viernes, 16 de julio de 2010

Casado

Nos conocemos desde hace casi veintiseis años. Cumplimos años casi a la vez aunque el acento malagueño que tenía al principio ya señalaba que no nació aquí (lo que me encantaba oir a su madre llamarlo con ese acentillo por el teléfono). Hicimos juntos el bachillerato, salvo ese año que le dio por hacer ciencias puras cuando ya sabíamos que las matemáticas, la física, la química y demás no era lo suyo. Nos descojonábamos de Isidro, el profesor de gimnasia, y le cabreamos aquel día cuando nos quedamos con un par de colegas en el gimnasio y cogimos las barras de las espalderas para usarlas en plan jedi de la "guerra de las galaxias" y nos las cargamos todas todas. O hacer picadillo de papel y tirarlo al patio de recreo desde el cuarto piso cuando se reunían todos los alumnos para escuchar al líder jefe de estudios.

Cuando terminamos, seguimos siendo amigos, jugando nuestras partidas de rol, viendo esos hits de acción como Cyborg (con un Van Damme en pleno apogeo, jejeje), la saga de La jungla de cristal, Rambo (cómo nos reímos con aquellos soldados empujando al final de la cola del cine, la mujer sin zapato, el cabreo del marido), o cualquier cosa en la que saliese Schwarzenburger, Stallator y similares; yendo a patear por los caminos reales de esta cagada de isla o de acampada en la cumbre, como aquella que hicimos en pleno octubre con un frío espantoso.

Su habitación en la casa de sus padres era como un agujero negro porque cualquier cosa que entraba allí tenía una altísima probabilidad de transportarse a otro universo porque no volvía a aparecer. Por eso, si le prestábamos algo los colegas estábamos pendiente cada vez que íbamos a su casa de que estuviese visible y localizable. Despistado hasta la médula. Impuntual hasta hacerte sacar de tus casillas y obligar a sus amigos a citarlo media hora antes que al resto (y aún así no era el primero). Capaz de llegar tarde al cine, aunque fuésemos al que estaba a una manzana de su casa.

Un año antes de que conociese a T. empezó a salir con una chica y hasta la fecha. Hoy se casa con su mujer, pero es un simple formulismo porque llevan viviendo juntos desde hace cinco años y tienen una chiquilla de cuatro años. Aún así, y aunque no lo vaya a leer porque desconoce la existencia de este blog (al menos que yo sepa, claro), ¡Muchas Felicidades JC!

Y como es un friki, igualico que el que escribe...




2 comentarios:

Sufur dijo...

¡Enhorabuena a los premiados!

starfighter dijo...

Sufur, encima fue breve, sencillita y sin celebración (bueno, los colegas nos fuimos por nuestra cuenta).