Relax

Ahora que estamos en pleno verano llegó el tiempo de fiestas y romerias. El sábado lo fue en el pueblo donde vivo y supongo que vino mucha gente, que estuvieron con música hasta las tantas y que sudaron la gota gorda. Digo que supongo porque visto lo que pasó el año pasado decidí que este año no me iba a quedar en casa sudando con el calor y aguantando a la gente. Que uno siempre ha sido un urbanita y esto de las romerías de pueblo como que no me llaman mucho.

Así que desde mediados de semana estaba rumiando qué hacer y mi chico me dijo que porqué no nos íbamos a los sures. Miré un par de páginas por los interneces y conseguí una ofertilla bastante buena. Se apuntó un amigo y los tres nos fuimos para abajo. Y se desató el infierno. Cuando llegamos hacía una calor y un aire caliente que casi quemaba, no me extraña que todo el mundo estuviese metido en la piscina. Ayer domingo me enteré que estuvimos a cuarenta y pico grados y en la playa llegaron por momentos a los cincuenta, lo cual para nosotros es como estar en el infierno pero sin música de Woody Allen, y que el chiringuito de la playa cerró a las dos de la tarde porque no podían más.

Después de cenar nos fuimos a refrescarnos por las terracitas: que si unas cervezas, que si unos mojitos, más cervezas (ellos) hasta que mi chico se retiró como la Cenicienta, que al día siguiente tenía que trabajar, pobrecillo. Yo seguí de marcha con este amigo y nos metimos en los locales a bailar un poco. Y entonces empezó lo que llamé la noche Will. Porque parecía que estaba por allí dirigiendo a los que ponían la música. Que si las Pussycat Dolls

que si la Britney Spears, que si las Girls Aloud, otra vez las Pussycat Dolls... Vamos, que sólo faltaba la Delta Goodrem para hacerme la noche completita, y si hubiese salido ya habría pensado que estaba el espíritu de Will por allí. Eso sí, me lo pasé genial, bailando, bebiendo alguna copilla y vacilando con este amigo.

Ayer domingo nos fuimos a la playa. El día estaba genial, mucho sol, el aire más fresquita y el agua estupenda. Nos quedamos hasta tarde, nos fuimos a comer algo (prácticamente la cena) y llegué a mi casa con el tiempo justo para ducharme, soltar las cosas que había llevado y preparar la ropa para hoy. Vamos, que me ha servido para recargar las pilas, relajarme bastante y venir colorado como un tomate.

Así que para acabar, nada mejor que un poco de música de Up. Espero poder verla esta semana.