Me he levantado nervioso. Ha llegado mi cita bienal. Por mucho que me diga que no es nada, que debería estar acostumbrado, que sólo serán unos minutos, tengo los nervios ya a flor de piel. Odio hablar en público. Ser el centro de atención y de las miradas. Y encima será por la tarde y el último en exponer, así que ni siquiera podré aprovechar el descanso para un cafecito. Esto es masoquismo puro y duro, algo así como ir a un super y pedir "una poca de humillación pública, en primetime y ante los colegas de afición/profesión". Sólo falta alguien por detrás flagelándote con un látigo de siete colas y tendremos el pack Marqués de Sade para neófitos.
Menos mal que siempre nos quedará Ella.
Menos mal que siempre nos quedará Ella.
4 comentarios:
Animo... Lo vas a hacer estupendo... Y para los nervios, sumial ^_^
Otto, no hay tanto sumial para hoy, y gracias ;)
Pero hombre, si a última hora ya se ha ido todo dios, no va a ver nadie escuchando el discurso...
Sota, y si encima no vienen ni los ponentes pues imagínate el panorama. Ha estado todo muuuuy tranquilo.
Publicar un comentario