo más bizarro y friki que he visto últimamente. Gracias a Crow de Churruscando cartelera.


5 comentarios:

rickisimus2 dijo...

Jaja, compra chorizo de allí los fines de semana y disfruta de unos macarrones im-presionantes. También está rico el pan de huevo (¡qué recuerdos de mi niñez!).

rickisimus2 dijo...

Convendría que plantases unas flores y te aficionaras, así no irías tannnnnn receloso.

starfighter dijo...

Rickisimus, el bocadillo de chorizo con refresco es todo un clásico, jejeje. Y lo de las plantas y flores se lo dejo a mi marido que se le da mucho mejor, yo me conformo con regarlas y verlas ;)

Grace dijo...

dios mio, aún estoy llorando de la risa al ver el vídeo de Vader xD
besitos, guapetón

starfighter dijo...

Grace, ¿a que es bueno? Nada como un banco para desanimar al más pintao XD