Música en el cine

Mi relación con las películas de Disney ha oscilado siempre entre el amor y el odio. Odio por la ñoñería con que transforman las historias rozando o llegando a la cursilada, las canciones empalagosas y ese doblaje portorriqueño (bueno, esto más que odio es casi nostalgia). Amor por la animación que desarrollaron, por la calidad de muchas de sus películas (no todas) y, sobre todo, por sus personajes secundarios y los villanos. Porque vamos a ver ¿quien se acuerda de la ñoña de Blancanieves teniendo al lado a la malvada de su madrastra?


O de la rubia tontita, cantarina y dormilona teniendo enfrente a Maléfica.


O de Roger y Anita, los empalagosos amos de tropecientos dálmatas cuando aparece la anoréxica, fumadora empedernida y amante de las pieles Cruella de Vil.


En realidad, me jarté a verlas de pequeño porque cerca de mi casa había un cine que todos los veranos ponían ciclos de películas de animación, no sólo de Disney sino también nacionales como Mortadelo y Filemón y esas cosas. Paradojas de la vida, el cine se reconvirtió en un bingo, como más de uno por aquí.

En fin, vamos a dejar de desvariar. La mejor película, sin embargo, es una que no llegué a ver hasta muchos años después, no sé porqué nunca la pusieron en aquel cine. Pero además es que tardó mucho en editarse en video. Creo que fui a verla en cine cuando ya tenía más de veinte añitos, en una reposición que hicieron y que casi hago una escabachina de infantes en la sala (claro que la culpa es de los padres porque ven que es una película deDisney y se lanzan como posesos). Anda, que se me había olvidado decir cual es la película. Pues Fantasía, por supuesto. Y para un servidor es la mejor porque aúna dos cosas que me encantan: el cine y la música clásica. De hecho tengo por ahí el disco en vinilo de la banda sonora, con la Orquesta de Filadelfia dirigida por Leopoldo Stokowski, que es oir el nombre de este señor y acordarme de esto.

La película está estructurada en varios cortes musicales, de muy diverso signo, desde Bach hasta Stravinsky pasando por Beethoven y Tchaikovsky, oscilando entre la seriedad y la diversión. En uno de ellos, Mickey Mouse, el personaje insignia, interpreta al aprendiz de brujo de Dukas.






Junto a esta, me quedo con el divertido ballet de los elefantes, avestruces, hipopótamos y cocodrilos de la "Danza de las horas" de Ponchielli.

Final de la danza

O la primera parte de la escena final que representa la noche de San Juan con la música de "La noche en el Monte Pelado" de Mussorgsky.



Que la Fuerza os acompañe.